Jesse McFadden, un violador de Oklahoma que presuntamente mató a su esposa y cinco adolescentes antes de suicidarse en su casa, estuvo en prisión en 2003 tras ser acusado de delitos sexuales y hurto, pero fue liberado en 2020.
El lunes 1 de mayo, día en el que estaba programado para comparecer en un tribunal del condado de Muskogee, la policía allanó su residencia luego de que investigadores sospecharan que dos adolescentes desaparecidas estaban con McFadden.
Un jefe de la policía local señaló que hicieron un descubrimiento sorprendente al ingresar a la residencia: encontraron el cuerpo de McFadden y el de seis personas más con disparos en la cabeza.
La tragedia ha originado que las familias de las víctimas y los legisladores estatales se pregunten por qué el violador fue liberado si enfrentaba nuevos cargos de delitos sexuales supuestamente cometidos mientras estaba tras las rejas.
“Tiene que haber repercusiones y alguien debe rendir cuentas. Dejaron salir a un monstruo. Hicieron esto”, declaró a AP News Justin Webster, el padre de Ivy Webster, joven de 14 años que estaba entre las víctimas.
Scott Fetgatter, representante estatal republicano, comentó que espera presentar un proyecto de ley que tiene como objetivo detener la liberación de reclusos antes de que completen sus sentencias si son acusados de cometer ciertos delitos sexuales.
“Al final del día, esos cinco niños que fueron asesinados en mi distrito deberían estar vivos hoy y, en cambio, no lo están. Esa es mi prioridad: ¿Cómo evito que esto vuelva a suceder?”, expresó el representante estatal.
El caso del violador de Oklahoma
En 2003 McFadden fue condenado a 20 años de prisión por violación en primer grado y hurto. En ese entonces, el convicto que tenía 20 años declaró a las autoridades que bajo los efectos de la droga y el alcohol había perdido el control de sí mismo y violado a una amiga.
También agregó que había robado 80 mil dólares de la caja fuerte de su abuelo y lo había gastado en “drogas y cosas innecesarias”.
De acuerdo con el expediente judicial su primera víctima tenía 17 años y había sido maniatada en una cama y amenazada con un cuchillo.
De 2004 a 2010, McFadden fue citado siete veces por varias infracciones mientras estaba en prisión, incluso por fumar y tener sexo con otro recluso.
Fue citado en 2013 y 2016 por posesión de teléfono celular en la prisión y este último año también se le descubrió pornografía infantil en su dispositivo.
Sin embargo, McFadden fue amparado por una ley estatal que permite que aquellos que cometen delitos violentos sean puestos en libertad después de cumplir al menos el 85% de su sentencia.
Pese a su historial de mala conducta fue considerado un “recluso de nivel 4”, una clasificación reservada para aquellos que cumplen con los requisitos del programa, mantienen una buena higiene personal y una relación satisfactoria con el personal de la prisión.
McFadden fue liberado el octubre de 2020, pero fue arrestado meses después nuevos cargos y luego de cinco días en prisión se pagó una fianza de $25 mil y quedó libre hasta que cometió estos crímenes y se suicidó.