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Agente se reencuentra con niña a la que ayudó a nacer en la frontera

Un agente de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) que trabaja en e Puerto de Entrada de San Ysidro se reencontró recientemente con una niña a la que ayudó a nacer y luego le dio primeros auxilios para que pudiera respirar por primera vez.

Para lograr el encuentro que se dio el viernes 20 de septiembre, los funcionarios de la CBP y el Consulado de Estados Unidos en Tijuana trabajaron en equipo, reseña en un comunicado la agencia estadounidense.

La historia. Todo ocurrió la fría mañana del 8 de diciembre de 2016, que empezó como un día normal en el puerto de entrada. Los carriles se encontraban llenos de viajeros y los oficiales inspeccionaban todo. De pronto llegó un llamado en la radio por una emergencia en la zona de inspección secundaria de vehículos y el tiempo era vital.

  • El agente J. Lott tomó inmediatamente su maletín médico para atender al llamado de emergencia. Al llegar al sitio de los hechos, una viajera angustiada en un carro estaba en labor de parto. El nacimiento era inminente y se iba a producir en el puerto de entrada de San Ysidro.
  • “Simplemente confié en mi formación. Sabía que si mantenía la calma, la madre, el padre y todos los que me rodeaban estarían tranquilos”, recuerda Lott. “Aunque en el fondo no quería fallarles”, agregó.
  • La complicación para Lott no era solo atender el parto en un vehículo en una de las fronteras terrestres más transitadas del país. La bebé vino de espaldas, lo que dificultó más las circunstancias.

Pese a que nació exitosamente luego de una larga labor de parto, la recién nacida empezó a ponerse azul y no respiraba. Lott limpió el exceso de sangre de la cara de la bebé y succionó su nariz y boca mientras daba compresiones en el pecho.

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“Estaba muy azul, no respiraba y no respondía”, explica Lott. “Rápidamente le administré compresiones torácicas, y después de unas cinco o seis, empezó a llorar. Yo ya estaba de rodillas, y me derrumbé. Recuerdo que me dije a mí mismo, sigue respirando, bebé, sigue respirando, por favor”.

Un final feliz. La experiencia que une a Lott, a Alexa García, ahora de cinco años, y a los padres de la niña, permanecerá en sus memorias cada vez que ella sople sus velitas de cumpleaños.

  • El reencuentro se dio en el puerto de entrada de San Ysidro cuando faltan dos meses para el sexto cumpleaños de la pequeña.
  • “Me alegro de haber estado allí para ayudar”, aseguró Lott. “Poder asistir en algo así es absolutamente increíble, y es un recuerdo que tendré el resto de mi vida”.
  • El salón estaba en silencio. Todos los presentes no pudieron contener las lágrimas, cuando alegre, Alexa García entró por la puerta con una enorme sonrisa. Caminó directamente hacia Lott y le dio un fuerte abrazo.

A la niña la acompañaron sus dos padres, su hermana y su hermano mayor. Las familias se tomaron el tiempo para compartir historias sobre ese día memorable.

La niña le entregó un regalo al oficial, quien al abrirlo notó que era una fotografía del momento en el que fue salvada. Él con un nudo en la garganta le entregó otro regalo, un peluche con el uniforme de la CBP.

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