¿Creerías si te dijeran que los productos con que limpias tu cocina afectan tu producción de esperma? También podría afectar al sistema reproductor de los fetos. Shanna Swan, estadística de Berkeley convertida en epidemióloga, asegura que los productos químicos como los limpiadores y pesticidas afectan la reproducción y el número de espermatozoides.
Desde finales de la década de 1930, el recuento de espermatozoides en todo el mundo parece haber disminuido considerablemente y Swan, de 87 años, cree que las sustancias químicas “alteradoras endocrinas” (SAE), pueden ser la causa.
El recuento espermatozoides bajó 50% en 50 años
En una entrevista con Financial Times, Swan cuenta que fue invitada a formar parte de un comité de la Academia Nacional de Ciencias en 1995, que estudiaba el impacto de los “agentes hormonalmente activos en el medio ambiente”, los SAE. Como la única estadística del grupo, Swan revisó un estudio danés que afirmaba mostrar un descenso significativo del recuento de espermatozoides entre 1938 y 1991.
Luego de analizar durante casi cinco años los 61 estudios originales y añadir 40 más, publicados desde el trabajo inicial, Swan descubrió que había una tendencia: un descenso del 50% en el recuento medio de espermatozoides en 50 años. “Eso no es evolución. Es demasiado rápido”, pensó, siendo partidaria de que el descenso se debía a los SAE.
Swan ha dedicado su vida por más de dos décadas a estudiar los efectos de las SAE. Estas sustancias pueden interferir con las hormonas naturales del organismo, entre ellas, la fertilidad. Entre ellas se encuentran:
- Pesticidas.
- Bisfenoles, que endurecen el plástico para poder utilizarlo en envases de alimentos y biberones.
- Ftalatos, que ablandan el plástico para su uso en envases y productos como mangueras de jardín.
En los últimos años se han encontrado rastros de SAE en la leche materna, el tejido placentario, la orina, la sangre y el líquido seminal. Los SAE pueden alterar la función tiroidea, desencadenar cáncer y obesidad.
El efecto de los pesticidas en la calidad del esperma
Swan siguió sus investigaciones respecto a la alteración endocrina en la Universidad de Misuri, y se propuso examinar si la calidad del esperma variaba en distintos entornos.
Allí comenzó su “Estudio para futuras familias”, en el que participaron futuros padre, y reveló que los participantes varones de una zona semirrural de Missouri tenían la mitad de espermatozoides móviles que los de los centros urbanos.
Con la hipótesis de que algún aspecto de la agricultura moderna, en particular los pesticidas, podría estar afectando a la calidad del semen, Swan envió sus muestras a los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Se descubrió que los participantes con semen de mala calidad tenían niveles significativamente más altos de ocho pesticidas en comparación con sus homólogos de la ciudad de Minneapolis, cuya calidad seminal era superior a la media.
Los químicos influyen en el sistema reproductivo de los fetos y la fertilidad
En 1990, Swan comenzó una investigación en donde descubrió que los productos químicos, específicamente los del tipo ftalatos, afectan el aparato reproductor de los bebés y su fertilidad.
Swan analizó la orina de madres de un proyecto llamado Future Families para determinar el nivel de un ftalato concreto al que habían estado expuestas y comprobar la correlación con una distancia ano-genital (DAG) – la distancia entre el ano y la base del pene – acortada en su descendencia.
Descubrió que las mujeres en el cuartil superior de exposición tenían 13 veces más probabilidades de tener un hijo con una DAG más corta que la media que las del cuartil inferior.
En 2009, mientras trabajaba para la Universidad de Rochester, Swan puso en marcha el estudio Rochester Young Men’s Study, en el que participaron 126 voluntarios de entre 18 y 22 años. Proporcionó el eslabón que faltaba para demostrar que cuanto más corta era la DAG, menor era el recuento de espermatozoides.
Por la misma época, Michael Eisenberg, profesor de urología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, realizó una serie de estudios con hombres de entre 30 y 40 años, y descubrió una relación similar entre una DAG más corta y la infertilidad.
En 2011, Swan y un equipo de andrólogos, estadísticos, epidemiólogos y un bibliotecario de referencia, empezaron a realizar la búsqueda más completa hasta la fecha de la bibliografía sobre la disminución del recuento de espermatozoides.
Examinaron en detalle 185 estudios, utilizando métodos de metaanálisis de los que no disponían los académicos daneses 30 años antes. El recuento de espermatozoides parecía haber disminuido un 52% en 38 años, es decir, algo más de un 1% al año. El estudio fue publicado en 2017.
¿Cómo prevenir el efecto de los químicos?
Las sustancias químicas que se relacionan más directamente con la salud reproductiva según Swan son los ftalatos y los pesticidas, donde ella y otros han encontrado pruebas convincentes de una relación causal entre los trastornos reproductivos y la categoría de herbicidas “triazina”.
Entre las recomendaciones de Swan para reducir los peligros de los ftalatos y otras sustancias químicas en nuestras vida están:
- Comprar fruta y verdura ecológica sin envasar.
- Siempre filtra el agua.
- Utilizar botellas de agua de acero inoxidable o vidrio.
- Cocinar en el microondas en recipientes de vidrio o cerámica, nunca de plástico.
Te puede interesar: