Los barcos, aviones y tropas del Ejército Popular de Liberación realizaron tres días de ejercicios militares en un espectáculo diseñado para advertir a Taiwán que no desafíe a Pekín.
China envió cerca de Taiwán el lunes un número récord de aviones militares, así como buques de guerra y un portaaviones, en el último día de ejercicios militares coreografiados para aumentar la presión sobre la isla sin llegar a una escalada que pudiera desencadenar un conflicto.
China afirmó que los tres días de simulacros son una represalia por la visita de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, a Estados Unidos la semana pasada y por su reunión con el republicano Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes de EEUU. Pekín reclama como territorio a Taiwán, una democracia autogobernada, y se opone a este tipo de intercambios con los líderes de la isla.
China también ha aprovechado la oportunidad de utilizar los simulacros para señalar que Taiwán sería vulnerable si Pekín se propusiera recuperar la isla por la fuerza, y que no se podía confiar en que Estados Unidos interviniera en un conflicto de este tipo.
Durante las maniobras, aviones de combate chinos practicaron el despegue desde el portaaviones Shandong, frente a la costa oriental de Taiwán, isla situada a unas 100 millas de China. Otros buques maniobraron en los mares que rodean Taiwán. Las tropas del Ejército Popular de Liberación tenían previsto realizar prácticas con fuego real frente a una pequeña isla que abraza la costa china.
Hasta el lunes por la noche, 91 aviones militares chinos habían penetrado en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán (una barrera autoimpuesta alrededor de la isla) en un solo día, según las estimaciones del Ministerio de Defensa de Taiwán. Se trata del mayor número de vuelos diarios chinos desde que Taiwán comenzó a publicar regularmente los datos en 2020. El máximo anterior era de 71, establecido en diciembre y de nuevo el sábado. La zona de identificación de defensa aérea es mucho más amplia que el espacio aéreo soberano de Taiwán.
“¿Son confiables las ‘garantías de seguridad’ que ofrece Estados Unidos? La respuesta es, por supuesto, que no”, afirmaba el domingo un artículo del principal periódico militar chino, el Diario del Ejército de Liberación. “Sus siniestros motivos de utilizar a Taiwán como peón, llamando al desastre para los dos lados del estrecho, están a la vista de todos”.
Los expertos han afirmado que las maniobras chinas han sido menores y menos amenazadoras que otras similares realizadas en agosto para simular un bloqueo tras la visita a Taiwán de la representante Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes.
Aun así, la demostración de fuerza de China esta vez estuvo llena de intimidantes mensajes e imágenes que advertían de las posibles consecuencias si se desafiaban las exigencias de unificación de Pekín.
El Mando del Teatro Oriental del ejército chino, que supervisa una zona que incluye Taiwán, indicó que sus fuerzas estaban llevando a cabo “ataques de precisión simulados”, y compartió una breve y cruda caricatura de misiles lloviendo alrededor de la isla, y cayendo cerca o sobre dos de sus mayores ciudades, Taipei y Kaohsiung. El mando también publicó un video en el que supuestamente se veía a un bombardero participando en los ejercicios.
“Ya llegué a los cielos del norte de la isla de Taiwán. El avión funciona con normalidad y los misiles están en buen estado”, asegura un piloto. El video termina con una voz que dice: “Misil listo. ¡Fuego!”
Estaba previsto que el lunes se realizaran ejercicios con fuego real en aguas de Pingtan, una isla de la provincia de Fujian, frente a Taiwán, pero los detalles de lo que allí ocurrió fueron escasos. Más tarde, el lunes, el ejército chino declaró que las maniobras habían concluido y que habían perfeccionado su capacidad para “aplastar al separatismo ‘independentista taiwanés’ y la intromisión externa en cualquiera de sus formas”.
“Estos ejercicios demostraron una capacidad de respuesta rápida: se anunciaron por la mañana y las fuerzas se reunieron por la tarde para iniciar los ejercicios militares”, afirmó Song Zhongping, comentarista en Pekín y antiguo oficial del ejército, en respuestas a preguntas por mensaje.
“Cada ejercicio aportará mejoras, y eso es porque cada ejercicio es una preparación para la batalla”, señaló. “Yo, por mi parte, no creo que el nivel disuasorio de estos ejercicios haya sido menor que en agosto”.
El ejército de Taiwán ha respondido a las maniobras chinas con su propio flujo de imágenes y anuncios en los que se ven aviones, soldados y buques listos para defender la isla.
“Lo que es bastante preocupante es que, debido al gran aumento de las fuerzas navales y aéreas de ambos lados del estrecho en las proximidades de la línea mediana y alrededor de Taiwán, han aumentado mucho los riesgos de accidentes que desemboquen en un intercambio involuntario de disparos”, declaró Chieh Chung, profesor adjunto de estudios estratégicos de la Universidad Tamkang de Taiwán.
China declaró el domingo que uno de sus buques se acercó hasta 5 millas náuticas a un barco de la marina taiwanesa. El Ministerio de Defensa de Taiwán declaró que las fuerzas de la isla tenían órdenes de evitar provocar incidentes.
“Como miembro responsable de la comunidad internacional, Taiwán no participará en la escalada de enfrentamientos ni provocará disputas”, declaró el lunes el Ministerio de Asuntos Exteriores de la isla.
China lanzó los ejercicios el sábado, poco después de que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, finalizara una visita a China en la que buscó reforzar la cooperación e instó al líder chino, Xi Jinping, a ayudar a poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania. Macron había dicho a los periodistas que no le correspondía a él juzgar la cuestión de Taiwán y que no detectaba ningún deseo por parte de China de “reaccionar de forma exagerada”.
Muchos residentes taiwaneses no parecían preocupados por las maniobras. Han vivido bajo las amenazas chinas durante décadas, y muchos ven una guerra real como un peligro lejano.
“Los simulacros de 2022 fueron totalmente diferentes”, declaró Tsao Chih-ping, de 26 años, guía turística en la isla de Dongju, una isla taiwanesa situada a unas 15 millas de Pingtan (China), quien afirmó no haber oído ni visto los ejercicios de los últimos días. “No siento las mismas tensiones del verano pasado”.
Chris Buckley, Amy Chang Chien – The New York Times
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