Los Mets de Nueva York pusieron fin a la espera. Llegó la hora de ver en acción al mejor prospecto de la MLB: el venezolano Francisco Álvarez.
El jovencísimo receptor recibió este jueves la esperada noticia. Sus próximos turnos al bate no serán en Triple A, donde se encontraba desde julio. Serán en las Grandes Ligas, en plena recta final y como parte de un bautismo de fuego que debe durar hasta los playoffs.
Álvarez solo tiene 20 años de edad y apenas tres temporadas de experiencia como profesional. Pero su talento es inconmensurable, dicen todos los scouts.
Sus 28 jonrones en 2022 hablan claro de su poder. No es normal que un veinteañero saque pelotas con tanta frecuencia (tanto como un cuadrangular por cada 15 turnos al bate entre Doble A y Triple A). Y menos todavía si se trata de alguien de esa posición.
ARMA CONTRA LOS ZURDOS
Los Mets quieren agregar ese poder a un lineup que ya produce carreras muchas, pero que dará la bienvenida a todo extra que el prospecto pueda aportar.
El club que dirige Buck Showalter anota 4,8 veces en promedio en cada compromiso. Eso es muy bueno. Y es todavía más positivo cuando se permiten tan solo 3,8 rayitas por duelo. Los metropolitanos están rankeados entre los cinco principales conjuntos que mejor atacan y que menos rayitas permiten a sus enemigos.
Pero la acción decisiva de octubre exige sumar todas las armas disponibles. Si la División Este de la Liga Nacional se les ha puesto tan dura, por la oposición de los Bravos de Atlanta, ¿cómo será cuando también sean rivales directos los Dodgers de Los Ángeles, los Astros de Houston, los inspirados Guardianes de Cleveland o los Yanquis de Nueva York?
Dicen el New York Daily News y otros medios de la Gran Manzana que su primera asignación será como bateador desde la banca y, más probablemente, como designado ante los zurdos.
Álvarez no será la solución a todos los desafíos de la postemporada. Pero Showalter dispondrá de casi una semana para comprobar si el recién llegado puede ser de utilidad. Y eso es algo que se han estado preguntando desde el Spring Training.
¿HEREDERO DE MIKE PIAZZA?
Vale la pena probar. Porque este prospecto nacido en Guatire deja un apabullante OPS de .911 en sus tres torneos en las Ligas Menores. Es, aseguran los numeritos, alguien que puede sacar la pelota con frecuencia, pero que también se embasa a altas ratas.
Un vistazo a su página en Fangraphs permite encontrar verdaderas joyas. Registros de élite que explican el entusiasmo general.
El año lo comenzó en Doble A y allí puso un average de embasado ponderado de .394, realmente brillante. Y ese wOBA siguió siendo élite en Triple A (.368), a pesar de comenzar con un severo slump en la nueva categoría y tener que regresar de una complicada lesión.
Lo mismo ocurre con las carreras creadas ponderadas ajustadas a la liga. Su wRC+ con Binghampton fue de 146 y tenía un excelente 121 en Syracuse, a pesar de las adversidades que enfrentó.
Para decirlo en castellano: es un productor de élite, un bateador que –promediando ambas categorías– fue casi 40 por ciento superior a sus colegas de ambos circuitos.
No sorprende que haya quien quiera compararlo con Mike Piazza, el receptor de gran ofensiva que a comienzos de siglo defendió a los Mets.
Piazza también generó grandes expectativas mientras ascendía con los Dodgers. Dejó .868 de OPS como ligamenorista y hoy tiene una placa de bronce en el Salón de la Fama de Cooperstown. Álvarez, repitámoslo, deja .911 de OPS entre Novatos y Triple A.
HABLAN LOS SCOUTS
Claro que una cosa es maltratar ligamenoristas y otra más exigente es triunfar en el Big Show.
Los scouts, sin embargo, creen que Álvarez es un predestinado. Es el prospecto número uno del beisbol para MLB Pipeline, el sitio especializado en talentos emergentes de MLB.com. Y también es un consentido de Baseball America y Baseball Prospectus.
Saltó al profesional en 2018, con 16 años de edad recién cumplidos. Y los Mets le pagaron un bono de 2,7 millones de dólares solo por firmar. Así de bueno pensaron que es.
En dos de sus tres temporadas –las últimas– ha sido llevado al Juego de Estrellas Futuras, el espectáculo que organizan las Grandes Ligas con los jóvenes más prometedores de los 30 equipos.
Y también allí enseñó su poder.
Tiene un brazo potente, aunque todavía trabaja en su defensa, especialmente en el mascoteo, la mecánica del disparo y los bloqueos. Por ello, no será el catcher en Nueva York, todavía. Necesitará tiempo para conocer y manejar a sus pitchers. Pero si el bate está listo, como parece, puede que este ascenso sea para siempre.
“Sabe lo talentoso que es y también qué es lo que quiere”, dijo a MLB.com el veterano Kevin Bowles, su manager en Triple A. “También tiene la actitud correcta y la ética de trabajo para convertir eso en realidad”.
Álvarez estrena uniforme y estatus. Comienza la hora grande para el prospecto número uno de Venezuela y de todo el beisbol.