El preso sospechoso de apuñalar al exmédico deportivo Larry Nassar, detenido en una penitenciaría federal de Florida, dijo que Nassar provocó el ataque debido a los comentarios lascivos que hacía mientras veían un partido de tenis del torneo de Wimbledon por televisión.
El recluso, identificado como Shane McMillan, fue condenado anteriormente por agredir a un funcionario de prisiones en una penitenciaría federal de Luisiana en 2006 e intentar apuñalar a otro recluso hasta la muerte en la prisión federal Supermax de Florence, Colorado, en 2011, según muestran los registros judiciales.
McMillan atacó a Nassar en su celda con un arma improvisada y los apuñaló varias veces en el cuello, espalda y pecho, antes de que otros cuatro reclusos entraran y lo sacaran de encima del prisionero.
Los funcionarios de prisiones tuvieron que intervenir para evitar la muerte de Nassar. El médico fue trasladado a un hospital, donde permaneció en condición estable el miércoles con lesiones que incluyen un pulmón colapsado.
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Las puertas de las celdas de la mayoría de las prisiones federales suelen estar abiertas durante el día, lo que permite a los presos moverse libremente por el centro. Como Nassar fue atacado en su celda, el incidente no fue captado por las cámaras de vigilancia, que sólo apuntan a las zonas comunes y los pasillos.
McMillan, de 49 años, dijo a los trabajadores de la prisión que atacó a Nassar después de que el ex médico del equipo de gimnasia estadounidense, que abusó sexualmente del equipo, hiciera un comentario sobre su deseo de ver a chicas jugando en el partido femenino de Wimbledon, dijo la persona.
El ataque del domingo fue la segunda vez que Nassar ha sido agredido bajo custodia federal. Está cumpliendo décadas de prisión por abusar sexualmente de atletas, incluidas estrellas de la gimnasia universitaria y olímpica, y por poseer imágenes explícitas de niños.
La Oficina de Prisiones insiste en que había personal suficiente en la prisión donde Nassar fue apuñalado, a unos 74 kilómetros al noroeste de Orlando, aunque los documentos obtenidos por la AP muestran que un tercio de los puestos de oficial correccional siguen sin cubrirse en la prisión.
En un comunicado el miércoles, la agencia dijo que era “imperativo que aumentemos nuestros niveles de personal” y dijo que estaba reclutando oficiales y utilizando incentivos financieros para tratar de retener a los trabajadores.
Los funcionarios dijeron que trabajan para “abordar el problema de la violencia en nuestras instalaciones” y que han mejorado sus procedimientos de seguridad, pero no quisieron dar detalles.
