Se dice que el gobernador de Florida, en campaña casi declarada, ve la oportunidad para enfrentarse al expresidente desde la derecha.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha pasado meses reforzando una imagen de mano dura contra el crimen mientras sopesa una candidatura a la Casa Blanca, pidiendo penas más severas contra los narcotraficantes y utilizando bonificaciones de $5,000 para reforzar el reclutamiento de fuerzas del orden en su estado.
DeSantis y sus aliados planean usar esa imagen para contrastar con el favorito republicano en la carrera de 2024, el expresidente Donald Trump.
DeSantis y sus partidarios ven la emblemática ley de justicia penal promulgada por Trump en 2018 como un área de debilidad con su base, y DeSantis ha indicado que la destacaría cuando los dos hombres peleen por la nominación republicana, según tres personas con conocimiento de lo que piensa DeSantis. Esa ley, conocida como el First Step Act, redujo las sentencias de miles de presos.
DeSantis aún no ha anunciado oficialmente su candidatura, pero ha estado trabajando discretamente en una campaña presidencial y sus aliados han estado construyendo un súper PAC. Desde al menos su reelección en noviembre, DeSantis ha sugerido en privado que el historial de Trump en cuanto al crimen es uno de varios temas de política en los que Trump es vulnerable a los ataques de la derecha.
Un factor potencialmente complicado para DeSantis: votó a favor de la versión inicial de la Cámara de la ley en mayo de 2018, cuando aún era congresista. Renunció a su escaño en septiembre de 2018 después de ganar las primarias republicanas para gobernador, y no estuvo en la Cámara para votar por la versión más amplia del proyecto de ley de reforma de sentencias que finalmente se convirtió en el First Step Act en diciembre de 2018.
Otras vulnerabilidades, en opinión de DeSantis y algunos de sus aliados, incluyen la deferencia de Trump hacia el Dr. Anthony Fauci como el principal experto en enfermedades infecciosas del país durante su respuesta inicial a la pandemia de coronavirus.
DeSantis ya ha insistido en ese punto públicamente, contrastando su historial sobre la pandemia con el de Trump. Recientemente le dijo al entrevistador Piers Morgan que habría despedido a Fauci. Sin embargo, en los primeros días de la pandemia, DeSantis no pidió a Trump que lo hiciera.
DeSantis no ha dicho nada públicamente para telegrafiar que tiene la intención de criticar directamente a Trump por ser blando con el crimen. Sin embargo, durante meses, se ha estado preparando en privado para tal contraste, ya sea que provenga de él o de sus aliados.
La seguridad pública fue un problema en la campaña de DeSantis de 2022, como lo fue para varios republicanos. Una persona familiarizada con el pensamiento de DeSantis, dijo bajo anonimato que el gobernador consideraba que la seguridad pública abarca otros asuntos de política, como la inmigración.
En enero, DeSantis anunció una serie de medidas legislativas para la próxima sesión en Florida que, entre otras acciones, endurecerían las penas contra los narcotraficantes.
“Otros estados ponen en peligro a sus ciudadanos al facilitar que los delincuentes vuelvan a la calle. Aquí, en Florida, continuaremos apoyando y promulgando políticas para proteger a nuestras comunidades y mantener seguros a los floridanos”, dijo DeSantis en un comunicado en ese momento. “Florida seguirá siendo el estado de la ley y el orden”.
También ha instituido un programa para pagar bonos de $5,000 para reclutar nuevos agentes de la ley en Florida y ha destacado su éxito al inducir a cientos a mudarse a Florida desde otros estados, como Nueva York y California. Igualmente realizó una mini gira el mes pasado visitando oficinas de policía en las principales ciudades de estados de tendencia demócrata.
Trump es consciente de su vulnerabilidad en el tema de la delincuencia por su historial como presidente, según personas cercanas a él. Poco después de dejar el cargo, comenzó a tratar de vacunarse contra los ataques prometiendo una agenda intransigente de orden público, con un trato especialmente duro a los traficantes de drogas.
Como presidente, siguiendo el consejo de su yerno y asesor principal, Jared Kushner, en diciembre de 2018, Trump firmó el First Step Act, que resultó en la liberación anticipada de más de 3000 reclusos federales.
Un funcionario republicano que no está afiliado a DeSantis y que ha seguido de cerca la reincidencia criminal entre las personas liberadas de prisión debido a dicha ley, dijo que el volumen de esas liberaciones proporcionaría material para anuncios de ataque contra Trump.
El miércoles, Pedro L. González, un conservador con muchos seguidores en línea que a menudo ataca a Trump desde la derecha y defiende a DeSantis, tuiteó que el hombre acusado de agredir a un miembro del personal del Senado, fue liberado de la cárcel por dicha ley, y vinculó su mensaje a una historia de Fox News sobre el caso.
Muchos de los liberados bajo el First Step Act habían sido encarcelados por vender drogas, un delito que Trump ahora dice públicamente que quiere castigar con la pena de muerte debido a la destrucción provocada por las drogas ilegales.
Trump, al principio de su presidencia, reflexionó con admiración en privado sobre cómo dictadores como Xi Jinping de China y el expresidente Rodrigo Duterte de Filipinas ejecutaron a traficantes de drogas. En otras ocasiones, preguntó a los altos funcionarios si era factible disparar en las piernas de los migrantes que cruzaban ilegalmente la frontera.
Pero durante la mayor parte de su mandato, Trump reprimió públicamente este instinto. Llegó a creer que una política de justicia penal más compasiva lo ayudaría con los votantes afroamericanos, según personas familiarizadas con su forma de pensar.
Debido a esto, y a una competencia en 2020 pare ver quien gastaba más que el candidato multimillonario Mike Bloomberg, la campaña de Trump pagó millones de dólares para publicar un anuncio durante el Super Bowl que destaca su conmutación de la cadena perpetua de Alice Marie Johnson, una mujer negra condenada por liderar una multimillonaria red de tráfico de drogas en dólares. Trump y su equipo elogiaron la Ley del Primer Paso como un logro bipartidista histórico.
“Lo hice por los afroamericanos. Nadie más podría haberlo hecho”, escribió Trump en respuesta a la pregunta de un reportero en 2022, y agregó: “Obtuve cero crédito”.
Pero en junio de 2020, mientras los estadounidenses se congregaban en las calles para protestar por el asesinato policial de George Floyd, Trump les dijo a sus ayudantes en privado, según Axios , que había sido un error haber escuchado a Kushner.
En sus últimos seis meses en el cargo, Trump fue errático en sus políticas de justicia penal. Se embarcó en una ola histórica de ejecuciones federales. Pero también realizó una juerga de indultos, otorgando muchos perdones dudosos, incluido uno a un traficante de drogas con antecedentes de violencia, a través de un proceso fuertemente influenciado por Kushner.
Y cuando Trump estaba claramente buscando un futuro en la política nuevamente en 2021, comenzó a hablar públicamente sobre la ejecución de traficantes de drogas.
Maggie Haberman, Jonathan Swan – The New York Times
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