El presidente Biden y su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva podrían tener más intereses en común de los que se cree.
Ambos llegaron al poder en medio de una perturbadora agitación política con solo dos años de diferencia e hicieron campañas con la promesa de devolver a sus países a la normalidad después de cuatro años de gobierno a veces caótico por parte de líderes de estilo populista.
También derrotaron a los presidentes en ejercicio que se negaron a reconocer los resultados de las elecciones como legítimos, lo que provocó insurrecciones en las capitales de ambas naciones, una el 6 de enero de 2021 y la otra el 8 de enero de 2023.
El viernes, Biden y Lula reconocieron sus varias similitudes, y las semejanzas entre sus predecesores, cuando se reunieron en la Casa Blanca en lo que pretendía ser una señal importante de que sus democracias son resistentes.
“Nuestras dos democracias han sido puestas a prueba últimamente”, dijo Biden al recibir a Lula en la Casa Blanca, y agregó que “la democracia prevaleció” en ambas naciones.
Biden y Lula se mostraron como “protectores de la democracia”
Lula, a través de un traductor, recalcó que Brasil se había “aislado del mundo durante cuatro años”, refiriéndose a los cuatro años de presidencia de su antecesor, Jair Bolsonaro.
De Bolsonaro, Lula comentó que despreciaba las relaciones internacionales y vivía “mañana, tarde y noche creando noticias falsas”.
“Suena familiar”, bromeó Biden. Lula agregó que las insurrecciones del 6 de enero de 2021 y del 8 de enero de 2023 no deben repetirse e instó a todas las naciones a proteger la democracia y la selva tropical.
Antes de la reunión, los analistas dijeron a The Washington Post que ambos presidentes tenían interés en presentarse como defensores conjuntos de la democracia.
Sin embargo, no tienen similitudes con respecto a la guerra en Ucrania:
Por un lado Biden ha trabajado para reunir apoyo para Ucrania desde el sur global, argumentando que todas las naciones tienen la responsabilidad de enfrentarse a la invasión sangrienta y no provocada de una superpotencia a su vecino.
Lula, por el contrario, ha dicho que tanto el presidente ruso Vladimir Putin como el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky son responsables de la guerra y ha tratado de convertirse en un estadista de alto nivel que pueda negociar un acuerdo entre los dos países.
Tampoco era probable que los dos hombres estuvieran de acuerdo con China, que Biden considera la mayor amenaza a largo plazo para los intereses estadounidenses.
Mientras que Lula ha buscado forjar relaciones más estrechas con China, un importante socio comercial de Brasil. Planea visitar el país en marzo, un viaje que, según funcionarios brasileños, ocupa más tiempo y tendrá una agenda más sólida que la reunión de esta semana con Biden.