Luis Moros nació en la ciudad de Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui, Venezuela, en la víspera de una fecha cumbre que, a su juicio, marcó su destino. Fue un 10 de abril de 2002, justo un día antes del golpe de estado que derrocaría al régimen socialista de Hugo Chávez Frías, solo por unos días, pues regresaría al poder el 14 de abril.
Él estaba llegando al mundo en un clima de inestabilidad política y viviría el resto de sus días en Venezuela con la ausencia de algo que en muchos países dan por sentado y de lo cual no se toma conciencia frecuentemente: la democracia.
Así pues, años más tarde, luego de insistirle a su madre en dejar su país natal y marcharse rumbo a EEUU, tomaron la decisión. Se establecieron en Miami, sin saber que al inicio – solo con $100 en el bolsillo – vivirían una situación muy difícil, que los llevaría convertirse en “homeless” o “sin hogar”, moviéndose de un lugar a otro, a casas de personas que le brindaron la mano, hasta ocho veces en un año.
“Llegar a Miami fue mi comodín, porque pude conectar con audiencias hispanas y dije ‘este es mi territorio’. No estaba llegando a Kansas o North Dakota, sino Miami, la ciudad donde con el español y un poco de inglés podría progresar. Yo no sabía nada de inglés. Me tocó aprenderlo allá”.
El joven no comulgaba con lo que su juicio es “una manera de pensar muy comunista o socialista” desde principios de los 2000, en la cual “la mayoría de las personas se conformaron con lo que tenían”. No podía entender cómo la Venezuela de los 80’s que le describía su mamá, con inmigrantes europeos que llegaron después de la Segunda Guerra Mundial para establecer negocios, ya estaba extinta. Así que la situación país lo hizo querer salir y lo llevó a convencer a su progenitora de emigrar.
Desde los 10 años, afirma, sabía que quería ser abogado, porque tiene familiares que se dedican a las leyes y es creyente de que debe haber orden y justicia, pero ser criado en un país donde no hay estos elementos, “en una completa anarquía”, era todo un reto.
Siempre se rodeó de personas mayores que él, pues tenía una madurez prematura para su edad. Por eso, quizás, al ver a este chico de tan solo 20 años, la imagen que transmite al hablar y presentarse frente a cualquiera es de una persona mayor. Es decir, un Luis Moros con un alma vieja y un cuerpo joven, un presente extraordinario y un futuro muy prometedor.
“Toda mi vida me relacioné con personas mayores, rodeado de muchas mujeres, por esto tuve un gran madurez y ese gran despertar de lo que es la justicia. Yo creo en las leyes”, afirma con un sueño claro: “ser el primer hombre hispano en la Corte Suprema de Justicia”, donde se encuentran actualmente Sonia Sotomayor, la primera mujer hispana y la tercera fémina en prestar servicio a esa institución y más recientemente, este año, Ketanji Brown Jackson, la primera mujer afroamericana en llegar al máximo tribunal. Junto a ellas quiere estar Moros, quien hasta el momento va a acumulando éxitos que lo hacen brillar.
Luis Moros empezó en el sistema educativo estadounidense estudiando en Hialeah Gardens el noveno grado de High School, entró a la Florida International University (FIU), en donde estudia actualmente, y este año se convirtió en el primer latinoamericano y venezolano en particular, en ser aceptado en la clase inaugural de la Facultad de Derecho de la Universidad de Stanford, la segunda más importante de EEUU y la sexta del mundo.
En la FIU estudia dos licenciaturas, una en Ciencias Políticas y otra en Administración Pública. Además, como si fuera poco, realizó un diplomado acreditado por la Organización de Estados Americanos (OEA) en Liderazgo, Inclusión Social y Acceso a Derechos Humanos y en su haber posee cinco certificaciones en liderazgo cívico, persuasión, leyes constitucionales e inteligencia emocional. Sí, todo eso con 20 años.
Pero todo no queda allí, pues al venirse a Washington DC, ingresó al Congreso de los Estados Unidos con una pasantía y se quedó por un tiempo más como “fellow”, redactando proyectos de ley, en el lugar donde se gestan las iniciativas para promover cambios en la nación. Luego aceptó una oferta dentro del Centro de Políticas Bipartidistas, un “think tank” estadounidense, en donde realizaba memorandos y promovía proyectos de ley. Recientemente se unió al equipo de la organización Blue Haven Initiative, también otro “think tank”.
¿Se puede seguir hablando de los logros de este joven? Pues sí, ya que Moros asevera que su propósito en la vida es dejar un espacio mejor al que encontró y una “huella en diferentes organizaciones”, así como en sus proyectos personales, tal como lo busca hacer con su libro, que pronto se convertirá en su ópera prima. Se trata de “Imprescindible”, que toca el tema de la persuasión y se lanzará a principios de 2023 de la mano de la editorial Publify Press. De hecho, en su perfil de Instagram, se describe como “The Netsuader”, una mezcla entre las palabras en inglés “networker” y “persuader”, un tejedor de redes y puente de conexión entre personas, así como un persuasor.
Moros, quien también forma parte del Venezuelan American Caucus, asegura que de comenzar en un sistema educativo completamente desconocido y luego de tanto sacrificio a su llegada a este país, se ha convertido en el “gurú de las pasantías” y en la actualidad ayuda a otros jóvenes a navegar este sistema a través de sus redes y en conferencias, así como distintos eventos a lo largo de EEUU contando su historia y transmitiendo su conocimiento. Paso a paso sigue creciendo y se convierte en fuente de inspiración.
“Ser homeless para mí fue la temporada más hermosa de mi vida, porque me dio esa oportunidad de descubrir lo importante, que es lo intangible”. Así que a través de esa etapa de autodescubrimiento se fortaleció y llegó a donde está actualmente…. ¡y lo que falta!