El Presidente Joe Biden inició su campaña de reelección en una reunión en Filadelfia, presentando un enfoque firmemente populista en materia económica.
Se dirigió a una entusiasta asamblea de miembros de sindicatos, destacando la generación de empleo y el refuerzo de la clase media que han permitido sus políticas, e insistiendo en la necesidad de que los ricos contribuyan con su “parte justa” en impuestos.
En su discurso, Biden subrayó la amplia legislación climática, fiscal y sanitaria promulgada el año anterior, que redujo los gastos en medicamentos con receta y disminuyó las primas de los seguros. Se prevé que estas cuestiones financieras constituyan el argumento central de su candidatura para un segundo mandato. Mientras los espectadores coreaban “¡cuatro años más!”, el Presidente declaró: “Tenemos un récord con el que presentarnos”.
La elección de Filadelfia y Pensilvania para su acto oficial inaugural de campaña pone de relieve su importancia en su empeño por la reelección. Filadelfia albergó su cuartel general de campaña para 2020, mientras que Pensilvania fue uno de los estados que revirtieron a los demócratas en 2020 tras respaldar a Donald Trump en 2016.
Antes de la reunión, las principales actividades de campaña de Biden se centraban en la recaudación de fondos. Recientemente reunió fondos en una vivienda privada en Greenwich, Connecticut, y tiene la intención de llevar a cabo recaudaciones de fondos en California, Maryland, Illinois y Nueva York.
Más de 1.000 trabajadores sindicados de diversos oficios, como carpinteros, personal de servicios aeroportuarios, animadores e ingenieros de maquinaria pesada, se reunieron antes de la llegada del Presidente. Numerosos asistentes lucieron camisetas con las insignias de sus sindicatos y expresaron su apoyo a Biden.
Aunque evitó mencionar a posibles adversarios republicanos, Biden reconoció la resistencia del Partido Republicano a sus medidas. Los republicanos han censurado las crecientes tasas de inflación y tachado sus políticas de “Biden-omics”, un término del que se burló el Presidente, afirmando: “No sé qué demonios es eso, pero está funcionando”.
El mitin contó con la presencia de sindicatos que representan a 18 millones de empleados en todo el país y reflejó el inicio de la campaña presidencial de Biden para 2020 en un salón sindical de Pittsburgh. Destacados sindicatos, como la AFL-CIO, la Federación Estadounidense de Profesores y la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, Municipales y de Condados, respaldaron la campaña de Biden el viernes.
Este respaldo colectivo y la asistencia de sindicalistas a la reunión fueron componentes de una estrategia meticulosamente diseñada para exhibir el respaldo laboral a Biden, que se identifica a sí mismo como el presidente más pro-sindical de la historia.
Este respaldo sindical sucedió al respaldo conjunto de las principales organizaciones ecologistas el miércoles. Según un representante de la campaña, los sucesivos apoyos pretendían demostrar que las iniciativas ecológicas en materia de empleo y cambio climático no ponen en peligro los derechos de los trabajadores.
Durante su discurso, Biden censuró a los multimillonarios por contribuir con tan sólo un 8% a los impuestos federales. Respondió a una pregunta del público sobre sus propios impuestos, afirmando que él paga “muchísimo más que eso” y volvió a insistir en la necesidad de que los ricos “paguen lo que les corresponde”.
Antes de dirigirse a la asamblea sindical, el Presidente Biden sobrevoló en helicóptero el tramo colapsado de la Interestatal 95 en Filadelfia, que ha provocado complicaciones de tráfico en una de las autopistas más congestionadas del país.
Michael Smith, electricista jubilado, y Jennifer McKinnon, bibliotecaria de escuela primaria, expresaron su apoyo a la dedicación de Biden al empleo ecológico, las infraestructuras y la educación. Creen que sus estrategias económicas pueden elevar a todos los estadounidenses, contrarrestando el populismo económico que reforzó las campañas de Trump.