Hace 25 años se emitió el episodio final de Seinfeld, poniendo fin a una de las “sitcom” más importantes de la historia tras nueve temporadas y 180 episodios. Ambientada en Manhattan, la serie se centra en las minucias de la vida diaria de Jerry (Jerry Seinfeld), su mejor amigo George Costanza (Jason Alexander), su exnovia Elaine Benes (Julia Louis-Dreyfus) y su vecino Cosmo Kramer (Michael Richards).
Lo cierto es que estos treintañeros solteros y un tanto inmorales se convirtieron en referentes de una generación que, en muchos casos, se sentía identificada con sus historias de vida. Y si bien los cuatro eran muy queridos, el personaje de Cosmo Kramer interpretado por Richards obtuvo un reconocimiento especial al menos por parte de los integrantes de la Academia Internacional de Artes y Ciencias de la Televisión, que lo premió con tres Emmy a mejor actor de reparto (en 1993, 1994 y 1997).
Su peinado de copete erguido, su personalidad relajada y sus enérgicas entradas sin golpear la puerta de Jerry, lo volvieron sumamente reconocible. A veces ingenuo y otras, inteligente y comprensivo, este “lunático” vecino era favorito por sus ocurrencias, su labia con las mujeres y sus fracasos laborales.
Luego del boom de “Seinfeld”, Richards probó suerte con “El Show de Michael Richards”, un programa donde hacía de detective privado torpe. Sin embargo, el show no funcionó, y tras varias críticas negativas, fue cancelado. Junto con ello, se dedicó a seguir haciendo humor desde el “stand-up”, algo que lo acompañó durante toda su carrera. Fue justamente durante una rutina suya que sucedió un hecho que obligó a Richards a retirarse del show para siempre y mantenerse alejado de la televisión por muchos años.
Los comentarios xenofobos y racistas que destruyeron a Michael Richards
Durante una actuación el 17 de noviembre de 2006 en el club Laugh Factory en Hollywood, California, un grupo de personas al parecer realizaba ruidos molestos mientras el actor mostraba su rutina, por lo que Michael en un momento de ira expresó: “Mira a los estúpidos mexicanos y negros que son ruidosos allá arriba. Hace cincuenta años te hubiéramos puesto boca abajo con un tenedor en el culo. Podés hablar, podés hablar, ahora sos valiente, hijo de puta. Sáquenlos a patadas de acá. ¡Es un negro, es un negro! ¡Un negro, miren, hay un negro!”, gritó el actor desde el escenario ante el estupor y algunos abucheos del público. Cuando parte del público se estaba retirando del club, el alterado comediante finalizó: “Esto es lo que pasa cuando interrumpen a un hombre blanco”.
El video del incómodo momento se hizo rápidamente viral y fue tanta la repercusión del hecho que el actor tuvo que disculparse públicamente en el “late night show” de David Letterman, un encuentro organizado por su amigo Jerry Seinfeld.
“Yo estaba en un club tratando de sacar adelante mi show y me provocaron, y me lo tomé a mal y me enfurecí. Por volverme loco y decir esas locuras en el club, estoy profundamente afligido. Esto me tiene muy mal. Les pido muchas disculpas a quienes estaban presentes entre el público, a los negros, a los hispanos, a los blancos, a todos aquellos que recibieron el impacto de esa ira y ese odio y esa furia”, expresó extendiendo sus disculpas a varios líderes de la lucha por los derechos civiles, tales como Jesse Jackson y Al Sharpton. Sin embargo, sus disculpas no fueron bien recibidas por muchos ya que las consideraron insuficientes y falsas.
Richards ha dicho que se sintió avergonzado y arrepentido por su comportamiento racista y que buscó ayuda psicológica para superar el trauma . También ha expresado que su relación con sus compañeros de “Seinfeld” se deterioró después del incidente y que se sintió aislado y deprimido .
A partir de allí, el comediante dejó de hacer “stand-ups” y la mayoría de sus actuaciones han sido junto a Jerry Seinfeld: Faith, Hope & Love, Comedians in Cars Getting Coffee, Kirstie (el único proyecto no relacionado con Seinfeld), The Larry David Show y Bee Movie. En ninguno de los títulos logró destacarse. De hecho, la serie Kirstie de TV Land apenas duró una temporada.
En una entrevista de 2013 con Time, Michael Richards explicó que después de ese colapso decidió tomarse un tiempo libre: “Me dediqué a la fotografía, leí mucho, escribí mucho y viajé un poco”.
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