Esta es una historia de una estafa en Las Vegas que involucra inversiones, esquemas piramidales Ponzi, mormones y hasta balazos. Su operador principal, el abogado Matthew Basley, terminó confesando a duras penas su plan de fraude.
¿Qué pasó con Mathew Beasley y cómo confesó su fraude?
Luego de una violenta experiencia casi trágica con el FBI el abogado Matthew Beasley confesó que había establecido todo un sistema de inversiones bajo un fraudulento esquema Ponzi desde 2016.
La *confesión de Beasley* tuvo lugar en su propia casa en Las Vegas tras la llegada de agentes federales quienes estaban investigando y preguntando por asuntos meramente financieros que no estaban del todo claros.
La situación escaló rápidamente. Al principio, los agentes interrogaban a Beasley sobre un plan de inversión de alto rendimiento y riesgo cero que su bufete de abogados ayudaba a gestionar.
De pronto, Beasley se acercó a los agentes con una pistola apuntando a su propia cabeza. Lueg todo se complicó cuando Beasly torció el arma hacia los agentes, quienes le dispararon en el pecho y en el hombro.
“Comprueben los registros bancarios”, dijo Beasley, “y todo estará claro”. Así fue como el abogado confesó, mientras sangraba: las inversiones eran un esquema Ponzi.
La policía tuvo que llamar a un negociador de rehenes . Y el SWAT llegó también para poder sacarlo vivo de la escena. Posteriormente, Beasley fue acusado de agredir a un agente federal y, sin embargo, la investigación acerca de su estafa continúa, ya que no fue responsabilizado por ningún delito financiero.
¿Quiénes formaban parte del fraude ponzi y en qué consistía?
Las autoridades sospechaban desde hacía tiempo que Beasley dirigía un esquema Ponzi masivo con su socio, Jeffrey Judd. El esquema estaba dirigido principalmente a los mormones, o también conocidos como miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Localizados en su mayoría en el oeste de EE.UU, estos inversores se enteraron de una firma llamada J&J a través de familiares y amigos mormones. Así, los depositantes potenciales se ponían en contacto con vendedores que solicitaban la negociación en incrementos de $80 mil y $100 mil en las entidades de J&J.
Los interesados también debían firmar un acuerdo de confidencialidad, como muestran los documentos de J&J y la correspondencia con los vendedores.
La inversión se realizaba con el préstamo de dinero a las víctimas de resbalones y caídas -accidentes – que esperaban sus cheques tras la resolución de sus demandas. Se ofrecía como una oportunidad de obtener rendimientos anuales del 50%, “casi sin riesgo”.
Las promesas de altos retornos con poco o ningún riesgo son un sello distintivo de este tipo de estafas, y a menudo atraen a personas que buscan formas rápidas y fáciles de obtener grandes beneficios. Definitivamente era demasiado bueno para ser verdad.
Se derrumba la pirámide
Más de 900 personas invirtieron sus ahorros -unos 500 millones de dólares- entre 2017 y 2022. Entre ellos había cirujanos, promotores inmobiliarios, obispos mormones, jubilados y amas de casa. Ninguno sabía que estaban formando parte de un fraude piramidal.
Beasley afirmó en su confesión posterior haber recaudado 400 millones de dólares de más de 1.000 inversores desde 2016 a través de de una estafa de “financiación de litigios”
Se trata de un campo de inversión de rápido crecimiento por el cial los fondos conceden préstamos a bufetes de abogados o a sus clientes.
Sin embargo todo el engaño se supo a través de una investigación privada a cargo de Hindenburg Research, firma dedicada a cazar irregularidades en el mundo financiero.
Mientras tanto, Beasly había adquirido un jet privado, propiedades inmobiliarias por valor de millones de dólares en Nevada y Utah y coches de alta gama.
A Beasly se le vio coleccionar vehículos de lujo: un Rolls-Royce Dawn, dos Bentley Continental GT, un Porsche Taycan, un Aston Martin Vantage y una casa rodante de 500.000 dólares.
El engaño Ponzi triunfa de nuevo
No hay que olvidar una de las estafas Ponzi más sonadas: el caso Bernie Madoff. Entre sus inversores y víctimas había bancos, fondos de inversión, fundaciones benéficas, universidades, fondos de pensiones y muchas otras personas y entidades sofisticadas.<
No es extraño que los operadores de esquemas Ponzi se dirijan a comunidades o grupos específicos de personas, ya que pueden tener una red integrada de víctimas potenciales y un nivel de confianza que puede facilitar al operador la solicitud de inversiones.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que los esquemas Ponzi pueden afectar a personas de cualquier origen o comunidad.