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Compradores no verán bajar los precios en tiendas de comestibles

Los compradores en Estados Unidos no verán un alivio significativo en las facturas de las tiendas de comestibles ya que los precios de estos incrementaron un 13% en agosto en comparación al año 2021. Este es el aumento anual más alto que se haya registrado desde marzo de 1979, según los datos del gobierno.

Tanto los ejecutivos de los grandes fabricantes de alimentos como los analistas prevén que la inflación se mantenga en ese ritmo durante lo que queda del 2022.

El próximo año se cree que la tasa inflacionaria se modere, aunque no necesariamente se traduzca en una reducción de los precios. Esto se debe a que una vez que los precios llegan a cierto nivel, suelen estacionarse allí o subir, muy rara vez disminuyen.

El aumento de los precios se debe a varias razones: los productores afirman que están pagando precios más elevados por mano de obra y materiales de empaque. El clima extremo, como la sequía o las inundaciones y las enfermedades como la gripe aviar, ha dañado los cultivos y a las gallinas ponedoras, dejando los suministros al límite.

Aunque estas situaciones logren estabilizarse en algún momento, los cambios pueden demorar para alcanzar a los consumidores.

El economista de alimentos y profesor asociado de la Universidad Estatal de Michigan, David Ortega asegura que en este momento “hay mucha incertidumbre” porque no se sabe cuándo finalizará la guerra en Ucrania o el modo en el que puede afectar el clima a los cultivos más adelante. “Esa es una de las razones por las que los precios tardan más en bajar”, dijo.

El presidente de participación del cliente en la empresa de investigación de mercado IRI, KK Davey, aseguró que los productores no creen que haya algún fin “a la inflación en términos de costos de mano de obra y materias primas”, la firma cree que la inflación en el precio de los alimentos suba entre 5% y 10% el año que viene.

Aunque la demanda es alta, los consumidores pueden seguir retirando algunos productos discrecionales de su presupuesto, pero tienen que comer. Pagar costos más altos en los comestible aún puede ser más económico que cenar en restaurantes, donde los precios aumentan pero a un ritmo más lento.

Precios arriba. El director eecutivo de Mondelez, Dirk Van de Put, espera que la inflación a corto plazo se mantenga alta. Por su parte, el fabricante de Oreo y Ritz prevé que sus costos de energía, transporte, empaque y materias primas se mantengan altos, por lo que anunció que habrán más aumentos para compensar esos gastos.

  • General Mills, que fabrica desde Cheerios hasta alimentos para mascotas Blue Buffalo, tiene previsto que los gastos suban entre 14% y 15% para su año fiscal 2023. Esto por el aumento en los precios para ingredientes como nueces, frutas y sabores, por lo que planea aumentar precios para sus clientes minoristas.
  • El director ejecutivo Jeff Harmening cree que por ahora, los consumidores no se han resistido a la subida de los precios, lo que para ellos “fue positivo en el trimestre”.

Precios suben más rápido que los salarios. Ortega explicó que “siempre hay un aumento general de los precios” y que “esa es la naturaleza de la economía”, aún así, admitió que generalmente los precios de la comida sube un 2% o un 3% al año, un ritmo más lento que el de ahora.

  • Antes probablemente los consumidores probablemente no notaban la subida en los precios porque los salarios iban al ritmo de los aumentos, y en la actualidad no pasa así.
  • “Los precios al consumidor están aumentando más rápido que los salarios”, agregó. “Lo que estamos viendo ahora es realmente una crisis del costo de vida”.

Fuente principal de la noticia: CNN Businnes

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