Numerosos inmigrantes, que llevan ya casi una semana durmiendo a la intemperie cerca del histórico Hotel Roosevelt, todos llenos de incertidumbre. Ese es el escenario de Midtown, el bullicioso centro de la ciudad de Nueva York.
Los superpoblados albergues de la ciudad, ya superpoblados, también reciben a los solicitantes de asilo que arriban a Nueva York. Se calcula que cada día llegan a la ciudad entre 300 y 500 personas en busca de una vida mejor.
Esta afluencia ha obligado a las autoridades municipales a adoptar medidas severas. Una de ellas consiste en enviar un aviso a los migrantes solteros—que están bajo la protección de la ciudad— que desalojen los refugios en un plazo de 60 días.
Las últimas estadísticas publicadas por la vicealcaldesa delegada para Salud y Servicios Humanos, Anne Williams-Isom muestran una realidad desoladora. “Al 30 de julio, nuestra ciudad es responsable del bienestar de 107.900 personas, entre ellas 56.600 solicitantes de asilo. Desde la pasada primavera, nuestro sistema ha admitido a más de 95.600 personas”, declaró la teniente de alcalde.
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Los datos de seguimiento de la ciudad revelan que en sólo una semana, del 24 al 30 de julio, más de 2 mil 300 inmigrantes fueron admitidos en el sistema de la ciudad.
La lucha de estos aspirantes a inmigrantes queda ejemplificada en el relato de José Gregorio, que lleva días haciendo cola sin apenas avanzar. “Llevo aquí casi 24 horas y la cola no ha disminuido. El número de personas sigue siendo el mismo desde hace 24 horas, lo que sugiere que estas personas están retenidas por alguna razón”, compartió.
El Ayuntamiento contempla la opción de alojar a los inmigrantes en lugares emblemáticos de la ciudad, como Central Park. Según Williams-Isom, “se está considerando todo”.
A pesar de las difíciles condiciones, algunos migrantes como Luis García, quien ha dormido en la calle durante dos días y medio, mantienen la esperanza. Reflexionando sobre su viaje desde Venezuela, García expresó su gratitud por la comida y el agua proporcionadas.
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Sin embargo, la Sociedad de Asistencia Jurídica expresó su preocupación por las condiciones actuales de los inmigrantes, que violan la política municipal sobre el derecho a la vivienda.
El Ayuntamiento respondió y subrayó la necesidad de aumentar la ayuda estatal y federal, en lugar de culpar al alcalde Eric Adams.
“La administración ha confiado repetidamente en estrategias que han demostrado ser ineficaces, pero la retórica del alcalde ciertamente ha cambiado y ya no es acogedora”, dijo Murad Awawdeh, de la Coalición de Inmigración de Nueva York, y criticó el plan de acción de la ciudad.
Los funcionarios municipales negaron que mantener a la gente en cola fuera una táctica para indicar al gobierno federal o a los inmigrantes que llegaban que Nueva York estaba llegando al límite de su capacidad.
