Si solo tienes unos segundos, lee estas líneas de los traumas ocasionados por las ciberestafas:
- Quienes han sido víctimas de ciberestafas a veces sienten vergüenza o culpa por lo ocurrido y pueden encontrar dificultades para cortar la comunicación con los estafadores.
- Para frenar la extorsión, es aconsejable pedir ayuda a personas cercanas, además de denunciar el engaño.
- Acudir a un psicólogo o buscar grupos de apoyo mutuo puede ser útil para lidiar con la baja autoestima que pueden experimentar algunas personas tras ser engañadas.
Algunas personas que lamentablemente han sido víctimas de estafas o engaños cibernéticos se sienten muy afectadas psicológicamente y sienten vergüenza o culpa por lo ocurrido, especialmente si han generado un vínculo emocional con el estafador o victimario, como ocurre en el caso de las estafas amorosas. A veces, incluso, esas víctimas se sienten incapaces de cortar la comunicación con las personas que están detrás del engaño cibernético Si nos encontramos en esta situación, ¿qué podemos hacer?
Si has sido víctima de ciberestafas coméntaselo a personas cercanas
En caso de extorsión, según los expertos consultados por Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, lo primero que hay que hacer para frenarla es romper el silencio.
La psicóloga Mercedes Cimas afirma que debemos contar a nuestros familiares y allegados lo sucedido. “Una de las cosas que más mantiene la ansiedad, aparte de agravar estos problemas, es que es un secreto. No lo hablamos por vergüenza, que es la emoción asociada con estos timos (engaños)”, explica.
En esto coincide Aurora Gómez, psicóloga de Corio Psicología, una iniciativa española de atención terapéutica: “Romper la vergüenza por haber sido estafada es lo más importante, porque esa vergüenza es el mecanismo central que permite a los timadores (estafadores) seguir haciéndolo”.
“Un problema grave en la gente que ha sido timada (estafada) es no contarlo, lo que necesitan es el apoyo de otras personas para salir de ahí”, afirma por su parte José Elías Fernández, psicólogo sanitario. Por ello, considera que el primer paso es acudir a las personas de confianza y también denunciar el engaño. Además, Gómez destaca la importancia de pedir ayuda más de una vez y con varias personas. “Cuando tú te atreves a pedir ayuda, puede que la primera persona a la que se la pides no sea capaz de entenderte, ni validarte, ni ofrecerte protección. Pero no dejes de hacerlo, porque habrá otra persona que sí puede”, asegura.
Romper la barrera de la vergüenza y no dejar que baje nuestra autoestima
Tras ese primer paso, hay que “reestructurar las emociones de invalidez y la sensación de incapacidad” y trabajar en el “autoconcepto de uno mismo”, apunta Cimas. Según la experta, la gente que ha sido víctima de una estafa debe lidiar con una autoestima baja porque se sienten inferiores por haber sido engañadas.
Si este es nuestro caso y estamos sufriendo, debemos acudir a un psicólogo para empezar a trabajar en esas emociones. Gómez también considera útiles los grupos de apoyo mutuo: “Te pueden salvar de ese sentimiento de sentirte tan solo y encontrar las herramientas para luchar, para que se vea que es un fenómeno más complejo y más grande de lo que parecía”.
En el último año, 1 de cada 4 estadounidenses ha sido víctima de un delito cibernético, según la Oficina para Víctimas del Crimen (OVC). En este país, hay algunos programas que ofrecen grupos de apoyo a las víctimas de estafas y una Red de Apoyo a la Ciberdelincuencia (CSN) que dispone de recursos que pueden ser de ayuda para estas personas.
La presidenta de la asociación española que cuida de las personas estafadas Victifin, Jessica González, explica que lo más importante es hacer entender a las víctimas de ciberestafas que no son culpables, que no son las únicas y que no han caído en el engaño por “ser tontas”. “Les hacemos ver que los estafadores son personas muy preparadas y con muy buenos métodos para realizar la estafa. También les decimos que ha caído gente con un alto nivel intelectual y económico y también personas sin estudios”, manifiesta González.
Y recuerda: cualquiera puede ser víctima de un engaño
En esta misma línea, Juan Carlos Galindo, presidente de la Asociación Internacional de Víctimas del Fraude Digital y Ciberestafa (AIVC), destaca la importancia de “eliminar esa supremacía intelectual de ‘eso a mí no me pasa’ o ‘hay que ser tonto para caer en ese timo (estafa)’, ya que conlleva que las víctimas de ciberestafas escondan que han sufrido una estafa y, por ende, a no denunciar”. “El miedo y la vergüenza les coarta y les deja silenciados”, afirma.
En esta nota te contamos cómo detectar si estás siendo víctima de un intento de estafa o phishing y qué recomiendan las autoridades hacer si ya ha ocurrido. Entre los pasos está denunciar ante las autoridades con todas las pruebas de las que dispongamos. También podemos compartir nuestra experiencia con los demás para evitar que otros también caigan en la trampa. “Hay que pensar que ser timados es una experiencia que nos tiene que ayudar en el futuro, para saber quién y cómo te puede timar y detectarlo desde el principio”, manifiesta Fernández.
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