Una extraña camiseta fue puesta en exhibición este martes en las tiendas de memorabilia del Yankee Stadium. Tenía ribetes rojos, el número 17 y caracteres japoneses en la espalda. Era la camisa de Shohei Ohtani.
El astro nipón, a quien tan a menudo se compara con el mítico Babe Ruth, visitó la casa de los Yanquis en Nueva York y volvió a ser la figura central de todo.
No solo brilló con el madero, una vez más. Es que Ohtani será agente libre al finalizar esta temporada y cada vez son más los comentarios que hablan del interés que puede causar en el Bronx.
¿Fueron esas camisetas una manera de guiñarle el ojo a la estrella del montículo y del madero?
Porque el departamento de Mercadeo del equipo no solo ofreció el uniforme oficial del slugger y lanzador. También puso a la venta una camiseta conmemorativa con las imágenes de Ohtani y Aaron Judge, con esta inscripción en el pecho: “Batalla de jonrones en el Bronx”.
CONTENTO EN ANAHEIM
Ohtani está contento en Anaheim. De eso no hay dudas. Es el pilar fundamental de los Ángeles, incluso por encima de su amigo Mike Trout, con quien comparte alineación y prestigio. El club no deja de celebrar sus hazañas y de publicar fotos en las que sonríe con los colores rojos de los querubines.
Nez Balelo, representante del toletero zurdo, confirma que todo está bien entre las partes.
“Shohei es un ángel”, dijo Balelo hace poco a MLB.com. “Va a ser un ángel todo el año. Él está emocionado por eso. Perry (Minasian, el gerente general de los serafines) ha armado un muy buen equipo, por lo que estamos entusiasmados con lo que vendrá en 2023”.
El agente, sin embargo, ya adelantó que su pupilo va a probar el mercado, una vez caiga el último out de la Serie Mundial.
“Shohei se ganó el derecho de jugar este año, explorar la agencia libre y ya veremos cómo se desarrolla eso”, sentencia Balelo.
La formidable doble habilidad de Ohtani hará que muchos quieran tenerlo a bordo. Y este mismo martes volvió a demostrar el porqué.
¿500, 600 MILLONES?
El japonés destrozó esa pelota en medio de la celebración que organizaron los Yanquis por el centésimo aniversario del parque original del equipo, que después de la campaña 2008 fue demolido para ser reemplazado por el escenario actual.
Aquel parque de 1923 fue bautizado popularmente como “la casa que construyó Babe Ruth”.
“Es un campo muy bello, con aficionados apasionados”, declaró Ohtani a la agencia The Associated Press. “Siempre espero el momento de jugar aquí”.
La fanaticada de los Bombarderos también quisiera tenerlo allí. Los seguidores de todos los equipos lo quisieran. De hecho, desde el Spring Training se habla del posible destino del japonés.
También, por supuesto, se especula constantemente sobre la enorme cantidad de dinero que llegará a recibir en su próximo contrato.
El sitio Fansided asegura que la predilección de Ohtani por la Costa Oeste, la mayor cercanía con su país y una plaza con más vínculos con la Tierra del Sol Naciente debería llevarle a firmar con los Dodgers, Gigantes, Padres o Marineros. El análisis no duda en proyectar un pacto por más de 500 millones de dólares, una cifra todavía desconocida en la MLB para convenios de largo plazo.
NBC Sports llegó a plantearse si deberían los Medias Rojas ofrecer 600 millones de dólares al nipón, para llevárselo con ellos a la Costa Oeste. Tratándose de un pelotero que entonces tendrá 29 años de edad, parece difícil. Pero como también se trata de un jugador que puede lanzar como un as y pegarle a la pelota con tanta fuerza como el mejor, ¿por qué no?
Esa pudiera ser la motivación por la que los Yanquis han puesto sus camisetas a la venta, aunque se trate de la estrella del club rival. Este miércoles, no obstante, The Athletic sostuvo que “Nueva York y sus fans tienen pocas posibilidades” de quedarse con la estrella.
Después de todo, pudiera también tratarse de un simple intento de ganar dinero, aprovechando la popularidad del célebre visitante. A fin de cuentas, ya en 2018 era posible ver camisas de Ohtani colgadas en las tiendas que rodean el Yankee Stadium.
Hace cinco años no hubo este revuelo, porque faltaba mucho para que llegara el momento de verle declararse agente libre. Ahora esa posibilidad está allí, a la vuelta de la esquina.
Ohtani será libre para negociar con cualquiera en noviembre. Y entonces se verá si sirvió de algo el gesto de los Yanquis, al colocar la camisa con su nombre en la propia tienda de la divisa neoyorquina. Lo más probable, al final, será que esa decisión dependerá de cientos de millones de razones más.