Esta semana la prefectura de Fukushima vuelve a ser noticia a nivel mundial cuando trabajadores han empezado con el plan elaborado por el gobierno japonés y la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) para liberar agua que ha sido tratada con el sistema ALPS (Advanced Liquid Processing System), que a través de un bombeo y filtración utiliza una serie de reacciones químicas para eliminar radionucleidos del agua que fue contaminada al ser usada para enfriar las barras de combustible nuclear dentro de los reactores de la planta nuclear Fukushima No. 1 y evitar un desastre mayor después del terremoto y tsunami que la destruyeron en 2011. Los más de mil tanques de agua almacenada dentro de la planta nuclear, que contienen cientos de millones de galones de agua tratada con el sistema ALPS, ocupan un área importante del complejo y eliminar este líquido es parte vital para continuar el proceso de desmantelamiento de la planta.
Este plan para deshacerse del agua ha sido evaluado y aprobado por la IAEA, International Atomic Energy Agency (Organismo Internacional de Energía Atómica), un centro mundial de cooperación en el ámbito nuclear, tiene por objeto promover la utilización de las tecnologías nucleares con fines pacíficos y en condiciones de seguridad tecnológica y física. Ahora mismo la IAEA ofrece en su página web datos en directo desde Japón sobre la descarga del agua tratada de la central nuclear de Fukushima Daiichi relativos, por ejemplo, a los caudales de agua, la monitorización radiológica y la concentración de tritio tras la dilución. El viernes 25 de agosto por la noche (sábado 26 por la mañana en Japón), los indicadores mostraban código verde, es decir “que este aspecto del sistema de descarga (de agua) está operando actualmente y que la información reportada por TEPCO a la IAEA se mantiene dentro de los parámetros esperados”.
Además en días recientes por medio de un comunicado de prensa, el Departamento de Estado de EE.UU. reafirmó su apoyo al plan de Japón para liberar el agua tratada. “Desde el desastre, Japón ha sido abierto y transparente al elegir manejar de una forma responsable el sitio de Fukushima Daiichi y la eventual liberación del agua tratada, coordinando proactivamente con científicos y socios de alrededor de la región del Indo-Pacífico así como con la International Atomic Energy Agency (IAEA), que concluyó que el proceso de Japón es seguro y consistente con los estándares de seguridad nuclear internacionalmente aceptados”, dice parte del comunicado emitido el 25 de agosto.
Otra nación que mostró su apoyo al plan de Japón fue Francia, que durante un press briefing el 22 de agosto dejó clara la posición de su gobierno. “Francia destaca la transparencia de los equipos japoneses en su trabajo, que han realizado en cooperación con la IAEA y continuaremos apoyando a la Agencia a medida que continua monitoreando las actividades a través del proceso”, fue el pronunciamiento.
Fukushima de cerca
De Fukushima hay mucho más que contar que lo que está ocupando titulares ahora, pero esas serán otras historias.
Hace tan solo una semana tuve la oportunidad de visitar la prefectura de Fukushima y pude reunirme con varios funcionarios del Gobierno, incluyendo al gobernador de la prefectura (estado), Masao Uchibori quien hizo un pedido a que la comunidad internacional se enfoque en la revitalización y crecimiento de su estado. Con varios funcionarios conversamos sobre el tema del agua tratada con el sistema ALPS en background y además visité una escuela en donde pude conversar con dos profesores británicos de inglés que residían en la zona afectada por el terremoto, tsunami y desastre nuclear de 2011 y vivieron la tragedia. También tuve la oportunidad de conocer tanto el museo dedicado a explicar el proceso de desmantelar la central nuclear Fukushima Dai-ichi (Central Nuclear Fukushima 1), como el museo memorial de la tragedia (The Great East Japan Earthquake and Nuclear Disaster Memorial Museum) ubicado en Futaba, uno de los pueblos afectados por el desastre y que ha venido rehabilitándose y continúa en proceso de revitalización para que retornen residentes y se reactive la economía de la localidad.
Mi regreso a Washington, DC coincidía con la visita a la capital nacional del académico de la Universidad de Tokio, Koji Okamoto, quien se especializa en ingeniería nuclear y se reunió con los medios para hablar sobre el proceso de liberación del agua tratada con el sistema ALPS en la costa de Fukushima. El Tiempo Latino asistió a esta conferencia de prensa y con mi conocimiento fresco después de visitar la localidad, tuve la oportunidad de hacer varias preguntas al profesor universitario con más de 30 años de experiencia en ingeniería nuclear quien ahora se enfoca en las actividades de desmantelamiento de la planta Fukushima Daiichi.
Deshacerse del agua es un paso necesario
Okamoto comenzó explicando que una de las razones por las cuales es necesario liberar los tanques es porque al tener más de mil de estos no se puede comenzar el proceso de “decommissioning” o desmantelamiento.
El experto aseveró que es seguro descargar las aguas tratadas con el sistema ALPS al océano, haciendo referencia a la composición que tendrá el agua que se está liberando en el mar en relación al agua que ya está en el Océano Pacífico. “Es seguro descargar las aguas tratadas con el sistema ALPS, para entender esto, debemos entender que incluso en este cuarto en donde estamos hay radioactividad, y los humanos tienen alrededor de 6 mil bequerelios (o becquerel, símbolo: Bq) de radiactividad en nuestros cuerpos principalmente de Potasio 40 y Carbón 14… En el Océano Pacífico ya tenemos entre 0.1 a 1 Bq de tritio por litro de agua del mar, y hasta uranio disolviéndose en el agua”. El profesor Okamoto explica que después de tratar el agua con ALPS, el material radioactivo es lo suficientemente bajo y que el tritio es lo único que no se puede remover “pero todo lo demás está por debajo del nivel de degradación y se comprueba el nivel presente en el agua tratada”.
“El gobierno japonés tiene una gran responsabilidad no solo con el pueblo japonés y la comunidad internacional de que el agua liberada no afecte al ambiente, sino también de confirmar que el agua tratada con ALPS cumpla con los reglamentos establecidos”, dijo el académico.
La vida marina estará segura
Según el experto, la mayoría de los pescadores japoneses entienden que el agua liberada es lo suficientemente segura y que por lo tanto no afectará a la vida marina pero están ansiosos por los rumores que puedan dañar la reputación del marisco japonés y por ende poner en riesgo su subsistencia.
Algo que aprendí en mi visita a Fukushima es que el agua tratada por ALPS ha sido probada con peces y moluscos vivos que se crían en tanques de ensayo y luego se comparan con peces y moluscos del océano, algo que corroboró y explicó en detalle el profesor Okamoto.
“Esto demuestra la seguridad de los peces ya que se mide el nivel de tritio en el pez (dentro del agua tratada con ALPS) y se observa cómo sube el nivel de tritio, pero después de que el pez se aleja del agua en donde el tritio está concentrado -En este caso del tanque con agua tratada por ALPS a agua regular del mar- en un par de días ese pez va perdiendo el tritio hasta llegar a un nivel normal”, explicó el profesor.
Las mediciones serán el mejor juez del proceso
El experto de Tokyo University enfatizó que medir los niveles de sustancias en el agua tratada por ALPS y luego el agua de mar, será esencial para llevar a cabo el proceso con éxito.
“Hay mediciones de tritio antes de liberar el agua y después de liberar el agua, y la medición posterior se realizará en diferentes puntos, no solo cerca del sitio de descarga sino también lejos. La cantidad de tritio baja a medida que pasan los días hasta que la concentración es lo que se considera normal”, explicó.
El profesor también reveló que se agruparán las toneladas de agua a descargar y se lo hará por fases y habrá medición y evaluación de cada fase.
¿Qué es el tritio?
Si lo aprendió en la escuela ya lo olvidó y sino es poco probable que hasta antes de estas últimas semanas haya escuchado del tritio. Se trata de un isótopo de hidrógeno que produce bajos niveles de radiación.
“El tritio viene de los rayos cósmicos, está en los rayos del sol, en las auroras y por lo tanto está en la atmósfera terrestre y cae a la tierra con la lluvia. La radiación del tritio es muy baja y en mi opinión no es tan peligroso”, aseveró el profesor en el contexto de los niveles de tritio presentes en el agua tratada con el sistema ALPS.
El futuro de las plantas nucleares
En los Estados Unidos el 18.2% de la electricidad es generada por energía nuclear, por lo que imaginarse un futuro inmediato sin este tipo de energía sería imposible.
“Las plantas nucleares normalmente generan tritio y usualmente se elimina por evaporación o en el agua de mar o de río. El tritio de la planta de Fukushima y el de una planta nuclear cualquiera es el mismo”, reflexiona el experto en energía nuclear.
“Pero la liberación del agua es solo el comienzo, tenemos que continuar explicando y continuar monitoreando el proceso”, concluye Okamoto.