Rudy Giuliani, anteriormente abogado personal del expresidente Donald Trump, reconoció que hizo acusaciones inexactas sobre dos funcionarios electorales de Georgia.
Anteriormente había acusado a estas personas de manipular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 y contabilizar votos adicionales.
En una reciente presentación judicial, Giuliani trató de resolver la persistente demanda legal contra él.
El documento judicial revela que no impugnó “en la medida en que las declaraciones eran factuales y procesables, tales declaraciones factuales procesables eran falsas”, y que estas declaraciones erróneas fueron compartidas con terceros.
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Sin embargo, niega que sus afirmaciones incorrectas hayan perjudicado a las demandantes afectadas, Ruby Freeman y Shaye Moss. Ambos sostienen que han sido objeto de acoso y de situaciones que han puesto en peligro sus vidas luego de las acusaciones de fraude electoral vertidas por el propio expresidente Trump.
A pesar de su última admisión, Giuliani mantiene que sus comentarios sobre las elecciones de 2020 están “constitucionalmente protegidos” por la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense. Al mismo tiempo, continúa su lucha legal para que se desestime la demanda.
Su asesor político, Ted Goodman, especifica que “Giuliani no admitió que las declaraciones fueran falsas, pero no lo discutió para facilitar la transición a la parte del caso que permitirá una moción de desestimación.”
Goodman detalló además que el caso se centra en puntos legales, no en cuestiones de hecho. Subrayó que quienes intentan dañar la reputación de Giuliani pasan por alto el hecho de que este acuerdo está diseñado para gestionar las dimensiones jurídicas del caso.