Ecuador ha experimentado una transformación alarmante en los últimos años, pasando de ser un país de tránsito de drogas a convertirse en un centro de distribución clave en América Latina.
El portal especializado InsightCrime indicó en su reporte anual publicado en marzo que el país es “uno de los principales puntos de embarque para el tráfico global de cocaína”.
El asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio el miércoles pasado ha generado preocupación sobre la inseguridad y la violencia en el país.
Tras el ataque, la policía detuvo a seis sospechosos de nacionalidad colombiana, y otro presunto sicario murió en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
Aunque aún se desconocen los motivos detrás de este crimen, se sabe que la seguridad y el combate al narcotráfico eran temas centrales en el programa de Villavicencio.
Récord de decomisos de cocaína en Ecuador
Ecuador “es el país de Sudamérica no productor de cocaína que más droga incauta”, indicó a BBC Mundo en 2021 Renato Rivera, investigador de la Red Latinoamericana de Análisis de Seguridad y Delincuencia Organizada.
Los agentes del servicio ecuatoriano de antinarcóticos decomisaron más de 122 toneladas de estupefacientes -principalmente cocaína- entre enero y julio de este año, superando el récord para ese período de 98 toneladas en 2021.
El Departamento de Estado de EEUU calculó en 2019 que un tercio de la cocaína de Colombia pasa por su vecino del sur antes de dirigirse a Norteamérica y Europa.
“Las acciones gubernamentales contra el narcotráfico en Colombia obligaron a trasladar gran parte de la infraestructura del crimen organizado hacia otros países, como Venezuela, Ecuador y Brasil” explicó el coronel Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia militar y analista en seguridad y defensa.
Rutas del narcotráfico y alianzas peligrosas
El país se encuentra estratégicamente ubicado entre Colombia y otros destinos internacionales, lo que lo convierte en un objetivo atractivo para los traficantes de drogas. Ecuador es atravesado por dos importantes rutas del narcotráfico: la ruta del Pacífico y la ruta amazónica.
En 2017 Naciones Unidas alertó de que el 35% de los cultivos ilícitos colombianos estaban a menos de 10 kilómetros de la frontera con Ecuador.
También se ha detectado un aumento en el número de laboratorios de procesamiento de drogas en Ecuador.
Estos laboratorios reciben la droga que se cultiva y procesa en Colombia, luego la cristalizan en territorio ecuatoriano antes de distribuirla a nivel nacional e internacional.
En los últimos 12 meses, se han desmantelado seis de estos laboratorios en Ecuador, dos de ellos cerca de la frontera con Colombia.
Las rutas de narcotráfico han sido aprovechadas por grupos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la frontera con Ecuador, quienes han establecido alianzas con carteles mexicanos y organizaciones europeas, aumentando así la violencia en el país.
Aumento de la violencia y corrupción
El auge del narcotráfico ha llevado a un aumento exponencial de la violencia en Ecuador, especialmente en las cárceles, que han sido escenario de una serie de masacres con más de 450 muertos desde 2020.
InsightCrime destaca como puntos críticos de violencia a ciudades como Esmeraldas y Guayaquil, donde las pandillas cometen frecuentes asesinatos.
En los puertos de Guayaquil, según Antinarcóticos, se producen más del 80% de las incautaciones de droga en Ecuador.
Las bandas delictivas, que tienen vínculos con los carteles del narcotráfico y mafias internacionales, se disputan el control del microtráfico y el territorio para la venta a nivel local.
Además, la corrupción relacionada con las drogas ha permeado todos los estamentos del Estado y ha afectado gravemente a las fuerzas de seguridad pública.
Enfrentar el narcotráfico se ha convertido en uno de los principales desafíos para Ecuador. Las acciones gubernamentales y la cooperación internacional han permitido decomisar más cocaína que nunca antes.
Sin embargo, la lucha continúa debido al aumento de la demanda mundial de cocaína y al traslado de la infraestructura del crimen organizado desde Colombia hacia otros países, incluido Ecuador.