De aliviar el dolor a matar pueden llegar los analgésicos opiáceos. Hidrocodona, oxicodona o morfina son algunos de los opioides que puede recetar un médico para tratar un dolor agudo o crónico. Aunque estén aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), pueden tener efectos secundarios muy graves.
Si tu médico de cabecera, dentista u otro personal sanitario recomendó su uso para tratar alguna dolencia hay diferentes preguntas que puedes hacerle para no tener riesgos con el consumo de opioides.
¿Cómo puedo reducir el riesgo de posibles efectos secundarios de este medicamento?
Usar un producto médico de forma distinta a la prescrita puede provocar dependencia, adicción e incluso la muerte. Algunos efectos secundarios de los analgésicos opiáceos son mareos, somnolencia, debilidad, náuseas y estreñimiento.
Debes aprender a reconocerlos para saber cuándo llamar al médico. También puedes preguntar a tu farmacéutico si tu receta viene con una Guía del Medicamento (folletos en papel que vienen con muchos medicamentos recetados) y así ser más cauteloso al usarlo.
Toma el medicamento exactamente como te lo recetaron y si sigues sintiendo dolor, llama a tu médico; no tomes una dosis adicional.
¿Dónde debo guardar un analgésico opiáceo?
Una sola dosis de un analgésico opioide recetado para un adulto puede provocar una sobredosis mortal en un niño. Guarda el medicamento en una caja fuerte que no esté al alcance de tus hijos.
No lo guardes en el botiquín médico, ya que algunos adolescentes pueden buscar allí el medicamento para usarlo de manera recreativa.
Terminé de usarlos y me sobraron. ¿Qué debo hacer?
Si ya no usas el medicamento puedes investigar si hay un programa de recogida. De no haber, la FDA cuenta con una lista de analgésicos opiáceos que recomienda tirar por el inodoro cuando ya no los necesite.
Consulta también a tu farmacéutico. Algunas farmacias disponen de buzones de recogida de medicamentos, programas de devolución por correo y otras formas de deshacerse de forma segura de los medicamentos que no utilice.
¿Debo tener naloxona a la mano?
Naloxona es un fármaco que puede revertir los efectos de una sobredosis de opiáceos y salvar vidas. Algunos productos de naloxona son seguros y eficaces para su uso sin receta; otros pueden requerir prescripción médica.
Las etiquetas de los analgésicos opiáceos ya recomiendan que a los pacientes con alto riesgo de sobredosis se les recete naloxona junto con el medicamento. Para estar seguro, pregúntale a tu profesional sanitario si debes comprarlo.
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