Una sensación de ardor, entumecimiento o punzante que no se va con los meses puede significar que tienes un dolor crónico. Un nuevo estudio reveló que estos dolores son más frecuentes que los nuevos diagnósticos de diabetes, depresión o hipertensión.
Un dolor que no se va
El dolor crónico es una dolencia que dura más de tres meses. Puede ser constante o aparecer y desaparecer. A diferencia del dolor agudo, este persiste mucho después de recuperarse de una lesión o enfermedad. A veces, incluso, aparece sin motivo aparente.
Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo y los síntomas son variados e inusuales:
- Ardor.
- Hormigueo.
- Sensación punzante.
- Entumecimiento.
- Sensibilidad extrema al tacto, el calor, el frío y los cambios de temperatura y color.
El dolor crónico superó los casos de depresión y asma
La investigación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) se basó en datos de una encuesta anual realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en la que se preguntaba a los adultos con qué frecuencia habían experimentado dolor en los tres meses anteriores.
El estudio que se publicó el martes en la revista JAMA Network Open definió como dolor crónico aquel que las personas sentían casi todos o todos los días de 2019 a 2020.
Por cada 1 mil personas se identificaron 52 casos de dolor crónico al año. El número es superior a los 45 nuevos casos de hipertensión arterial.
En 2019, alrededor del 21% de los más de 10 mil adultos que participaron en el estudio de los NIH informaron de dolor crónico. Por el contrario, casi el 19% de los adultos estadounidenses tenían depresión, mientras que las tasas de diabetes, enfermedades cardíacas y asma estaban por debajo del 10%, según los CDC.
Sin embargo, no todos los casos persisten: alrededor del 10% de los adultos que reportaron dolor crónico en 2019 dijeron que estaban libres de dolor en 2020.
Los mayores de 50 tienen más riesgo
El nuevo estudio descubrió que las personas a partir de 50 años tenían mayor riesgo de padecer dolor crónico que los adultos más jóvenes.
Mackey añadió que las personas suelen experimentarlo en múltiples partes del cuerpo, pero los más frecuentes son el dolor lumbar, de cabeza y de cuello.
¿Cómo se trata el dolor crónico?
Según Gregory Scherrer, cuyo laboratorio en la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte estudia los mecanismos subyacentes del dolor, para tratar el dolor crónico muchos médicos empiezan recetando analgésicos suaves como el ibuprofeno o el paracetamol, y luego pasan a fármacos más potentes como los opiáceos.
Pero Scherrer, que no participó en la investigación de los NIH, dijo que “no está claro que los opioides sean siempre útiles”. Más al saber que los opiáceos son adictivos y conllevan efectos secundarios como somnolencia y sedación.
Otras opciones para tratar el dolor crónico son la fisioterapia, la psicoterapia y los bloqueos nerviosos, que consisten en inyectar un anestésico o un antiinflamatorio en el lugar del dolor.
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