Los principales líderes de los partidos, Republicano y Demócrata, llegaron a un acuerdo el sábado 27 de mayo en la noche y evitaron que Estados Unidos cayera en un impago sin precedentes.
Durante la noche del sábado se anunció un acuerdo sobre un plan para elevar el techo de la deuda durante dos años y aplicar nuevos límites al gasto federal durante el mismo periodo.
Para llegar a este acuerdo, los negociadores tuvieron que limar sus diferencias sobre una pequeña pero crucial lista de cuestiones pendientes que habían atormentado las conversaciones en los últimos días, entre ellas la reducción de los niveles de gasto, nuevos requisitos laborales para los programas de prestaciones sociales y reformas de los permisos para agilizar la aprobación de proyectos de infraestructuras energéticas, tres exigencias republicanas a las que se oponían la mayoría de los demócratas.
Según los términos del acuerdo, los republicanos aceptaron ampliar la autoridad de endeudamiento del Gobierno durante dos años, alejando la amenaza de impago más allá de las elecciones de 2024, como había exigido Biden, según una fuente familiarizada con el acuerdo.
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A cambio, la Casa Blanca acordó congelar -o aceptar pequeños recortes- en el gasto no relacionado con la defensa para 2024, lo que podría afectar a los programas discrecionales favorecidos por los demócratas. El gasto en 2025 se incrementaría en un 1%, y no se aplicarían topes en 2026 y años posteriores, indicó la fuente.
El acuerdo también aumenta de 49 a 54 años la edad a la que los beneficiarios de cupones de alimentos deben buscar trabajo para tener derecho a las prestaciones, una petición clave de los republicanos. Pero también suavizaría los requisitos laborales para otros grupos, como los veteranos y las personas sin hogar, cambios diseñados para endulzar el acuerdo a los demócratas.
Medicaid, según la fuente, no se vería afectado, ni tampoco el programa de Biden de alivio de préstamos estudiantiles.
En breves declaraciones en el Capitolio, McCarthy dijo que aún queda trabajo por hacer, pero que espera publicar el texto legislativo el domingo y someterlo a votación el miércoles siguiente.
La propuesta sigue enfrentando grandes obstáculos para su aprobación, sobre todo en la Cámara de Representantes, donde los conservadores no han tardado en tachar el compromiso de capitulación de McCarthy ante Biden, que, según ellos, ha socavado los objetivos de reducción del déficit de los republicanos al iniciar las negociaciones. Prometen oponerse a la medida cuando llegue al pleno.
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No obstante, el acuerdo supone al menos una victoria temporal para McCarthy, el nuevo presidente de la Cámara de Representantes, que ha logrado mantener unida a su conferencia del Partido Republicano en proyectos de ley de mensajería partidista, pero que aún no ha sido puesto a prueba en una legislación importante y de aprobación obligatoria que pueda ganarse el respaldo de los demócratas, especialmente cuando la economía está en juego.
El compromiso llegó el undécimo día de tensas negociaciones entre McCarthy, Biden y sus ayudantes designados. Y fue alimentado por una advertencia del Departamento del Tesoro, emitida apenas un día antes, de que el gobierno se quedaría sin fondos para pagar todas sus obligaciones el 5 de junio.
De cara a la ronda final de conversaciones en el Capitolio el sábado por la mañana, McCarthy expresó su confianza en que el Congreso cumpliría ese plazo.
El acuerdo suscitó protestas inmediatas a ambos lados del pasillo, con los liberales protestando porque los recortes de gastos son demasiado drásticos y los conservadores objetando que no lo son lo suficiente.