Dos pandemias y una comunidad hispana desproporcionadamente afectada tienen a Sonia Mora como testigo de las peores crisis sanitarias del último siglo. Esta profesional de origen colombiano lleva alrededor de 30 años abogando a favor de los latinos a la hora de diseñar y aprobar programas de salud en Maryland.
Estuvo en la lucha en los tiempos del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en los 80s y 90s y dos décadas después, la pandemia del coronavirus la puso al frente de la Iniciativa por su Salud y Bienestar, creada para atender las necesidades – pruebas, vacunas, comida, información en español y otros servicios – para la comunidad latina en el Condado de Montgomery.
A pedido del ejecutivo, Marc Elrich, Mora es una de las tres subdirectoras de distintos portafolios que están bajo la sombrilla del departamento de salud. A su cargo tiene la expansión de los servicios sanitarios a través del Programa Montgomery Cares, que incluye la atención de salud mental a los jóvenes, en particular al abuso de sustancias como el fentanilo (opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades); cuidado a los inmigrantes que están llegando en los autobuses y el programa de enlace entre las escuelas y las universidades.
“Soy la primera latina a cargo estas grandes responsabilidades y aunque no soy la representante solo para los hispanos, soy una de las pocas que tiene la experiencia de haber estado en las trincheras. Eso me da una idea de cómo vive nuestra gente y me tomo muy en serio que los servicios del gobierno del condado lleguen a todos, más a los vulnerables y eso incluye a la comunidad latina”, dijo Mora.
Con un pregrado en ciencias y una maestría en salud pública, Sonia Mora fue directora de Latino Health Initiative, un programa del gobierno del Condado de Montgomery creado en 2000 para atender los problemas, las necesidades, servicios y soluciones en salubridad de esta minoría. Ahora tiene a cargo, entre otras responsabilidades, el programa Bienvenidos.
“Bienvenidos comenzó hace varios años para atender a los niños inmigrantes que llegaban solos” contó Mora. “Con la llegada de los buses, el Departamento de Salud asumió esa responsabilidad para ayudar a los inmigrantes que se quedan en nuestro condado. Nos movilizamos rápido porque es el compromiso del ejecutivo”, dijo.
A cada inmigrante que llega en los buses, desde Arizona, Texas o Florida y decide establecerse en Montgomery, se le asigna una persona que maneje su caso. Reciben orientación, se los conecta con los sitios donde recibirán alimentos, también a conseguir una vivienda y si tienen niños se los enlaza con las escuelas. “En algunos casos se les apoya con dinero en efectivo, pero hay retos, la vivienda es muy costosa y ese es uno de los grandes dilemas”, aseguró Mora.
Para ella atender las necesidades de los recién llegados es “una tarea gigantesca y una situación supremamente difícil”, y comentó que muchos de los recién llegados no tienen idea de nada. “Tristemente algunos creen que el gobierno tiene la obligación de darles todo y llegan exigiendo”, aseveró.
A su criterio, el gobierno de Montgomery ha hecho significativas inversiones para no aislar a los inmigrantes. “Aquí no se los trata como en otras partes del país, hay más receptividad de tener más latinos en posiciones de mando. Cuando llegué casi no había nadie en un cargo de decisión, en eso hemos mejorado, pero como comunidad debemos seguir empujando”.
Para dar una salida a la crisis de los inmigrantes desde hace dos meses está trabajando en encontrar soluciones y colaboraciones conjuntas con Washington DC y otras jurisdicciones regionales, sobre todo con el asunto de la vivienda.
Como una medida de corto plazo, en Montgomery hay un centro de descanso con capacidad para 60 personas. Este lugar siempre está lleno, con los transferidos desde DC. Allí se pueden quedar máximo cinco días, después pasan a al programa Bienvenidos, el cual va a mantenerse porque la gente sigue llegando, aunque Mora no sabe por cuánto tiempo.
La justicia social es su evangelio
Su experiencia y compromiso con la comunidad latina ha puesto a Mora en el selecto y reducido grupo de asesores del ejecutivo del condado de Montgomery, donde viven más de 204 mil hispanos. “De eso me siento orgullosa y agradecida”, aseguró quien entendió desde muy joven la importancia de la salud pública, gracias a su padre, un médico que bregó en favor de la sanidad pública y la justicia social.
Mora se fue a las calles, a las iglesias, a los sitios de los jornaleros y a las cárceles llevando información sobre el VIH-Sida, realizando pruebas y repartiendo condones a la población latina. “Fueron cinco años para conocer a la comunidad, la mayoría de El Salvador. Aprendí a quererlos, admirarlos y a saber que, si les brindamos oportunidades en educación gratuita, salud -no ligada a un empleo- y facilidades para la vivienda, nuestra gente responde”.
Ella no habla de darles todo, solo de un pequeño impulso. Además, si hay facilidades de transporte, parques de recreación, medidas de seguridad en sus trabajos y un ingreso digno, se estará haciendo justicia social.
Hay un grupo que alimenta sus esperanzas: los jóvenes latinos que ya han nacido aquí, no tienen problemas con el idioma, están estudiando e integrándose al gobierno y sus agencias. Son los que van a sostener y ampliar esos servicios que ya existen. “Llevo 30 años en este cuento y vamos haciendo el camino, porque somos gente guerrera y luchadora”, relató.
Con la salud por delante
Un tercio de la población en Montgomery no tiene seguro de salud. Para las familias de bajos ingresos y que no califican para Medicaid o Medicare existe Montgomery Cares y una red de clínicas -Proyecto y Mary Center entre ellas- a las que el condado les da un reembolso por paciente.
“Estamos buscando expandir Montgomery Cares para atención primaria. Un fondo no muy grande ayuda a algunos pacientes con el pago de especialista en el manejo de enfermedades crónicas como la diabetes, muy común entre los latinos”, dijo Mora.
Una expansión de los servicios de salud mental está marcha, porque esta es una crisis que, según Mora, afecta a todos, más después de la pandemia. Entre las alternativas está la de crear un centro de tratamiento para jóvenes que están consumiendo fentanilo. No hay cifras reales de cuántos hispanos están afectados, pero las emergencias por sobredosis, los reportes policiales y de ambulancias y los niños que llegan al centro de crisis son indicativos de que el problema es serio.
Mora informó que pronto comenzará un programa informativo en la Radio América para que los padres hispanos sepan cómo detectar que sus hijos están en problemas. Las promotoras que salieron a educar sobre el coronavirus informarán a la comunidad sobre los peligros del fentanilo y otras sustancias. “Estamos trabajando en una respuesta integral que involucre a los padres, escuelas, policía, agencias comunitarias y al gobierno local”, aseguró.
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