Un informe revela que las mujeres pagan más impuestos por su ropa interior que los hombres. Según el documento, los aranceles estadounidenses sobre la ropa interior femenina es del 15,5%, frente al 11,5% de la masculina.
Según Ed Gresser, exfuncionario de comercio de EE.UU. y actual director de Comercio y Mercados Globales del Progressive Policy Institute, esto significa que las mujeres pagan un impuesto un 35% superior al de sus homólogos masculinos.
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Gresser afirmó que Estados Unidos es el único país que grava más la ropa interior femenina con respecto a la masculina. “El actual sistema arancelario estadounidense añade unos $1,10 a cada par de ropa interior femenina y unos $0,75 a la masculina”, añadió.
- La mayoría de los sistemas de impuestos de otros países tienen impuestos fijos que aplican a la ropa interior, independientemente de si es masculina o femenina.
- En Australia, ese tipo es del 5%; en Nueva Zelanda, del 10%; en Canadá, del 18%; en Colombia y Jamaica, del 20%; en India, del 25%; en Tailandia, del 30%, y en Sudáfrica, del 45%.
- En Japón y la Unión Europea, las mujeres tributan a un tipo inferior. En Japón no hay impuesto adicional, mientras que la UE grava con un arancel del 6,5% los sujetadores y corsés en Europa, frente a tipos fijos del 9% y el 12% para el resto.
- Un dato adicional es que prácticamente es más caro comprar ropa interior barata que lujosa. Esto significa que los materiales baratos tienden a estar más gravados que los tejidos caros y lujosos
¿Qué ropa interior es más cara?
La ropa interior de seda sólo está gravada con un 2,1% para las mujeres y un 0,9% para los hombres. En cambio, la ropa interior de algodón sufre un aumento del 7,6% para las mujeres y del 7,4% para los hombres, mientras que el poliéster sintético es el más gravado, con un 16% para las mujeres y un 14,9% para los hombres.
- Esto se debe probablemente a que los fabricantes estadounidenses se sienten más amenazados por los competidores extranjeros que fabrican ropa interior barata para el gran público, en lugar de artículos de lujo.
La tasa rosa y la brecha de género
Hay una idea anticuada y bien extendida de que las mujeres suelen disfrutar el hacer compras y gastar más dinero que los hombres. Y según el sitio especializado Bank Rate, esto ha hecho que las compañías minoristas no solo dediquen una publicidad más selectiva al público femenino sino que además los productos para damas suelen costar más que los productos masculinos, pese que son idénticos o muy similares.
Esta fijación de precios basada en función del género se conoce como impuesto rosa. Un estudio de 2015 del Departamento de Asuntos del Consumidor de la ciudad de Nueva York concluyó que los productos comercializados para mujeres y niñas cuestan de media un 7% más que los comercializados para niños y hombres.
El pink tax no solo afecta a las mujeres adultas, el Departamento de Asuntos del Consumidor de Nueva York reveló que las niñas no pueden escapar a las trampas de la Pink Tax porque los “juguetes de niña” cuestan de media entre un 2 y un 13% más que los “juguetes de niño”, que son iguales salvo por su color.
Es difícil darse cuenta de esto porque, aunque puedes notarlo con más frecuencia en cremas para afeitar o maquinillas, en los pantalones y camisetas también se evidencia pero cómo las marcas y calidad de los productos varían es más difícil darse cuenta de la brecha.
Pero según datos recopilados por Bank Rate, en 2021 el precio medio de un par de vaqueros de mujer en una conocida tienda es de $62,75, mientras que los vaqueros comparables de hombre en la misma tienda cuestan $57,09, lo que supone un aumento de precio del 10% para las mujeres.
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La limpieza y mantenimiento también te puede costar más dinero si eres mujer. CBS News realizó un experimento en el que dos miembros de su plantilla -un hombre y una mujer- fueron a varias tintorerías de Nueva York con la misma camisa blanca de algodón abotonada. El experimento reveló que “más de la mitad de las tintorerías cobraron a la mujer al menos el doble por limpiar la camisa”.
En un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica, hombres y mujeres llamaron a mecánicos para pedir presupuestos de reparaciones. Las personas que parecían estar bien informadas sobre los precios recibieron el mismo trato, independientemente de su sexo. Sin embargo, a las mujeres que no estaban informadas sobre los precios se les cobró casi 23 dólares más de media que a los hombres.