Cuatro estadounidenses fueron secuestrados por hombres armados en México el viernes 3 de marzo, poco después de cruzar la frontera a través de la ciudad de Matamoros, en el estado de Tamaulipas, frente a Brownsville, Texas.
El FBI informó que los estadounidenses cruzaron la frontera a bordo de una minivan blanca con placas de Carolina del Norte.
Los pasajeros fueron atacados poco después de ingresar a la ciudad. Luego los trasladaron a otro vehículo y se los llevaron.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, informó que los cuatro estadounidenses habían “cruzado la frontera para comprar medicamentos en México” cuando quedaron atrapados en un fuego cruzado “entre grupos”.
Matamoros está en la orilla sur del Río Grande, directamente al otro lado de la frontera con Brownsville. La distancia de 3,1 millas entre las dos ciudades se puede recorrer en unos 15 minutos, según Google Maps.
El FBI, que está investigando el secuestro junto con las agencias policiales mexicanas, ofrece una recompensa de $50 mil mientras las autoridades buscan el arresto de los pistoleros y el regreso de las víctimas.
Por esta razón los estadounidenses cruzan la frontera hacia Matamoros
Todos los días, decenas de miles de personas cruzan a pie o en automóvil el puente de Brownsville a Matamoros, hogar de 580 mil habitantes, para citas médicas, comercio o actividades cotidianas como almorzar.
Los números son difíciles de obtener, pero según los expertos, los estadounidenses cruzan regularmente la frontera para recibir atención médica y cirugías estéticas.
De acuerdo con los académicos que estudian la frontera entre Estados Unidos y México, una de las razones de atención médica más comunes por las que los estadounidenses cruzan la frontera es para visitar a un dentista.
“Es un fenómeno muy común viajar a Reynosa o Matamoros por medicamentos o procedimientos médicos, y especialmente para ver dentistas porque es menos costoso que en Texas”, explicó a The Washington Post Néstor Rodríguez, profesor de sociología de la Universidad de Texas en Austin.
“Algunos mexicoamericanos pueden sentirse más familiarizados con los médicos mexicanos que con los estadounidenses”, comentó Rodríguez.
Kathleen Staud, profesora emérita de ciencias políticas en la Universidad de Texas en El Paso, agregó que los medicamentos recetados son mucho más baratos en México y que para las personas que no pueden pagar un seguro médico en EEUU les resulta mejor atenderse en el país vecino.
La profesora explicó que las farmacias mexicanas también ofrecen algunas ventajas sobre las de Estados Unidos, incluido personal que atiende en español y que venden medicamentos sin recetas médicas.
José M. Villarreal, profesor de estudios chicanos latinos en la Universidad de Texas Rio Grande Valley, informó que los productos más demandados por los estadounidenses en Matamoros son medicamentos para la presión arterial alta, para la diabetes y los antibióticos.
Matamoros no es un sitio seguro
Matamoros es una ciudad del estado de Tamaulipas, uno de las seis entidades a los que el Departamento de Estado recomienda a los estadounidenses que no viajen, citando el riesgo de delincuencia y secuestro.
“Los grupos criminales tienen como objetivo los autobuses de pasajeros públicos y privados, así como los automóviles privados que viajan a través de Tamaulipas, a menudo tomando pasajeros y exigiendo pagos de rescate”, dice el último aviso de viaje del departamento.
Tamaulipas tiene una larga historia de anarquía, siendo una ruta principal para los migrantes que se dirigían a los Estados Unidos, así como para la vida fronteriza bulliciosa e integrada que comparten los mexicanos y los estadounidenses en ambos lados.
Aproximadamente en la última década, Tamaulipas se ha convertido en un emblema de la violencia relacionada con las drogas en México, y los grupos criminales y las bandas de narcotraficantes habitualmente luchan en guerras territoriales, aterrorizan a las comunidades y organizan redes de secuestro.
Sin embargo, aunque actualmente la ciudad está en manos del Cartel del Golfo, las autoridades mexicanas han logrado avances sólidos en la mejora de la seguridad.
Según datos oficiales, las cifras de secuestros y homicidios, a nivel local y en todo el estado, han disminuido significativamente en los últimos años. Hay muchos menos ataques de alto perfil como los secuestros del viernes, y los residentes viven en relativa paz.