Se suponía que Yordan Álvarez estaría repartiendo palo en las Grandes Ligas contra equipos como los Astros, en plena postemporada y con etiqueta de slugger. Se suponía que el cubano crecería como figura de los Dodgers. Y sin embargo, ahí le vemos, decidiendo una victoria más de Houston, como el regalo más precioso que ha recibido ese equipo en los últimos años.
Álvarez explotó de nuevo con el madero, ya se sabe. El tablazo que sacudió la noche del martes, para decidir el triunfo ante unos Marineros que ya casi celebraban, empujó tres carreras, volteó a pizarra, dejó en el terreno a Seattle y volvió a recordarnos lo que sabemos cada vez con mayor certidumbre sobre él.
El toletero nacido en Las Tunas es un bateador natural. Y cada día es más peligroso. Y visto en retrospectiva, es también el botín más feliz que hayan conseguido en este siglo los siderales.
Porque el antillano firmó originalmente con Los Ángeles. Pocos aficionados lo recuerdan, porque no llegó a disputar un solo encuentro en las Ligas Menores con esa organización. Pero fue así.
Entonces, allá por 2016, Álvarez, tenía 19 años de edad, un puñado de juegos en la Serie Nacional de Cuba como toda experiencia y dos años aguardando para volver a jugar beisbol de alta competencia, luego de salir de la isla. Y los Dodgers necesitaban añadir brazos para el bullpen.
El nombre de Josh Fields podría formar parte de una trivia beisbolera. ¿quién fue el pelotero cambiado por Yordan Álvarez para que el talentoso cubano llegara a los Astros? Sí, ese fue.
A Fields no le estaba yendo bien en Houston, pero dio lo mejor de sí en su nueva organización. Tuvo 2.61 de efectividad en tres justas con los esquivadores. Y solo permitió carreras en uno de los cinco encuentros de postemporada en los que defendió a los californianos. Pero ya para 2020 era un ex lanzador. Se retiró.
Sí, ese joven que decidió la victoria del martes llegó casi gratis a su novena actual. Y en Texas harían cálculos errados si le dejaran ir pronto. Así que ya lo firmaron hasta 2029, a cambio de 115 millones de dólares.
PLENITUD
Son los días más plenos en la vida de Álvarez, muy probablemente.
“Creo que este es uno de los momentos más especiales de mi carrera”, señaló exultante este martes, de acuerdo con ESPN.com. Y no solo por el batazo, sino porque en las tribunas estaba su familia, esa que hace poco pudo llegar a Estados Unidos para abrazarlo y verlo jugar por primera vez en más de un lustro.
Álvarez acaba de tener la mejor cosecha de su destacado historial en la MLB. No solo logró un tope personal de 37 jonrones. Es que redujo los ponches, aumentó los boletos y se convirtió en un toletero mucho más completo, peligroso. Especial.
Es imposible no creerlo al ver que ligó para .306/.406/.613, con un OPS de 1.019 y un OPS ajustado que le pone como un productor 87 por ciento superior a la media de las Grandes Ligas.
No será el Jugador Más Valioso, sin embargo. Ni ocupará el segundo lugar en la votación. Esos lugares están reservados para los fenómenos Aaron Judge y Shohei Ohtani. Pero este 2022 quedará marcado como el torneo del despegue definitivo para el Novato del Año de 2019.
Quizás no haya MVP para el arma más dañina en el lineup de los Astros. Pero sí puede haber anillo de Serie Mundial. Y puede que, de llegar al Cásico de Otoño, se vea frente a frente contra los Dodgers, su primera organización, la divisa que le dio su primera oportunidad en el profesional y que le envió de inmediato a Houston, un suculento e impagable botín que todavía celebran en suelo texano.