Encuesta del Financial Times sugiere una disminución del optimismo sobre la capacidad de la Fed para amansar la inflación sin causar una recesión.
Los esfuerzos de la Reserva Federal por acabar con la elevada inflación aumentarán el índice de desempleo de EEUU hasta al menos el 5,5 por ciento, y la mayor economía del mundo entrará en recesión el año próximo, según la mayoría de los economistas académicos más destacados consultados por el Financial Times.
La última encuesta, realizada por Initiative on Global Markets en la Escuela de Negocios Booth de Chicago, en colaboración con el FT, sugiere que cae el optimismo respecto a la posibilidad de que el banco central pueda controlar las presiones sobre los precios sin provocar pérdidas importantes de empleo.
A pesar de que el presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, y los otros altos funcionarios insisten en que es posible un “aterrizaje suave o más o menos suave”, dada la rigidez histórica del mercado laboral, la mayoría de los economistas consultados pronostican un período de dificultad, incluso aunque el banco central ralentice el ritmo de las subidas de las tasas de interés y reevalúe cuánto más necesita comprimir la economía estadounidense.
De los 45 economistas encuestados entre el 2 y el 5 de diciembre, el 85 por ciento prevé que la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas (el árbitro de cuándo empiezan y terminan las recesiones) declarará una recesión para el año próximo.
Aunque la mayoría de los economistas espera que la contracción que se avecina sea de corta duración (con un crecimiento del producto interno bruto que seguirá registrando un aumento del 1 por ciento a finales del próximo año), más de la mitad se prepara para que el índice de desempleo aumente sustancialmente desde su nivel actual del 3,7 por ciento a entre el 5,5 por ciento y el 6,5 por ciento.
Algunos economistas pronosticaron un resultado aún más grave, con un índice de desempleo cercano o superior al 7 por ciento.
“Un aterrizaje suave es extremadamente difícil de lograr y casi no se ha visto en la historia”, indicó Georgio Primiceri, profesor de la Universidad Northwestern que participó en la encuesta.
“No creo que la Fed vaya a necesitar pisar tan fuerte el freno. Tienen que pisarlo un poco más y pueden parar en algún momento, pero probablemente va a ser demasiado tarde para evitar una recesión”.
Los resultados de la encuesta se conocen en un momento en el cual la Reserva Federal se dispone a bajar el ritmo y elevar la tasa de interés medio punto la próxima semana, tras cuatro subidas consecutivas de 0,75 puntos porcentuales. Esa medida incrementaría la tasa de fondos federales a un nuevo rango objetivo de entre el 4,25 por ciento y el 4,50 por ciento.
Según la encuesta, más del 60 por ciento de los economistas participantes esperan que la Reserva Federal aumente su tasa de interés de referencia al menos hasta el 5 por ciento, con el fin de volver a situar la inflación en su objetivo del 2 por ciento.
Para casi el 20 por ciento de los consultados, la tasa de fondos federales alcanzará finalmente un máximo de entre el 5,5 por ciento y el 6 por ciento, mientras que otro 5 por ciento de los encuestados cree que superará el 6 por ciento. En septiembre, solo el 20 por ciento de los encuestados pensaba que la tasa máxima superaría el 5 por ciento.
Una abrumadora mayoría considera que el banco central concluirá sus subidas de tasas en el segundo trimestre del próximo año o antes, y que la mayor parte de los efectos económicos se dejará sentir en la segunda mitad de 2023 o principios de 2024.
Mientras tanto, se prevé que el mercado inmobiliario estadounidense, que ya empezó a ceder ante el peso de las altísimas tasas hipotecarias, siga desplomándose a medida que la actividad económica se paralice. La mayoría de los economistas prevé que el índice de precios de viviendas Case-Shiller descienda un 1 por ciento el próximo año, pero el abanico de posibles resultados es amplio. Más del 60 por ciento de los economistas que pronosticaron un descenso del índice de precios estima que la caída podría superar el 10 por ciento a finales de 2023.
A diferencia de las expectativas actuales de los inversionistas, el 60 por ciento de los encuestados espera que la Reserva Federal mantenga la calma el próximo año y no empiece a bajar las tasas de interés al menos hasta el primer trimestre de 2024, como señalaron sus máximos responsables.
“El mensaje que envió la Fed es claro: la política restrictiva se mantendrá hasta que baje la inflación”, aseguró Ana María Herrera de la Universidad de Kentucky y señaló que es “bastante baja” la probabilidad de que la Fed cambie de estrategia a finales del próximo año.
En ese momento, se espera que la inflación “subyacente”, —medida por el índice de precios del gasto en consumo personal—, se mantenga elevada en 3,5 por ciento. Para diciembre de 2024, casi la mitad de los economistas espera que este indicador de inflación se haya situado por debajo del 3 por ciento, aunque casi una cuarta parte afirma que es “algo” o “muy” probable que se sitúe por encima de ese nivel en ese momento.
Brad DeLong, quien participó en una encuesta de la Universidad de California en Berkeley, afirmó que hoy se siente mucho más confiado en que las presiones sobre los precios no se estén afianzando en la economía, entre otras cosas porque las expectativas de inflación futura siguen bajo control. En su opinión, lo más preocupante es que la Reserva Federal reaccione de forma exagerada y cause daños económicos innecesarios.
“El mayor riesgo está en que la Reserva Federal se exceda y acabemos de nuevo en el estancamiento secular, con las tasas de interés de nuevo en cero y sin nadie capaz de hacer que la economía vuelva a moverse”.
Colby Smith en Washington y Caitlin Gilbert en Nueva York
Derechos de Autor – The Financial Times Limited 2021.
© 2021 The Financial Times Ltd. Todos los derechos reservados. Por favor no copie y pegue artículos del FT que luego sean redistribuidos por correo electrónico o publicados en la red.
Lea el artículo original aquí.