Turcos y sirios residenciados en EEUU se han apartado de sus labores diarias para ayudar a sus países de origen recogiendo insumos para enviarlos a sus países de origen.
Hace una semana, los conductores de la tienda Bakkal trabajaban en sus rutas habituales, atravesando la extensa área metropolitana de Los Ángeles para entregar a los clientes alimentos frescos de los numerosos mercados internacionales de la región.
Pero todo cambió el lunes cuando una serie de terremotos devastadores sacudieron Siria y Turquía, donde crecieron los fundadores de Bakkal.
De repente, temieron por sus familias y no pudieron comunicarse con sus amigos. Aunque estaban a millones de kilómetros de distancia, decidieron ayudar de la mejor manera que sabían.
En un día, habían dado la vuelta a su modelo de negocio: en lugar de entregar jugo de granada y carne halal, estaban recogiendo pañales, chaquetas de invierno y medicamentos de cientos de usuarios de su aplicación, la mayoría son diáspora de turcos y sirios que solo buscaban formas de ayudar después de uno de los desastres más catastróficos de los últimos tiempos.
“El dinero ayudará hasta cierto punto, pero si podemos cubrir las necesidades básicas y hacerlo llegar lo más rápido posible, puede ayudar a salvar vidas y no puedes comprar eso con ninguna cantidad de dinero”, agregó Murat Karslioglu, director de Bakkal, a The Washington Post.
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Sirios y turcos se unen para el bienestar de sus naciones
El esfuerzo de Bakkal, llevado a cabo por una flota de conductores que manejan camionetas Mercedes a través de Los Ángeles y el Área de la Bahía, es uno de los innumerables esfuerzos humanitarios que las comunidades turca y siria están encabezando en todo el país mientras se embarcan en el desafiante esfuerzo de llevar suministros críticos a sus seres queridos.
En el sur de California, una región cultural y étnicamente diversa hogar de miles de estadounidenses turcos y sirios, las mezquitas realizaron eventos para recaudar fondos durante las oraciones del viernes.
En Santa Bárbara, una organización envió un avión chárter comercial a Siria cargado de suministros médicos.
En Texas, los dueños de negocios turcos donaron sus ganancias y los voluntarios entregaron su tiempo para la recolección.
La ciudad de Nueva York instaló un portal de ayuda en línea y los residentes de Washington DC trajeron tantas cajas de provisiones a la embajada turca que las pilas se derramaron en la entrada del edificio.
En todo el país gran parte de los esfuerzos de base están siendo impulsados por las comunidades turcas y sirias que aún mantienen estrechos vínculos con su tierra natal.
Cajas repletas de mantas, sacos de dormir y tiendas de campaña salieron de los aeropuertos estadounidenses el martes por la noche, y funcionarios de la embajada turca informaron que recibieron más de 100 toneladas de mercancías. Los vuelos nocturnos probablemente continuarán durante el fin de semana.
Las autoridades de Turquía y Siria dicen que el número de muertos ha superado los 21 mil , lo que lo convierte en el desastre más mortífero en más de una década.