Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas sobre los supuestos adolescentes que murieron por las vacunas:
- Circulan varios contenidos que indican que un supuesto informe de los CDC concluye que “120.000 adolescentes y niños murieron a causa de las vacunas contra el COVID en Estados Unidos”. Es falso.
- Los CDC aseguran que no han detectado “ningún patrón inusual o inesperado de muertes después de la inmunización que indique que las vacunas contra el COVID están causando o contribuyendo a las muertes”.
- Agencias como Associated Press o Reuters ya desmintieron estos contenidos en diciembre de 2022.
Circulan varios contenidos desinformadores que indican que “casi 120.000 adolescentes y niños murieron a causa de las vacunas contra el COVID en Estados Unidos según un informe filtrado de los CDC”. Esto es falso, según aseguraron a Factchequeado desde los CDC, encargados del control de enfermedades. El organismo añade, además, que no hay evidencias de que las vacunas causen muertes y que estas “están siendo sometidas al control de seguridad más intenso en la historia de Estados Unidos”.
A través de una búsqueda inversa en Google, hemos detectado que estos contenidos circulan desde al menos el 30 de noviembre de 2022 y fueron desmentidos en diciembre de ese mismo año por agencias como Reuters o Associated Press (AP).
Los CDC insisten en que las vacunas son “seguras y efectivas”
Si bien en los contenidos desinformadores se hace referencia a un supuesto informe de los CDC, en ninguno de ellos se enlaza al documento en cuestión. Desde Factchequeado nos hemos puesto en contacto con el organismo, que asegura que lo que señalan estos contenidos “no es correcto”.
En un email enviado el 23 de agosto de 2023, los CDC explican que no han detectado “ningún patrón inusual o inesperado de muertes después de la inmunización que indique que las vacunas contra el COVID están causando o contribuyendo a las muertes, fuera de las 9 muertes por TTS [el síndrome de trombosis-trombocitopenia, un evento adverso poco común] confirmadas después de la vacuna de Janssen [que ya no está disponible en Estados Unidos]”, añaden.
Hay que tener en cuenta que hasta el 25 de agosto de 2023, en Estados Unidos se han administrado más de 672 millones de dosis de vacunas, según la Universidad Johns Hopkins.
No hay evidencias de que las vacunas contra el COVID-19 provoquen la muerte. Los CDC, lejos de atribuir la muerte de 120,000 adolescentes y niños a estos fármacos, insisten en su web en que son “seguras y efectivas”. Como señalan varios estudios y autoridades sanitarias, reducen el riesgo de enfermedad grave, hospitalización y muerte por esta enfermedad.
Qué es el exceso de muertes
Aunque los contenidos no enlazan al supuesto informe de los CDC, sí citan varios datos publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Antes de hablar sobre los datos, hay que tener en cuenta el término al que hacen referencia estos contenidos: exceso de muertes. Los CDC lo definen como “la diferencia entre el número observado de muertes en períodos de tiempo específicos y el número esperado de muertes en los mismos períodos de tiempo”.
Spencer Fox, profesor asistente de Epidemiología y Bioestadística en la Universidad de Georgia, explicaba a AP que el exceso de muertes es una forma de estimar las diferentes tasas de mortalidad semanales en el año en curso en comparación con los promedios históricos.
No hay evidencias de adolescentes que murieron por las vacunas o excesos estadísticos
Según estos contenidos, los datos mostrarían alrededor de 118,000 muertes adicionales en Estados Unidos a causa de las vacunas en el grupo de edad de 0 a 44 años entre diciembre de 2020 y octubre de 2022, en comparación con el promedio de 2015 y 2019.
Un portavoz de la OCDE explicó a Reuters que la organización extrae cifras publicadas por los CDC y que los datos de estos contenidos desinformadores “parecen ser consistentes con los datos publicados por la OCDE que muestran un exceso de muertes semanales, es decir, el número de muertes en cada semana en comparación con un promedio de las muertes observadas en la misma semana entre los años 2015 y 2019”.
Varios contenidos indican que estas muertes se deben a las vacunas contra el COVID-19. Sin embargo, según el portavoz de la OCDE, las cifras muestran “el número de muertes adicionales registradas por todas las causas en cada semana en comparación con el promedio esperado”. Es decir, en realidad no hay pruebas de que esos fallecimientos estén relacionados con las vacunas contra el COVID-19.
Brian Tsai, portavoz del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los CDC, explicaba a Associated Press que estos contenidos tergiversan los datos de los CDC. Aunque es cierto que hubo un exceso de muertes entre personas de 0 a 44 años en 2021 y 2022, insiste en que no hay evidencias de que se deba a las vacunas.
Entre las posibles causas, Tsai menciona “aumentos en muertes accidentales (principalmente sobredosis de drogas), suicidios, homicidios, enfermedades cardíacas, enfermedades hepáticas y diabetes”, además del COVID-19.
Nicholas Jewell, profesor de Bioestadística de la Universidad de California en Berkeley, coincide en que no hay evidencias de que las vacunas hayan causado un exceso de muertes. “Es probable que una fracción significativa de estas muertes pueda atribuirse a infecciones por COVID-19“, comentó a AFP.
De hecho, según cuenta Tsai, un aumento en el exceso de muertes entre niños y adultos jóvenes en el verano de 2021 se correspondió con la expansión de la variante delta del coronavirus, que se extendió por Estados Unidos y afectó más a los jóvenes que otras variantes anteriores.
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