La ONU habla de reportes “creíbles” de torturas contra la minoría uigur en la región china de Xinjiang. Para algunos, es un factor de cambio. Pero, para muchos uigures, el muy esperado informe es insuficiente y tardío.
Luego de esperar casi un año, la Oficina de la Alta Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) publicó ayer miércoles (08.31.2022) un informe que sugiere que el internamiento y el tratamiento a gran escala de los uigures y otras minorías étnicas musulmanas por parte de China, en el oeste de ese país, podrían equivaler a “crímenes contra la humanidad”.
Las organizaciones de derechos humanos han evaluado la importancia de este informe, diciendo que los hallazgos exponen el alcance del daño que China ha causado a más de un millón de minorías étnicas en la región de Xinjiang.
HRW: “Abuso de derechos generalizado” en China
“Los hallazgos condenatorios de la ACNUDH explican por qué el Gobierno chino luchó con uñas y dientes para evitar la publicación del informe de Xinjiang, que deja al descubierto los abusos de los derechos humanos por parte de China”, dijo Sophie Richardson, directora para China de Human Rights Watch (HRW).
“El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas debería usar el informe para iniciar una investigación exhaustiva sobre los crímenes de lesa humanidad del Gobierno chino contra los uigures y otros, y hacer que los responsables rindan cuentas”, agregó.
Omer Kanat, director ejecutivo del Proyecto de Derechos Humanos Uigur, describió el informe de la ONU como un “factor de cambio”, y Dolkun Isa, presidente del Congreso Mundial Uigur, dijo que “abre el camino para una acción relevante y tangible por parte de los Estados miembros, los organismos de la ONU y la comunidad empresarial”.
Sin embargo, para otros, el informe de la ONU es insuficiente, y llega demasiado tarde. Rayhan Asat, una abogada uigur, especialista en derechos humanos y miembro del taller de ideas Atlantic Council, dijo a DW que el informe no solo debería documentar los horrores del campamento en que han sido recluidos los uigures, que atraen la atención internacional, sino también la criminalización de la expresión cultural turca y musulmana cotidiana en el país, en nombre de contrarrestar el “extremismo”.
“China debería entender esto como una demostración de la seriedad del mundo sobre la defensa y protección de los derechos de los uigures, y que, si desea ser vista como un líder mundial, debe abandonar de inmediato las políticas genocidas que la están convirtiendo, una vez, más en un paria a nivel internacional”, dijo Asat, quien no es la única que critica la forma en que la ONU ha manejado el caso.
“El daño al pueblo uigur es irreversible”
“Si este informe se hubiera publicado cuando estaba listo, podríamos haber tenido menos víctimas”, señaló, por su parte, el abogado uigur Nury Turkel, presidente de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos. “El daño causado al pueblo uigur es irreversible. Nadie puede resarcirnos de eso. Este crimen sigue en marcha. No tengo palabras para mi decepción e insatisfacción con la ONU”, dijo a DW.
Ayer miércoles (08.31.2022), el embajador chino en la ONU, Zhang Jun, dijo que Pekín estaba absolutamente en contra de las acusaciones hechas en el informe, y añadió que no se le dio acceso a la documentación. “Simplemente, socava la cooperación entre la ONU y un Estado miembro de esa organización. E interfiere totalmente en los asuntos internos de China”, subrayó Zahng Jun. Eso se contrapone a lo que afirmó la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre la publicación del informe, al declarar que había sido entregado a las autoridades relevantes en China.
La semana pasada, Bachelet admitió que estaba enfrentando una “tremenda presión” de China debido al reporte sobre Xinjiang. En un comunicado, enviado por correo electrónico a la agencia de noticias AFP, Bachelet dijo que los problemas son serios y repitió que los había planteado a las autoridades chinas durante su viaje a ese país, en mayo. También insistió en que el diálogo con China no significa “hacer la vista gorda”. “La politización de estos graves problemas de derechos humanos que hicieron algunos Estados no ayudó. Dificultaron más la tarea, dificultaron más el compromiso, y dificultaron más la creación de confianza y la capacidad de tener un impacto real en el terreno”, consideró.
Para los activistas de derechos humanos entrevistados por DW, Bachelet falló en cumplir sus deberes. “El puesto de Alta Comisionada de Derechos Humanos requiere ser un campeón de los derechos humanos más allá de los Estados. No es una mediadora entre Gobiernos, que es el rol que asumió en esta situación”, dijo a DW Raphael Viana David, abogado del Servicio Internacional de Derechos Humanos (ISHR).
No obstante, para algunos uigures, cuyos familiares siguen varados en Xinjiang, el informe ayuda a que la persecución de China contra los uigures vuelva al foco internacional. El abogado Viana David dice que el próximo paso importante es que los países del Consejo de Derechos Humanos de la ONU generen una respuesta multilateral coordinada. Además, sugiere, deberían tratar de crear un mecanismo de la ONU que monitoree e investigue la situación de derechos humanos en toda China.
(cp/rml)