Las altas temperaturas son la constante de los últimos años. El cambio climático es una realidad y si no se toman acciones, será muy tarde. Así lo aseguró José Pablo Ortiz, científico especializado en clima y agua de la Unión de Científicos Conscientes, quien habló sobre el tema con Rafael Ulloa, vicepresidente de Contenido de El Tiempo Latino.
El experto no solo lanzó su advertencia, también brindó soluciones para que la crisis climática encuentre freno a largo plazo.
¿Qué es la Unión de Científicos Conscientes?
En una ONG en la que investigamos para influenciar las políticas públicas. Investigamos sobre cambio climático, energías renovables e incluso en activismo para que Estados Unidos no sea uno de los primeros países en usar armas nucleares. Manejamos temas que tienen que ver con la mejora del medio ambiente y también para protegernos de otras catástrofes inminentes.
¿Cuál es su perspectiva sobre lo que vivimos en EEUU respecto al cambio climático?
Estamos viendo más extremos y esa es una de las definiciones del cambio climático. En un lado hay precipitaciones y en otro hay sequía. Esta semana en particular -en la costa oeste- estamos pasando por una ola de calor, para muchos la peor que han vivido, y se vuelven más largas e intensas por el cambio climático.
¿Qué se está viendo en nuestros trabajadores al aire libre con esta ola de calor?
En particular, los trabajadores del campo son los más afectados por la ola de calor. Son personas de bajos ingresos que muchas veces viven en hogares compartidos, probablemente sin aire acondicionado.
El cambio climático también está haciendo que la temperatura durante la noche sea más elevada y eso hace complicado dormir. Imagínense un día en la vida de un trabajador del campo que pasa una mala noche, se tiene que levantar antes de que suba el sol. Va a trabajar, hace labores físicas en las que se tiene que estar moviendo, el polvo se pega al sudor y además tienen que llevar su agua porque en algunos casos los patrones no le dan. Por regulaciones deben tener áreas con sombra y no siempre para eso, pero a veces se quedan callados por miedo a las retaliaciones. Después de trabajar todo el día bajo el sol regresan a casa y esta sigue caliente. Estas son las personas que hacen posible que la mayoría de nosotros tengamos comida en la mesa y no estamos haciendo lo suficiente para protegerlos de estas condiciones.
¿Qué le pasa al cuerpo humano cuando llega a ese extremo?
El cuerpo se va desgastando poco a poco, bajando los niveles de nuestro sistema inmunológico. El corazón y los pulmones trabajan más. Nuestro sistema para hacernos sudar y que nos refresque se empieza a cansar y llegan los golpes de calor, los cuales pueden ser mortales.
Eso ha pasado antes. Los hospitales cada vez reciben más casos de personas con golpes de calor o asma.
Se necesita conocer cuáles son los factores que aparecen antes de que suceda y así prevenirlo (…) Si estamos con personas que estén pasando por eso hay que darles agua fresca. El punto principal es ayudar al cuerpo a que se enfríe.
¿Qué podemos hacer para originar cambios a nivel de política pública?
Estas olas de calor van a seguir rompiendo récords mientras no detengamos las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Va a seguir empeorando.
Debemos abogar por políticas que nos muevan hacia una transición equitativa de energías limpias y renovables. Enfocado en los trabajadores, debemos trabajar por protecciones a nivel federal, para eso se debe asegurar que ellos tengan áreas con sombra cerca de sus áreas de trabajo, que tengan agua fresca disponible y que se les pague por su descanso.
También que se construyan más centros de enfriamiento, lugares a los que la gente puede acudir si no tienen o se les daña su aire acondicionado.
En cuanto a fondos, que se destinen a programas de gobierno que ayuden a familias de bajos ingresos a instalar aires acondicionados en sus casas o que incrementen el apoyo económico para pagar las facturas de electricidad.