Los consumidores habituales de cannabis consideran que el consumo de la droga mejora su estado de ánimo e incrementa su creatividad.
Personas como Carl Sagan, Steve Jobs y Lady Gaga han dicho que el hachís les hacía más perspicaces o creativos, pero la ciencia sugiere que el consumo de cannabis no necesariamente es una puerta abierta hacia la creatividad, destacó The Washington Post.
“Casi todo el mundo cree que el cannabis le hace más creativo. Y parece que esa suposición no está respaldada por los datos”, afirmó Christopher Barnes, profesor de comportamiento organizativo en la Escuela de Negocios Foster de la Universidad de Washington y autor del estudio. El cannabis mejora el estado de ánimo, pero no la creatividad
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Los investigadores plantearon la hipótesis de que el cannabis aumentaría indirectamente la creatividad al hacer que los consumidores se sintieran más joviales.
En una primera serie de experimentos, se pidió a unos 107 consumidores leves de cannabis que realizaran una prueba estándar de creatividad a los 15 minutos de haberse colocado. Para el grupo de control, los investigadores pidieron a otros 84 participantes que realizaran la tarea sólo si no habían consumido cannabis en las últimas 12 horas, momento en el que los efectos habrían desaparecido.
Para la prueba de creatividad, se pidió a los participantes que consideraran un ladrillo y generaran tantos usos creativos como fuera posible para él en cuatro minutos.
Como era de esperar, los participantes que estaban bajo los efectos del alcohol se sentían más joviales, lo que les hacía pensar que sus ideas eran más creativas que las de los participantes sobrios.
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Pero la evaluación de la creatividad por parte de terceros, que no sabían quién estaba bajo los efectos de la droga, dejaron el estudio en suspenso. Cuando evaluaron las respuestas en función de su novedad y utilidad, no observaron diferencias en la creatividad.
Una segunda serie de experimentos mostró resultados similares en una tarea de creatividad relacionada con el trabajo. En ese estudio, se pidió a 140 participantes que imaginaran que trabajaban en una empresa de consultoría contratada para aumentar los ingresos de un grupo de música local. Se les pidió que generaran tantas ideas creativas como pudieran en cinco minutos. Luego se les pidió que valoraran la creatividad de los demás.
Al igual que en los primeros experimentos, los participantes bajo los efectos del cannabis creían que sus propias ideas eran más creativas en comparación con los participantes de control, mientras que los evaluadores de terceros no lo creían.
Curiosamente, estar bajo los efectos también hizo que los consumidores de cannabis intoxicados pensaran que las ideas de los demás eran más creativas. “Cuando estás bajo los efectos del cannabis y experimentas jovialidad, piensas que todo es creativo y genial”, dijo Barnes. “Tu trabajo o el de los demás, todo es genial”.
Es decir, estar drogado no hizo arder precisamente la creatividad de los participantes, aunque hiciera que cada “highdea” sonara increíble.