Michael Kives, un antiguo agente de Hollywood y ex asesor de Hilary Clinton, conectó al fundador de FTX con Katy Perry, Orlando Bloom, Bill Clinton y otros. Según una demanda, su empresa recibió 700 millones de dólares a cambio.
Aproximadamente 10 meses antes de su arresto por cargos de fraude, el magnate de las criptomonedas Sam Bankman-Fried posó para una fotografía en el Super Bowl de 2022 en Inglewood, California.
A un lado de él estaban Orlando Bloom y Katy Perry, la pareja de celebridades. Al otro lado se encontraba la actriz Kate Hudson. En el centro, con el brazo sobre el hombro de Bankman-Fried, se encontraba una figura menos conocida: Michael Kives.
Kives, un agente de Hollywood convertido en inversionista, desempeñaba un papel inusual en el imperio empresarial de Bankman-Fried: el super contacto o celestino de celebridades. Él y su socio comercial, Bryan Baum, ayudaron al joven fundador a cultivar relaciones con Bloom, Perry y el expresidente Bill Clinton, y ofrecieron presentaciones a un grupo de celebridades y líderes empresariales, desde Leonardo DiCaprio hasta el gobernador del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita.
La relación era mutuamente beneficiosa. Bankman-Fried invirtió 700 millones de dólares en la firma de capital de riesgo de Kives, según consta en los registros judiciales, un nivel extraordinario de apoyo para un fondo con un historial breve de inversiones en nuevas empresas. Kives, el fundador y rostro de la firma, y Baum recibieron cada uno 125 millones de dólares como parte del acuerdo.
Kives, de 42 años, y Baum, de 34, formaban parte de una red discreta de intermediarios que presentaban celebridades y otros poderosos a la industria de las criptomonedas, la cual en ese entonces estaba en auge. Antes de que las criptomonedas se desplomaran el año pasado, una serie de endosos de estrellas de Hollywood, atletas profesionales, titanes empresariales y políticos crearon una aura de credibilidad en torno a este mercado volátil y en gran medida no regulado.
Ahora, las consecuencias legales del colapso de la industria de las criptomonedas ofrecen una visión de cómo se llevaron a cabo esas promociones, revelando los mensajes de texto, las cenas y las presentaciones amistosas que alimentaron este mundo de fama, poder y grandes negocios.
El jueves, los abogados de quiebras de FTX demandaron a la firma de Kives, K5 Global, para recuperar el dinero que Bankman-Fried había invertido. Los 700 millones de dólares fueron una de las sumas más grandes que el fundador de FTX aportó a cualquier grupo; la demanda afirmaba que había realizado la inversión “para mejorar su propia influencia política y social”.
Según la demanda y una versión del contrato del magnate de las criptomonedas con Kives y Baum revisada por The New York Times, Bankman-Fried acordó invertir hasta 3 mil millones de dólares en tres años en K5. La demanda argumentaba que Bankman-Fried no había realizado una debida diligencia significativa y había pagado en exceso a Baum y Kives, describiendo las transacciones como un esquema fraudulento para enriquecer a los ejecutivos.
Los fiscales federales han acusado a Bankman-Fried, de 31 años, de un fraude masivo en el que desvió miles de millones de dólares de los clientes de FTX para hacer donaciones benéficas, contribuciones políticas y grandes inversiones. Él se ha declarado inocente.
Una portavoz de K5, Elizabeth Ashford, dijo que la demanda era “infundada” y que K5 creía que estaba estableciendo una relación comercial legítima a largo plazo con Bankman-Fried. Un portavoz de Bankman-Fried se negó a hacer comentarios.
Kives, quien fue asistente de Clinton, comenzó a trabajar en Creative Artists Agency en 2003, representando a actores como Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger. En la boda de Kives en 2019 en Palm Springs, California, Perry cantó “Hava Nagila”, una canción folclórica judía, y dos escritores del programa televisivo The Office hicieron una rutina de comedia.
Kives fundó K5 en 2018. Más tarde se unió Baum, un empresario que había cofundado una empresa de software adquirida por Lyft. K5 ha invertido en nuevas empresas como SpaceX y Boring Co., dirigidas por Elon Musk, acumulando una cartera de 148 empresas.
A medida que construían K5, Kives y Baum promocionaban sus conexiones, incluida la del multimillonario financiero Warren Buffett.
En una entrevista, Buffett dijo que Kives era un “presumido” que “podría mencionar que tiene una conexión conmigo, pero no la tiene”. Buffett dijo que había conocido a Kives durante su tiempo en Creative Artists Agency. Desde entonces, dijo, Kives se ha puesto en contacto con él sobre algunas oportunidades de inversión, las cuales ha rechazado.
A fines de 2021, Kives utilizó su red para establecer una relación con Bankman-Fried, quien estaba ganando prominencia a medida que las criptomonedas se disparaban. Se pusieron en contacto por correo electrónico, según la demanda, y Kives presentó a Bankman-Fried a la cantante Sia.
Dos días antes del Super Bowl del año pasado, Bankman-Fried asistió a una fiesta en la casa de Kives en Beverly Hills, California, donde pasó tiempo con Perry y Bloom, según cuatro personas familiarizadas con el asunto. Durante una sesión de karaoke, tres de las personas dijeron que Perry interpretó una canción que incluía letras sobre FTX. Al día siguiente, ella escribió en Instagram que dejaba la música para convertirse en pasante de FTX.
Más tarde, Bankman-Fried elogió a Kives diciendo que era una de las personas más conectadas que había conocido, según la demanda. Reservó un espacio para Baum en un complejo de apartamentos en las Bahamas, donde estaba ubicado FTX, según la demanda. Y dio a los socios de K5 acceso a los canales de mensajería interna de FTX.
En abril de 2022, Bankman-Fried organizó una conferencia de criptomonedas de cuatro días en las Bahamas. Bloom y Perry se unieron al evento en el complejo Baha Mar en Nassau, cenando con Bankman-Fried y otros visitantes de alto perfil.
También estuvo presente otra figura pública a la que Kives había presentado a Bankman-Fried: Clinton, quien formó parte de un panel junto al fundador de FTX.
Para entonces, FTX había firmado acuerdos formales de patrocinio con celebridades como Tom Brady y Larry David. Perry también había mantenido conversaciones con FTX sobre un respaldo oficial, según tres personas familiarizadas con el asunto.
El representante de Perry, Martin Kirkup, se negó a comentar sobre las conversaciones de patrocinio y dijo que la publicación de Instagram era una “broma”. Los representantes de Hudson y Bloom dijeron que FTX no había compensado a los actores de ninguna manera. Y Ashford, la portavoz de K5, dijo que la empresa no había intermediado ninguno de los acuerdos formales de publicidad de FTX.
Pero durante meses, los socios de K5 actuaron como guías turísticos de Bankman-Fried en los pasillos de la fama y el poder.
En la fiesta del Super Bowl de Kives, Bankman-Fried también conoció a Bobby Kotick, el CEO de la empresa de videojuegos Activision Blizzard, según una persona familiarizada con el asunto. Kives trató de fomentar la relación, transmitiendo una invitación a cenar de Kotick a Bankman-Fried en abril de 2022, según mensajes vistos por The Times.
Ese mes, Kives también envió un mensaje de texto a Musk, instándolo a sumar a Bankman-Fried a la adquisición de Twitter, que Musk estaba negociando. “Podría ser interesante hacer esto con Sam Bankman-Fried”, escribió Kives en un mensaje que se hizo público como parte de una demanda diferente el año pasado.
En junio pasado, Bankman-Fried asistió a una gala benéfica en Casa Cipriani en Nueva York. Leonardo DiCaprio también estuvo presente en el evento. Cuando Kives se enteró, envió un mensaje de texto al actor, animándolo a hablar con Bankman-Fried, según una persona familiarizada con el asunto.
En ese mismo período, Kives puso en contacto a Bankman-Fried con MasterClass, un sitio web de tutoriales impartidos por personas famosas, según tres personas familiarizadas con el asunto. Bankman-Fried grabó una lección sobre criptomonedas el verano pasado, dicen estas personas. Sin embargo, su segmento fue eliminado de la versión final.
Los representantes de Kotick y DiCaprio se negaron a hacer comentarios.
Baum también aprovechó su red. El año pasado, organizó una reunión entre Bankman-Fried y Nelson Peltz, el multimillonario inversor activista, según cuatro personas familiarizadas con el asunto. Peltz quedó lo suficientemente impresionado con el fundador de FTX como para invitar a Bankman-Fried a la lujosa boda de su hija Nicola y Brooklyn Beckham, hijo de David y Victoria Beckham, según correos electrónicos obtenidos por The New York Times (Bankman-Fried no asistió).
Meses después, Baum ayudó a Bankman-Fried y a su hermano menor, Gabe, a programar una reunión en Miami con Ron DeSantis, gobernador de Florida, según tres personas familiarizadas con el asunto y mensajes vistos por The New York Times.
Luego, en octubre, logró que Bankman-Fried apareciera con Larry Fink, CEO de la firma de inversiones BlackRock, en una conferencia en Nueva York, según tres personas familiarizadas con el asunto. Más tarde ese mes, Kives se ofreció a conectar a Bankman-Fried, quien viajaba al Medio Oriente para recaudar dinero, con Yasir al-Rumayyan, líder del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita, según mensajes obtenidos por The New York Times.
Los representantes de DeSantis, Fink y el fondo saudita se negaron a hacer comentarios.
En noviembre pasado, FTX se derrumbó después de una avalancha de retiros que revelaron un agujero de 8 mil millones de dólares en sus cuentas. Baum y Kives contactaron a firmas de capital privado y multimillonarios para ayudar a Bankman-Fried a reunir dinero para salvar la empresa, según la demanda.
Nadie acudió en ayuda de FTX. Kives y Baum no han dicho nada públicamente sobre su relación con Bankman-Fried desde que FTX se declaró en quiebra.
Kives ha seguido haciendo contactos. En mayo, él y su esposa, Lydia, organizaron una cena en su casa en Beverly Hills, según mensajes revisados por The New York Times. Los invitados de primera categoría incluyeron a Hillary Clinton, Kris Jenner, Olivia Wilde, DiCaprio y Perry.
David Yafee-Bellany, Erin Griffith – The New York Times
Lea el artículo original aquí.
