Para muchos millennials, pensar en las comedias y películas que disfrutaban en los 90 es equivalente a que vengan a la mente algunos de los míticos actores que las protagonizaron. Uno de ellos era Jim Carrey, figura profundamente carismática e inconfundible con una larga lista de papeles a lo largo de su carrera. El actor se labró una merecida fama de guasón en todo el mundo, de la mano de sus divertidos gestos y muecas que hicieron reír a toda una generación.
Su aterrizaje en Hollywood unos años después de comenzar a hacerse un nombre como humorista a través del programa de “sketches” Living in Colour, fue meteórico. En 1994, el mismo año que estrenó “Ace Ventura”, arrasó también con “Dos tontos muy tontos” y “La máscara”, tres de las películas que marcarían para siempre su carrera. Y a partir de ahí se convirtió no solo en una estrella, sino en una especie de leyenda de la comedia en la que su sola presencia era sinónimo de risas aseguradas y que siguió acaparando éxitos durante toda la década y también la siguiente.
Luego vendría “Batman Forever” en 1995, “Man on the Moon”, “Yo, yo mismo e Irene”, “Como Dios”, entre otras. Aunque sin duda la película casi de culto que le haría formar parte de la historia del cine fue “El show de Truman” estrenada en 1998.
Sin embargo, esa energía aparentemente inagotable y esa buena vibra que se apoderaba de todo lo que el actor realizaba, en muchas ocasiones, era el resultado de la coraza que el cómico quería mostrar. Un Jim Carrey que con el tiempo reconocería haber lidiado con la depresión y problemas de salud mental. Su vida familiar, como él mismo contaría, no fue fácil cuando era un niño y no dudaba en asegurar que la principal fuente de ese torrente de talento no era otra que la desesperación.
“Estuve tomando Prozac durante mucho tiempo. Puede que me haya ayudado a salir de un apuro por un tiempo, pero la gente se queda con él para siempre. Tuve que dejarlo en cierto momento porque me di cuenta de que, ya sabes, todo está bien sin más. Hay picos y valles. Pero todos están tallados y suavizados, y se percibe como un bajo nivel de desesperación en el que vives. No obtienes ninguna respuesta” declaró en una entrevista en 2018 con The Hollywood Reporter. El propio Jim Carrey confesaba haber perdido su pasión por el trabajo y estar muy decepcionado con la industria del cine.
Pero este éxito profesional no se vio acompañado en el plano personal, donde el actor sufrió duros episodios de depresión y tuvo muy mala suerte en el amor. Su primer matrimonio duró ocho años y fue con la también actriz Melissa Womer. De esta unión nació su única hija, Jane Erin Carrey, que le convirtió en abuelo.
Al año de su divorcio se casó en 1996 con Lauren Holly, la actriz con la que había protagonizado la comedia “Dos tontos muy tontos”. Aunque esta relación duró todavía menos que su primer matrimonio y no llegó ni a un año. Tras ella, volvió a encontrar el amor en otra película: “Yo, yo mismo e Irene”. Con la actriz principal de esta cinta, Renée Zellweger, llegó a estar comprometido a finales de los noventa pero finalmente no funcionó. También formó pareja con la modelo Jenny McCarthy entre 2005 y 2010.
Pero quizá la relación que más haya marcado al actor fue la mantenida con la maquilladora Cathriona White, por el duro final de esta relación con el suicidio de ella tres días después de haberse separado. La joven, que murió por una sobredosis de medicamentos, según confirmó su autopsia, había dejado una nota para el actor: “He pasado ya tres días sin creerme que no estés aquí. Puedo seguir adelante con el corazón roto y poner todas las piezas juntas de nuevo. Podría, solo que esta vez no tengo la fuerza de voluntad”, escribió en una carta que dejaría en el lugar del suceso.
El actor, que fue al funeral de la joven en Irlanda y cargó con el féretro, recibió en 2016 una demanda por parte del que era el marido de ella en el momento, aunque estuviesen separados. Este le acusaba de haberle facilitado las sustancias para el suicidio, lo que él negó de forma rotunda: “Qué pena tan grande. Sería fácil para mí ir a un cuarto trasero con el abogado de este hombre para que esto desapareciera, pero hay momentos en la vida en los que tienes que levantarte y defender tu honor contra el mal en este mundo. No toleraré este intento desalmado de explotarme a mí o a la mujer que amé. Los problemas de Cat nacieron mucho antes de que la conociera y, tristemente, su trágico final estaba fuera del control de cualquiera”, dijo en un comunicado.
También la madre de ella le denunció por no informar a la joven de que tenía enfermedades de transmisión sexual, pero ninguna de las demandas prosperó. Eso sí, su carrera se vio afectada y sufrió un parón que le mantuvo tiempo lejos de la esfera pública.
En una nota publicada por el Huffington Post, Jim Carrey dijo: “Estoy conmocionado y profundamente entristecido por el fallecimiento de mi dulce Cathriona. Ella era una flor irlandesa verdaderamente amable y delicada, demasiado sensible para este suelo, para quien amar y ser amada era todo lo que brilla” y añadió: “Mi corazón está con su familia y amigos y con todos aquellos que la amaban y cuidaban de ella. Todos hemos sido golpeados por un rayo”.
Los duros golpes que le dio la vida en el plano personal le hicieron querer retirarse de la faceta más pública de su vida. “Me encanta mi vida tranquila, poner pintura en un lienzo, mi vida espiritual. Siento que, y esto es algo que nunca escucharás decir a otro famoso, he tenido suficiente”.
Tras todas las acusaciones que recibió, Jim Carrey pasó a ser una figura descartable y ya no sería un actor para los grandes proyectos. Pero además de estos problemas el actor lidiaba con problemas de depresión.
Pese a que la situación en la Academia no era favorable para el actor, Jim aseguró que fue él quien decidió alejarse de Hollywood y afirmó que lo hizo porque se cansó de que “las corporaciones manejasen a su gusto ciertos temas decisivos”.
Su última participación en la pantalla grande fue en “Sonic 2″, la película animada que se estrenó en abril de 2022. Tras el estreno de dicho film, el actor anunció su retiro: “Ya hice suficiente”. En el último año, la vida de Jim Carrey ha sido muy tranquila y alejada de los reflectores. Por lo que se sabe, se dedica al arte, una de las pasiones que tenía relegada.
