Pekín y Washington buscan aplacar temores con la primera reunión de altos funcionarios de política económica en tres años.
Tras la reunión de la secretaria del Tesoro estadounidense con el viceprimer ministro Liu He en Zúrich, que marca el primer encuentro económico de alto nivel entre ambas potencias desde que Joe Biden asumió el cargo, China declaró que será bien recibida una visita de Janet Yellen a China este año.
El encuentro, que se produce en un momento en el cual las relaciones entre Estados Unidos y China siguen siendo tensas por cuestiones que van desde Taiwán hasta temas comerciales y de tecnología, fue descrito por ambas partes como “sincero”. En declaraciones separadas, ambas partes trataron de calmar las preocupaciones sobre la posibilidad de que se produzca un mayor deterioro de las relaciones entre las dos mayores economías del mundo.
La agencia estatal china de noticias Xinhua declaró que los dos funcionarios acordaron en una reunión que duró tres horas que sus equipos económicos y comerciales “seguirían manteniendo la comunicación a todos los niveles” y que Pekín dará la bienvenida a Yellen en su visita “en un momento adecuado de este año”.
El Tesoro declaró que ambas partes están de acuerdo en que es “importante para el funcionamiento de la economía mundial seguir mejorando la comunicación en torno a cuestiones macroeconómicas y financieras”. Añadió que Yellen “desea viajar a China” y recibir a sus homólogos chinos en Estados Unidos.
Las conversaciones en Zúrich tuvieron lugar dos meses después de que Biden y el presidente Xi Jinping tuvieran su primera reunión en persona como líderes en el G20 de Bali, Indonesia. Ambos trataron de frenar el deterioro de las relaciones, que se vieron gravemente afectadas en una manera que no se había visto nunca cuando China realizó unas enormes maniobras militares alrededor de Taiwán en agosto.
El secretario de Estado Antony Blinken viajará a China a principios de febrero, en lo que será la primera visita de un funcionario del gabinete estadounidense en más de dos años.
Sin embargo, sigue habiendo bastante tensión. En diciembre, Estados Unidos agregó a tres docenas de empresas chinas a una lista negra de exportaciones para impedir que obtuvieran tecnología estadounidense de alta gama. Esto sucedió dos meses después de que Estados Unidos introdujera nuevas y radicales normas destinadas a dificultar enormemente a China la obtención o producción de semiconductores de alta gama.
La reunión de Zúrich se produjo un día después de que Liu participara en el Foro Económico Mundial de Davos, donde aseguró a la audiencia empresarial que China está mayormente “volviendo a la normalidad” tras el reciente y abrupto fin de su régimen de Covid cero. Yellen no asistió a Davos.
Durante la reunión de las autoridades estadounidenses y chinas, el presidente de UBS, Colm Kelleher, afirmó en Davos que el deterioro de la relación entre Estados Unidos y China sigue siendo uno de los mayores riesgos mundiales, en particular un “acontecimiento que pudiera causar un deterioro geopolítico en la relación entre Estados Unidos y China”. El año pasado desató la polémica cuando afirmó en un foro realizado en Hong Kong que los banqueros mundiales eran “muy favorables a China”.
El director de banca de inversión en JPMorgan, Daniel Pinto, declaró el martes que las tensiones entre EEUU y China parecen estar disminuyendo gracias a la mejor comunicación, y a que los funcionarios de Pekín y Washington se van centrando más en cuestiones internas.
Kurt Campbell, alto funcionario de la Casa Blanca para Asia, declaró la semana pasada que los dos países están intentando establecer los “cimientos” para la relación. Pero se espera que la política de Biden hacia China sea objeto de escrutinio en el Capitolio debido a que los republicanos tomaron el control de la Cámara de Representantes este mes.
En otro debate celebrado el martes en Davos, Carmine Di Sibio, director ejecutivo de EY, dio una calificación de 9 (en una escala del 1 al 10) al nivel de preocupación que existe por una posible desvinculación de las economías de Estados Unidos y China. Señaló que las empresas están intentando convencer al gobierno estadounidense de que “necesitamos inversiones por parte de China, necesitamos invertir en China”.
“Pero la política es el verdadero obstáculo aquí y me preocupa que no mejore”, admitió Di Sibio. “En particular, en Estados Unidos no está mejorando porque en la agenda de ambos lados del pasillo [político] esto constituye una importante parte y … es lo único en lo que pueden estar de acuerdo”.
Sin embargo, Anne Richards, directora ejecutiva de Fidelity International, afirmó que entender que una desvinculación económica completa sería catastrófica “significa que existe un deseo genuino, tanto por parte de Estados Unidos como de China, de encontrar las áreas en las que puedan cooperar”.
La reunión de Yellen con Liu se produjo mientras ella se preparaba para visitar Senegal, Zambia y Sudáfrica. Criticó el enfoque de Pekín en cuanto al alivio de la deuda de las economías en desarrollo morosas al afirmar que “el obstáculo para lograr mayores avances es un importante país acreedor, concretamente China”.
Demetri Sevastopulo en Washington, Yuan Yang y Owen Walker en Londres
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