Emmett Brock, transexual de 23 años, relató un incidente en el que fue agredido físicamente por un ayudante del sheriff del condado de Los Ángeles en el aparcamiento de un 7-Eleven.
El suceso, que provocó que Brock perdiera su trabajo y se enfrentara a acusaciones judiciales, saca a la luz serias preocupaciones sobre el comportamiento de la policía y la dedicación del departamento del Sheriff a la responsabilidad.
En febrero, Brock, que trabajaba como profesor de secundaria, fue detenido mientras conducía de vuelta a casa y, al parecer, agredido por un agente del Sheriff, incidente que quedó grabado en video. El motivo de la parada, según se reveló posteriormente, fue un ambientador que colgaba del espejo retrovisor de Brock.
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El Departamento del Sheriff está cada vez más sometido al escrutinio público debido a otras denuncias recientes de violencia injustificada.
El sheriff Robert Luna, quien prometió durante su campaña llevar a cabo reformas, realizó modificaciones desde que asumió el cargo en diciembre. A pesar de estos esfuerzos, los críticos sugieren que el departamento debe dar pasos más significativos hacia una rendición de cuentas efectiva.
En cuanto a la situación de Brock, el departamento optó por no hacer comentarios concretos, alegando posibles litigios, pero emitió un comunicado en el que afirmaba: “Todo uso de la fuerza se toma en serio y se investiga”.
No obstante, Thomas Beck, abogado de Brock, calificó de “farsa” los procedimientos de rendición de cuentas del departamento.
Brock afirma que, antes de que se produjera el incidente, ya había vivido un día difícil en el trabajo debido al acoso relacionado con su condición de transexual.
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Observó que un ayudante del sheriff mantenía un intenso intercambio de palabras con una mujer y expresó su desaprobación con un gesto. Poco después, observó que el coche patrulla del mismo ayudante le seguía, lo que culminó en el presunto incidente violento.
En su relato de los hechos, el departamento defiende el uso de la fuerza durante el control de tráfico, presentando a Brock como el provocador. Sin embargo, las pruebas de vídeo contradicen esta descripción, ya que muestran a Brock suplicando por su seguridad, afirmando que no se resiste y expresando su temor a morir.
La angustiosa experiencia de Brock no concluyó con el violento encuentro. Tras ser detenido, supuestamente le pidieron que validar su identidad de género antes de confinarlo en una celda.
Tras el incidente, Brock fue acusado de tres delitos graves y perdió su empleo. El proceso de revisión interna del Departamento del Sheriff absolvió al ayudante implicado de cualquier mala conducta, declarando que el uso de la fuerza fue “objetivamente razonable”.
El abogado de Brock respalda que se abra una investigación penal sobre el comportamiento del ayudante del sheriff, a quien acusa de detención ilegal y secuestro.
