El cáncer de próstata es el más frecuente en los hombres, salvo por el cáncer de piel. En 2023, se calcula que en los Estados Unidos se diagnosticará a unos 288 mil 300 hombres con cáncer de próstata. En todo el mundo, se calcula que unas 1 millón 414 mil 259 personas lo padecieron en 2020. Es el cuarto más común en el mundo.
La mayoría de los cánceres de próstata se descubren a tiempo, a través de la detección. Por lo general, el cáncer de próstata en etapa inicial no causa síntomas. Los más avanzados a veces pueden causar síntomas, como:
- Problemas al orinar, incluyendo un flujo urinario lento o debilitado o necesidad de orinar con más frecuencia, especialmente de noche.
- Sangre en la orina o el semen.
- Dificultad para lograr una erección (disfunción eréctil)
- Dolor en las caderas, la espalda (columna vertebral), el tórax (costillas) u otras áreas debido a que el cáncer se ha propagado a los huesos.
- Debilidad o adormecimiento de las piernas o los pies, o incluso pérdida del control de la vejiga o los intestinos debido a que el cáncer comprime la médula espinal.
Hay varias maneras de tratar el cáncer de próstata. Las principales son la observación, vigilancia activa, cirugía, radioterapia, terapia hormonal y quimioterapia. Algunas veces, se usa más de una clase de tratamiento.
Debido a que el cáncer de próstata a menudo crece muy lentamente, puede que algunos hombres, especialmente aquellos de edad avanzada y con otros problemas de salud nunca necesiten ningún tratamiento. Puede que el médico opte por mantener el cáncer en vigilancia, lo que se conoce como observación. Este plan se puede llevar a cabo si es pequeño, no está causando ningún problema, y parece estar creciendo muy lentamente.
La comida saludable, el ejercicio y las revisiones médicas oportunas son claves, al igual que mantenerse alejados de vicios como el tabaco. Hasta ahora era “vox populi” que la masturbación masculina, y las eyaculaciones en general, ayudaban también en la prevención del cáncer de próstata.
Por ejemplo, un estudio de Harvard reveló que los hombres que se masturban al menos 21 veces al mes tienen un 33% menos de probabilidades de tener cáncer de próstata que los que lo hacen menos frecuentemente. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores encuestaron a 31 mil 925 hombres mediante un cuestionario que les plantea preguntas sobre la frecuencia con la que se masturbaban.
El equipo de investigación realizó un seguimiento a los participantes que duró 18 años y registraron todos los casos de cáncer de próstata que surgían en ese periodo. Se evaluó a todos los hombres en tres ocasiones: un año antes de realizar el cuestionario, una segunda vez cuando aún tenían entre 20 y 30 años y, finalmente, cuando tenían entre 40 y 50.
¿Las conclusiones? Cuanta mayor frecuencia de masturbación, menor posibilidad de desarrollar cáncer de próstata.
Ciertamente, no es el primer estudio que descubre que tener orgasmos con frecuencia ayuda a mantener sano el sistema reproductor, pero es el primero con resultados reales centrados exclusivamente en un sexo.
Otro estudio de la Universidad de Boston encontró que las eyaculaciones frecuentes, ya sea por masturbación o por relaciones sexuales, disminuían el riesgo de cáncer de próstata en un 20%. Sin embargo, estos estudios no son concluyentes y pueden tener limitaciones o sesgos.
Por otro lado, la Clínica Mayo afirma que no hay evidencia definitiva de que la eyaculación frecuente reduzca el riesgo de cáncer de próstata, y que la diferencia parece ser muy pequeña. Por lo tanto, se necesita más investigación para confirmar esta hipótesis. La masturbación es una actividad normal y saludable que puede traer otros beneficios, como el placer, la relajación y el bienestar físico y mental.
No obstante, no debe considerarse como un sustituto de las medidas preventivas recomendadas por los médicos, como los exámenes regulares de la próstata, los hábitos saludables y la consulta ante cualquier síntoma anormal.
