Un devastador tornado azotó el jueves la ciudad de Perryton, en el Panhandle de Texas, causando la muerte de tres personas y heridas a docenas más. El catastrófico suceso provocó daños generalizados en toda la zona, afectando tanto a sectores residenciales como comerciales.
El Servicio Meteorológico Nacional de Amarillo confirmó la aparición del tornado poco después de las 17.00 horas del jueves. Las autoridades locales informaron de la desaparición de dos personas en la noche del jueves.
El jefe de bomberos de Perryton, Paul Dutcher, anunció la muerte de tres personas, al menos una de ellas en un parque de casas móviles que recibió un “impacto directo” del tornado. Dutcher declaró que un mínimo de 30 remolques resultaron dañados o destruidos en la zona.
Los equipos de primera intervención de los pueblos y ciudades cercanos, así como de la vecina Oklahoma, se apresuraron a prestar ayuda a Perryton, una localidad de más de 8.000 habitantes situada a unas 115 millas (185 kilómetros) al noreste de Amarillo y justo al sur de la frontera con Oklahoma.
La destrucción del tornado era evidente en toda la ciudad, con casas móviles dañadas, camionetas con el parabrisas destrozado arrojadas contra montones de escombros y barrios residenciales gravemente dañados.
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El centro de Perryton también sufrió las consecuencias del tornado, con aproximadamente dos manzanas de negocios que sufrieron daños significativos. Entre los establecimientos afectados se encontraban una tienda de material de oficina, una floristería y una peluquería en Main Street. La fuerza del tornado fue tan intensa que empujó un monovolumen contra la pared exterior de un teatro local. Cuando se hizo de día tras la tormenta, los residentes empezaron a tapiar las ventanas rotas de sus casas y negocios.
Debido a los riesgos que suponen los cables eléctricos caídos y otros peligros ocultos en la oscuridad, el Departamento del Sheriff del Condado de Ochiltree impuso un toque de queda desde la medianoche hasta las 6 de la mañana del viernes. El cazador de tormentas Brian Emfinger dijo a Fox Weather que fue testigo de cómo el tornado devastó un parque de casas móviles, destrozando remolques y arrancando árboles. Emfinger describió la escena como “casa móvil tras casa móvil tras casa móvil completamente destruidas”.
El meteorólogo Luigi Meccariello no proporcionó inmediatamente detalles sobre el tamaño del tornado o la velocidad del viento. En la mañana del viernes, poweroutage.us informó de que unos 475.000 clientes de Texas, Luisiana, Misisipi y Oklahoma estaban sin electricidad.
El Hospital General Ochiltree de Perryton aconsejó a las personas con heridas leves que acudieran a la clínica, mientras que a las que presentaban afecciones más graves se las dirigió a la sala de urgencias del hospital. Según Kelly Judice, directora general interina del hospital, se atendió a entre 50 y 100 pacientes, entre ellos unos 10 heridos graves que fueron trasladados a otros hospitales para recibir más atención. Las lesiones de los pacientes iban desde laceraciones leves y fracturas óseas hasta traumatismos craneoencefálicos y colapso pulmonar.
La Cruz Roja Americana instaló un refugio en el Ochiltree County Expo Center para ayudar a los afectados por la catástrofe. Chris Samples, representante de la emisora de radio local KXDJ-FM, informó de que toda la ciudad estaba sin electricidad y la emisora funcionaba con energía auxiliar.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció el jueves que había dado instrucciones a la División de Gestión de Emergencias del estado para que ayudara en diversos aspectos de las labores de recuperación, como el control del tráfico y el restablecimiento del suministro de agua y otros servicios públicos, si fuera necesario.
El sistema meteorológico destructivo continuó desplazándose hacia el sureste a través de Oklahoma el jueves por la noche. Se pronosticaron tormentas fuertes a severas dispersas en partes de Texas, Oklahoma, Luisiana y otros estados el viernes. Mientras tanto, se han emitido avisos de calor para Texas, Luisiana y otros estados del sur el viernes y durante el fin de semana de la fiesta del 1 de junio, con temperaturas que se espera que se disparen a cerca de 100 grados Fahrenheit (38 grados Celsius) y un índice de calor de hasta 110 grados Fahrenheit (43 grados Celsius).
El sistema de tormentas también trajo granizo y posibles tornados al noroeste de Ohio, causando grandes daños a las estructuras y cortes de electricidad. Este es el segundo día consecutivo de fuertes tormentas que azotan Estados Unidos, ya que el miércoles los fuertes vientos causaron destrozos desde el este de Texas hasta Georgia.
