Cuando China puso fin a los drásticos bloqueos y restricciones anti COVID-19 que estuvieron vigentes durante los últimos tres años, provocó un aumento de casos y muertes en una población con poca inmunidad natural y bajos niveles de refuerzo de vacunas.
Con datos sobre la escala de este aumento de COVID-19 escasos y poco confiables, los científicos que observan la crisis de China deben juntar fragmentos de evidencia para pronosticar la trayectoria de este brote y lo que podría significar para la propagación y evolución del virus.
Aunque las dudas sobre el desarrollo de la enfermedad en China son difíciles de resolver, en parte porque el gobierno chino no ha sido transparente sobre el alcance de la crisis y hay incógnitas científicas, incluida la eficacia de las vacunas chinas.
Los funcionarios de salud pública de todo el planeta en este momento tienen una gran cantidad de datos sobre los aumentos repentinos de coronavirus en otros países, incluidos los países que se abrieron después de emplear una política de cero COVID-19.
Por lo tanto, los expertos pueden hacer conjeturas informadas sobre lo que le espera a China en las próximas semanas y meses, mientras se preparan para modificar los pronósticos a medida que llega información confiable.
Gravedad en el brote de COVID-19 en China
Los expertos de Airfinity o la Universidad de Washington, que observan el brote, predicen cientos de miles de muertes en los próximos meses.
Algunos simuladores anuncian más de 1 millón de muertes por COVID-19 en China en 2023. Sin embargo, el simulador es una ciencia inexacta, y hay variables en la ecuación que podrían aumentar o disminuir el número de fallecimientos.
Airfinity, una empresa con sede en el Reino Unido que analiza datos en ciencias de la vida para sus clientes, ha proyectado 1,7 millones de muertes para abril.
El modelo de la compañía se basa en gran medida en el ejemplo de Hong Kong, que tuvo una rápida explosión de enfermedades y muertes a principios de 2022 cuando llegó la variante ómicron.
Hong Kong, que tenía bajas tasas de vacunación, había mantenido una política de cero coronavirus que reflejaba la del continente, pero no pudo contener la propagación de ómicron.
El Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington ha modelado el brote y pronostica 300 mil muertes para el 1 de abril y 1,25 millones para fin de año, o hasta 1,6 millones si no hay más mandatos y restricciones.
Jeffrey Shaman, epidemiólogo de la Universidad de Columbia que ha estado estudiando la pandemia desde el principio, comentó en una entrevista con The Washington Post que espera entre 600 y 900 millones de infecciones en China en 2023.
El número de fallecimientos depende de la tasa de mortalidad por infección del virus, que es la proporción de muertes por infecciones, y actualmente esta es difícil de calcular ya sea porque las infecciones a menudo pasan desapercibidas o se diagnostican erróneamente atribuyendo las muertes a otras enfermedades.
O porque la tasa también cambia con el tiempo según los niveles de inmunidad, que pueden aumentar con las vacunas o disminuir debido a la mengua natural de los anticuerpos.