La fecundación es el proceso por el cual los gametos femeninos (óvulos) y los gametos masculinos (espermatozoides) se unen para dar lugar a un embrión. Este embrión se implantará en el útero de la mujer y lo gestará durante las 40 semanas que dura el embarazo humano.
La inseminación post-mortem es realizada con los gametos de alguno de los dos progenitores o ambos fallecidos, según una nota de un portal de medicina reproductiva. Es decir, los óvulos o el semen provienen de una persona fallecida en el momento de esa fecundación. Para ello, es necesario que los óvulos o esperma hayan sido previamente obtenidos de la persona viva. Así como que se hayan conservado criopreservados o congelados en los tanques de un laboratorio de fecundación in vitro.
Portugal y su primera inseminación post-mortem
Ângela Ferreira es una mujer que lideró una batalla en Portugal para legalizar la inseminación post-mortem después de que su marido Hugo falleciese de cáncer en 2019. Y habiendo dejado por escrito su deseo de que su mujer tuviese un hijo con el semen que criopreservó todavía en vida. Es así como el pasado 16 de agosto ha dado a luz a Guilherme.
“Hoy nuestro mundo quedó más iluminado. Guilherme nació a las 11:09 con 3,915 kg y 50,5 cm. Es un niño lleno de salud. ¡Gracias mi amor Hugo Neves Ferreira por haberme escogido para este sueño! ¡Gracias a todos por su amor y preocupación! ¿Y ahora? Ahora voy a aislarme en esta burbuja de amor y disfrutarla tanto como pueda. Podría y tal vez debería decir más, pero en este momento quiero disfrutar y disfrutar de este amor sin fin”, escribió Ângela en su red social Instagram.
La ley que aprobó Portugal
En el año 2020 una serie documental del caso consiguió movilizar a más de 100 mil personas para firmar una petición para que la propuesta fuese discutida en el Parlamento de Portugal. Tras varios proyectos de diferentes partidos, y con un veto presidencial de por medio, la inseminación post-mortem entró finalmente en vigor en Portugal en noviembre de 2021.
De acuerdo a medios internacionales, finalmente, en febrero de 2023, Ângela Ferreira hizo público su embarazo a través de las redes sociales. La norma permite que una mujer sea inseminada con el material genético de su pareja fallecida “en los casos de proyectos parentales expresamente consentidos”. Y en un periodo de entre seis meses y tres años tras la muerte; si el proceso culmina con el nacimiento de un bebé, es considerado hijo del fallecido a nivel legal.