“No nos han derrotado”, dijo el presidente Volodymyr Zelensky en un discurso al pueblo ucraniano. Al tiempo que los líderes mundiales expresaban su solidaridad con Ucrania, el Pentágono declaraba que destinará $2.000 millones a suministrar a Kiev nuevos drones y sistemas antidrones.
Los ucranianos recibieron el aniversario de la invasión rusa con una mezcla de ansiedad y determinación; y encuentran fortaleza en el sacrificio compartido que hace el país tras un año de sufrimiento, y de esperanza por los reveses que ha infligido a Rusia en el campo de batalla.
Sin un final a la vista, la guerra ya ha causado daños incalculables: Decenas de miles de personas han muerto, millones de ucranianos se han quedado sin hogar y el país ha sufrido daños por valor de decenas de millardos de dólares que han dejado ciudades arrasadas y a la población de todo el país lidiando con la oscuridad y el frío.
Pero Ucrania también ha frenado en gran medida las ofensivas de su vecino, mucho mayor y mejor armado, y ha recuperado franjas de territorios capturados, con la ayuda de Estados Unidos y sus aliados europeos, quienes han permanecido unidos y canalizado miles de millones de dólares a Kiev en armas.
El Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, quien se negó a abandonar su país ante la invasión, ha desempeñado un papel decisivo no sólo a la hora de movilizar a su pueblo para luchar, sino también para convencer a los aliados de que sigan enviando ayuda militar.
En un mensaje en Twitter a primera hora de la mañana del viernes, celebró la determinación de su país para contraatacar. “Millones de nosotros tomamos una decisión. No a una bandera blanca, sino si a la azul y amarilla. No huir, sino enfrentarse. Resistiendo y luchando”, escribió.
La guerra ha repercutido en todo el mundo, dando nueva forma y reforzando alianzas, y afectando a todo, desde los precios de los granos hasta la política energética. Europa se desprende del gas ruso y gasta más en defensa. La OTAN ha encontrado un nuevo propósito, y es probable que incorpore como nuevos miembros a Suecia y Finlandia. China se ha movido con cautela; ha ratificado su amistad con Rusia y al mismo tiempo hace un llamado a la paz.
Rusia se ha visto cada vez más aislada y las fuerzas del presidente ruso Vladimir Putin a menudo han tenido problemas en el campo de batalla; y la última ofensiva del país ya parece chisporrotear. Pero Putin, que quiere restaurar el imperio ruso, no ha dado muestras de retroceder. Ha descrito la guerra como una batalla existencial contra Occidente. Los soldados rusos luchan “en nuestras fronteras históricas, por nuestro pueblo”, declaró esta semana en un estadio lleno de vítores a los partidarios de la guerra.
Esto es lo que además cabe resaltar:
– La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, se enfrentó el viernes a altos funcionarios rusos en una reunión de ministros de Finanzas del Grupo de los 20 países llevada a cabo en la India. Los llamó cómplices de la guerra de Putin y les dijo que tenían el “imperativo moral” de poner fin a la guerra en Ucrania.
– La Asamblea General de la ONU adoptó el jueves, en una votación no vinculante, una resolución en la cual pide una paz duradera en Ucrania y reitera que exige a Rusia retirar sus tropas y poner fin al conflicto.
– Pekín publicó hoy viernes un informe de situación que repite sus habituales opiniones sobre la guerra y pide el fin de los combates, pero evitando exigencias, o palabras como “invasión”, que puedan perjudicar sus lazos con Rusia. El documento no llegó a ser el plan de acción ni la iniciativa audaz que algunos en las capitales europeas parecían esperar, pero si hubo un llamado al cese de hostilidades y a comenzar un proceso de negociaciones de paz.
Matt Surman – The New York Times
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