El domingo, una selección terminará el Mundial Qatar 2022 con su tercer trofeo de eventos de esta talla en su historia. Argentina y Francia, cada uno con par de copas en sus vitrinas, se medirán por la gloria, en un compromiso que bajará el telón de un evento lleno de brillo, goles y la consagración de numerosas figuras.
Será un fin de semana repleto de fútbol, pues un día antes, Croacia y Marruecos se enfrentarán por el tercer lugar, un choque que suele mostrar a combinados sin la presión de jugar por el título ni la trascendencia más allá de lo que significa cerrar un Mundial desde el podio.
No importa como empieces
El debut de Argentina en el Mundial Qatar 2022 fue inesperado. Ni siquiera en la cabeza de los fanáticos más pesimistas de la albiceleste llegó a proyectarse la imagen de lo que ocurrió. Arabia Saudita, rival de turno, hizo las labores y se impuso 2-1.
Fue un resultado increíble para los asiáticos, quienes, a pesar de no avanzar más allá de la fase de grupos, dieron un buen espectáculo. Frente a ellos, las preguntas sin respuesta rondaban la concentración argentina, estéril y sin lograr voltear las acciones a su favor en aquel encuentro.
Aunque un tropiezo como estos no necesariamente se traduce en una despedida prematura, puso la presión suficiente en las filas del grupo dirigido por Lionel Scaloni para que en sus dos siguientes encuentros de la primera ronda se vieran obligados a sumar si es que querían verse entre los 16 mejores países.
Y hubo éxito.
La primera victoria llegó con un convincente 2-0 sobre México, mismo resultado frente a Polonia. Al final de la fase de grupos, Argentina se quedó con el primer puesto de su zona, mientras que los europeos se llevaron el segundo boleto.
En instancia de octavos de final, la albiceleste llegó con una clara condición de favorita, pues midió fuerzas con Australia, una selección que si bien no tuvo mayores fuerzas para competir en el primer tiempo, logró incomodar a los sudamericanos en el complemento.
Argentina ganó 2-1 dicho compromiso, pero con una últimos minutos llenos de temor frente a la irreverencia de los oceánicos, necesitados de un tanto para empatar que jamás llegó.
Después tocó el turno de Países Bajos, un contrincante con mayor historia en la disciplina y que si bien no tuvo una fase de grupos brillante logró clasificar como primero en su zona.
La albiceleste llegó a estar arriba 2-0 en un compromiso lleno de fricción y mucha pausa ante las constantes faltas de sus protagonistas; sin embargo, la emoción no tardó en llegar, pues desde el minuto 80 los europeos marcaron por partida doble para igualar. Para el recuerdo quedará el tanto que emparejó el compromiso, pues se gestó bajo un armado ya trabajado en los entrenamientos que dejó perplejos a propios y extraños.
La paridad se mantuvo en la prórroga y fue el punto penal la definición del choque. El portero argentino, Emiliano Martínez, se lució y tapó par de intentos de sus rivales para conducir a los suyos a la semifinal.
En el partido previo a la final, Argentina dio su mejor exhibición. Lionel Messi abrió el marcador y se convirtió en el jugador de su selección con más goles en mundiales (11). Mientras, el joven Julián Álvarez marcó por partida doble luego de ganarle el puesto a Lautaro Martínez.
El 3-0 sobre los europeos supuso la revancha de un revés con el mismo marcador en la fase de grupos en el Mundial Rusia 2018 y también el boleto al último juego del torneo.
Con la misión de repetir
La última vez que una selección repitió el título del Mundial fue hace 60 años. Brasil, siempre Brasil, dio el golpe al imponerse en la Copa del Mundo de 1962, dejando el trofeo en casa tras celebrar en el torneo de 1958.
A esto apuesta Francia, mandamás de 2018.
El combinado galo mostró la profundidad de su plantilla al sufrir numerosas lesiones de parte de sus protagonistas días antes de que subiera el telón de la cita en Qatar. Karim Benzema, Paul Pogba y N’Golo Kante fueron algunos de los que vieron el torneo desde casa por percances físicos. Aún así, nada perturbó al campeón defensor.
En fase de grupos derrotó a Australia (4-1) y Dinamarca (2-1) para ser el primer clasificado a octavos de final. Eso permitió al seleccionador Didier Deschamps manejar el último duelo de esta etapa con un grupo cargado de suplentes. El choque terminó con una caída por 1-0 ante Túnez, pero nada que agitara las aguas en la concentración europea.
En la ronda de las mejores ocho selecciones se cruzó con Inglaterra en uno de los emparejamientos más brillantes de toda la Copa del Mundo. Los británicos supieron estar a la altura de las acciones, con ataques desenfrenados que pusieron en aprietos a la defensa de los galos.
Al final de la jornada, fue un 2-1 para los campeones de 2018 y el lamento terminó del lado inglés, especialmente al ver a su delantero y capitán, Harry Kane, fallar un penal en los últimos minutos.
La semifinal fue un encuentro ante la revelación del Mundial: Marruecos. Los africanos se convirtieron en la primera selección de su continente en alcanzar tal instancia en Copas del Mundo, apartando a combinados como España y Portugal, venciendo además en fase de grupos a Bélgica.
No se trató de un rival sencillo, pero al final del día se impuso la historia, la actualidad y el hambre por ir más allá.
Un gol del lateral Theo Hernández puso arriba a los franceses en los primeros minutos del juego, en lo que parecía ser un dominio total de los europeos, pero Marruecos no se amilanó y probó en repetidas oportunidades al arco de Hugo Lloris, quien una y otra vez salió al paso durante el primer tiempo para evitar el empate.
En el complemento la historia no cambió, con Marruecos mostrando más ambición al apoderarse del balón y con él de enormes posibilidades; no obstante, la zaga francesa se hizo enorme ante cualquier intento rival por marcar y el deseo africano por igualar se quedó ahí. En su lugar, Randal Kolo Muani marcó el 2-0 definitivo para los bleus, quienes esperan mantener el trofeo de campeón en sus manos.