La aprobación de Leqembi, fármaco que retrasa el Alzheimer, es una luz de esperanza para muchas personas que han sido diagnosticadas con esta enfermedad, así como para sus familiares y seres queridos.
Sin embargo, también ha surgido una serie de preguntas y dudas acerca de su efectividad y alcance.
¿Quién puede tomar Leqembi?
Leqembi sólo está aprobado para pacientes con deterioro cognitivo leve o que se encuentren en las primeras fases del Alzheimer.
En 2020, 21,55 millones de personas en Estados Unidos tenían deterioro cognitivo leve, de acuerdo con un estudio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH). Otros 6,7 millones de enfermos de Alzheimer no podrán beneficiarse de Leqembi porque su enfermedad ha avanzado demasiado.
El fármaco se administra cada dos semanas como una infusión, por lo que los pacientes tendrán que visitar un hospital o clínica dos veces al mes para el tratamiento. Tiene un precio de $26 mil 500.
¿Tomarlo tiene algún riesgo?
En el ensayo clínico, 12,6% de los pacientes que recibieron Leqembi experimentaron inflamación cerebral y 17% sufrió hemorragias cerebrales. Estas a menudo son leves o moderadas y se resuelven por sí solas, pero pueden ser graves y, en casos muy raros, pueden ser mortales.
La FDA, preocupada por estos efectos secundarios, exigió una “advertencia de recuadro negro” -el nivel más urgente- en la etiqueta del fármaco que indicara que el medicamento puede causar “acontecimientos graves y potencialmente mortales”.
¿El fármaco cambiará la vida de las personas con Alzheimer?
Aunque el fármaco demostró en ensayos clínicos ser más efectivo que un placebo para ralentizar la progresión del Alzheimer, los expertos calificaron el efecto como “modesto”.
Los investigadores afirmaron que no es un cambio significativo y no está claro si las personas que lo toman notarán algún efecto real en su vida cotidiana.
Leqembi no es una cura para el Alzheimer. El fármaco no mejora la memoria ni las capacidades cognitivas de los pacientes. Tampoco impide que la enfermedad empeore.
Para algunas personas, Leqembi puede significar varios meses más de capacidad para seguir una receta, llevar la chequera o realizar otras actividades sin ayuda.
Para otros, el efecto puede ser mucho más sutil y apenas perceptible.
“Es poco probable que los pacientes o sus familias sean capaces de notar la diferencia”, declaró a NBC News el doctor Alberto Espay, neurólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati.
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