Los pacientes con trastornos digestivos potencialmente mortales dependen de la nutrición parenteral intravenosa, o NP, en la que los aminoácidos, azúcares, grasas, vitaminas y electrolitos generalmente se bombean a través de un catéter hacia una vena grande cerca del corazón.
Sin embargo, el temor inició cuando los pacientes vieron a sus enfermeras y dietistas publicando búsquedas de empleo en LinkedIn.
Se corrió la voz en los grupos de Facebook y las personas con nutrición intravenosa comenzaron a llamar a Coram CVS, un proveedor estadounidense de los nutrientes compuestos por vía intravenosa de los que dependen para sobrevivir.
CVS Health confirmó el 1 de junio que cerraría la mitad de sus sucursales de infusión en la sede de Coram y despediría a unas 2 mil enfermeras, dietistas y farmacéuticos.
Cynthia Reddick, una nutricionista senior despedida el verano pasado en la reestructuración de CVS, explicó que con esta medida algunos pacientes que reciben el tratamiento en su casa no han podido comunicarse por teléfono y han entrado en pánico.
“Fue muy difícil. Muchos correos electrónicos, muchas llamadas telefónicas, actuando como enlace entre mi médico y la compañía”, comentó a The Washington Post Elizabeth Fisher Smith, una instructora de salud pública de New York cuya sucursal de Coram cerró.
Cambio en el mercado de nutrición intravenosa
CVS abandonó la mayor parte de su mercado menos lucrativo de nutrición parenteral domiciliaria, o HPN, y medicamentos para “cuidados agudos”, como los antibióticos intravenosos.
En cambio, se centraría en medicamentos intravenosos especiales de alto valor, como Remicade, que se usa para la artritis y otras afecciones autoinmunes.
Las infusiones domiciliarias y ambulatorias son un negocio en crecimiento, ya que los nuevos medicamentos para enfermedades crónicas amplían las opciones de tratamiento y permiten a los pacientes, proveedores y aseguradoras evitar la hospitalización.
Incluso, la industria del bienestar está sacando provecho, con tiendas de spa y servicios de hidratación en el hogar.
Aunque el reembolso de nuevos medicamentos costosos ha atraído a corporaciones y capital privado, la industria se ve limitada por la falta de enfermeras y farmacéuticos.
Las partes menos rentables del negocio, y los pacientes vulnerables a los que atienden, están en riesgo. Esto incluye a los más de 30 mil estadounidenses que dependen de la nutrición parenteral, incluidos bebés prematuros, pacientes posquirúrgicos y aquellos con intestinos dañados debido a defectos genéticos.
Los expertos no recomiendan la hidratación intravenosa fuera de los entornos médicos, pero el negocio está en auge.