Recientemente, la asamblea legislativa de Florida aprobó un polémico proyecto de ley sobre los baños, el proyecto de ley 1521 de la Cámara de Representantes, que afecta al acceso de las personas transgénero a los baños y vestuarios acordes con su identidad de género. Esta medida forma parte de una creciente oleada de legislación anti-LGBTQ que recorre Estados Unidos. El proyecto de ley afecta a escuelas, edificios gubernamentales, prisiones y centros de detención, y ahora espera la firma del gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien se espera que lo convierta en ley.
A pesar de que algunos republicanos se unieron a los demócratas en la oposición, la mayoría de los legisladores de Florida siguieron adelante con el proyecto de ley, que finalmente tuvo un alcance más reducido que los borradores anteriores. Las versiones iniciales proponían ampliar la prohibición también a las instalaciones de numerosas empresas privadas. Los activistas LGBTQ y de las libertades civiles han criticado la legislación, argumentando que criminaliza a las personas transgénero por el mero hecho de existir en espacios públicos.
El director de política pública de Equality Florida, Jon Harris Maurer, expresó su preocupación por el proyecto de ley, abogando por que el gobierno del estado se ocupe de cuestiones más urgentes en lugar de centrarse en las personas que simplemente tratan de utilizar los baños y estar en los espacios públicos. Human Rights Watch también condenó la legislación, calificándola de “intento degradante y sistemático de deshumanizar a una de nuestras comunidades más marginadas”.
Los nueve autores republicanos del proyecto de ley afirman que su principal intención es “mantener la seguridad pública, la decencia, el decoro y la privacidad”. Sin embargo, no respondieron a las peticiones de comentarios. Las investigaciones indican que las mujeres transexuales corren un mayor riesgo de violencia que las mujeres cisgénero.
La aplicación de una ley de este tipo sigue siendo incierta, ya que define el sexo en función de factores como los cromosomas, las hormonas sexuales naturales y los genitales internos y externos presentes al nacer. El transexual Kaleb Hobson-García expresó su preocupación por el hecho de que, a pesar de su aspecto y su voz, el proyecto de ley le obligaría a utilizar el baño de mujeres, lo que podría dar lugar a situaciones incómodas y poner en peligro su seguridad.
En estados como Kansas, Arkansas e Iowa se han promulgado proyectos de ley similares. En 2016, Carolina del Norte se convirtió en el primer estado en aprobar un proyecto de ley de este tipo, lo que supuso una pérdida estimada de 3.700 millones de dólares debido a los boicots de otros estados y empresas. Sin embargo, los primeros partidarios del boicot están reevaluando su eficacia dado el reciente aumento de la legislación antitrans.
La legislatura del estado de Florida sigue adelante con al menos cuatro proyectos de ley anti-LGBTQ aprobados recientemente. Entre ellos, un proyecto de ley que prohíbe a los educadores hablar de orientación sexual e identidad de género hasta el octavo grado e impide que se exija a profesores y alumnos utilizar pronombres que no coincidan con el sexo asignado al nacer. Además, la legislatura estatal aprobó un proyecto de ley que permite a los proveedores de atención sanitaria y a las compañías de seguros denegar servicios basándose en objeciones de conciencia, lo que podría afectar de forma desproporcionada a las personas LGBTQ.
Estos esfuerzos legislativos representan una tendencia nacional de retroceso de los derechos de las personas transgénero, lo que suscita preocupación por el bienestar y la seguridad de estas personas en Estados Unidos.
