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El presidente Biden indultó a seis personas: estas son sus historias

Este viernes el presidente Joe Biden indultó a seis personas que ya habían cumplido sus condenas, entre ellas a una mujer acusada de asesinato en segundo grado quien mató a su marido que la maltrataba, un veterano de guerra que se declaró culpable de traficar marihuana y varios ancianos. 

No, Biden no se fue del podio repentinamente durante la rueda de prensa con Zelenski: el video está manipulado

Biden había concedido tres indultos anteriores a éste desde que asumió el cargo, además del indulto general que emitió en octubre por condenas federales por simples delitos de posesión de marihuana.

Según la Casa Blanca, los seis indultos se concedieron mediante un proceso deliberativo en estrecha coordinación con el Departamento de Justicia, publicó USA Today.

¿Quiénes son las personas indultadas por el presidente Biden? 

Gary Parks Davis, de Yuma, Arizona: Davis, de 66 años, se declaró culpable de usar un teléfono para una transacción ilegal con cocaína. Tenía 22 años en aquel entonces. El hombre cumplió una condena de seis meses y completó su libertad condicional en 1981. Davis es ahora propietario de un negocio de jardinería, dirige proyectos de construcción y obtuvo una licenciatura. 

Edward Lincoln De Coito III, de Dublín, California: De Coito, de 50 años, se declaró culpable de participar en el tráfico de marihuana cuando tenía 23 años. Fue encarcelado en marzo de 1999 y puesto en libertad en diciembre del año 2000. Antes de cometer el delito había estado en el Ejército de Estados Unidos donde obtuvo numerosos reconocimientos y  medallas de honor. Tras su liberación se convirtió en electricista y ahora es piloto. 

Vincente Ray Flores, de Winters, California: Flores, de 37 años, se declaró culpable de consumir drogas y alcohol mientras prestaba servicio militar. Por su delito fue condenado a a cuatro meses de confinamiento, a la pérdida de 700 dólares de paga al mes durante un periodo de cuatro meses y a la reducción de rango a E-2. Poco después participó en un programa de rehabilitación a cambio de su declaración. Ahora sigue activo en las fuerzas armadas y ha recibido múltiples condocoraciones, entre ellas la Medalla Expedicionaria de la Guerra Mundial contra el Terrorismo, la Cinta de Servicio Expedicionario del Ejército del Aire con Borde Dorado, el Premio a la Unidad Sobresaliente del Ejército del Aire, la Medalla de Encomio del Ejército del Aire y el Premio a la Unidad Meritoria. 

Beverly Ann Ibn-Tamas, de Columbus, Ohio: Ibn-Tamas, de 80 años, fue condenada por asesinato en segundo grado a mano armada por matar a su marido cuando ella tenía 33 años. La dama, quien entonces estaba embarazada, declaró que era víctima de violencia doméstica por parte de su marido. Fue condenada a una pena de entre uno y cinco años de cárcel, con deducción del tiempo cumplido. Su historia sirvió para que se iniciarán múltiple estudios sobre el síndrome de la mujer maltratada.

Charlie Byrnes Jackson, de Swansea, Carolina del Sur: Jackson, de 77 años, se declaró culpable de un cargo de posesión y venta de bebidas alcohólicas destiladas sin timbre fiscal. El delito, que tuvo lugar cuando Jackson tenía 18 años, consistió en una única transacción ilegal de whisky y supuso una pérdida nominal para el gobierno. Fue condenado a cinco años de libertad condicional y no pudo cumplir su sueño de alistarse en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos debido a la condena federal. Jackson ha sido miembro activo de su iglesia desde 1987, ha ayudado a muchos miembros necesitados de la comunidad y ha utilizado sus conocimientos de carpintería para mantener y renovar los edificios de la iglesia.

John Dix Nock III, de San Agustín, Florida: Nock, de 72 años, se declaró culpable de un cargo de alquilar y poner en uso, como propietario, un lugar con el fin de fabricar plantas de marihuana. Nock aceptó su responsabilidad por el delito, que ocurrió hace 27 años. Nock no cultivaba marihuana y no desempeñó ningún papel en la conspiración de la casa de cultivo. Fue condenado a seis meses de confinamiento comunitario en lugar de prisión, seguidos de tres años de libertad supervisada. Nock pagó al gobierno el valor de la casa que alquiló a su hermano en lugar de la confiscación. En la actualidad es contratista general.

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