Hacer realidad el anhelo de tener la casa de sus sueños requiere un largo recorrido, mucha disciplina, altas dosis de responsabilidad financiera, paciencia y sacrificios, así como asesoramiento calificado y un agente de bienes raíces.
Hacerse el firme propósito de comprar una casa o apartamento es el primer paso. Según una encuesta de la Oficina del Censo, en 2022 unos 349 mil hispanos más se convirtieron en dueños de casa, estos se sumaron a los 9.2 millones de latinos que tienen un lugar al que llamar hogar dulce hogar.
“Tener un techo es símbolo de dignidad y estabilidad y a eso lo llamamos sueño americano. Todos tenemos sueños y para convertirlos en realidad necesitamos ponernos metas y plazos”, dice Joseph Leitmann-Santa Cruz, director ejecutivo de Capital Area Asset Builders.
Lo interesante en área metropolitana, sobre todo en DC, es que hay programas y financiamiento que ayudan al propietario primerizo a cruzar el puente desde la orilla del inquilino hasta la del dueño de casa. “Nos gusta que la comunidad conozca que, sin importar el estatus inmigratorio y aún con el mercado de bienes raíces siempre al alza, en esta región sí es posible hacerse con las llaves de su propia vivienda”, señala Leitmann-Santa Cruz.
Antes que nada, si vive solo reflexione consigo mismo sobre sus ingresos, gastos, quiere subirse a un bus o manejar largas distancias antes de elegir el lugar donde le gustaría llegar a descansar después del trabajo. Si tiene familia, antes de definir las metas hable con los adultos que viven con usted y logre compromisos para que todos transiten hacia el mismo destino.
Ahora sí empiece a escribir: “Defina lo que quiere, determine los factores que están a su alcance, observe los aspectos del ambiente socioeconómico que están fuera de su control. Hay que crear un plan financiero, mirar las tasas de interés, pero también entender que si ahora están altas es algo cíclico. En unos dos o tres años se reducirán, tal vez no tanto como hace siete años o como en 2020 o 20021, pero sí estarán más bajas que ahora”, esa es la primera sugerencia de Leitmann-Santa Cruz, quien tiene experiencia ayudando a las minorías a convertirse en propietarios de vivienda por primera vez, en DC.
Busque un asesor sin fines de lucro
Es momento de dejarse asesorar por Walda Yon, otra experta que tiene años trabajando para que los latinos tengan su propio techo. “Lo primero es informarse de las herramientas de ayuda que hay en DC, Prince George, Montgomery y en el condado de Baltimore, donde cada vez más hispanos se están moviendo”, dice Yon, directora del Programa de Vivienda del Latino Economic Development Center (LEDC).
Hay distintas organizaciones sin fines de lucro, una de ellas es el LEDC, el cual ofrece talleres y consejería de manejo financiero para para ayudarle a dibujar en blanco y negro el mapa a seguir.
“Mucho antes de llenar el calendario con citas para visitar casas en venta, hay que saber cómo está su crédito, la historia de ese crédito, si no la tiene hay que construirla hasta llegar a un nivel óptimo que los haga sujetos de un préstamo hipotecario”, es la recomendación de Yon.
Lo mejor es buscar una organización asesora sin fines de lucro. En DC, además del LEDC, está Carecen, CAAB y el Housing Counseling Services que ofrecen información en español. Los Department of Housing and Community Development de DC y Maryland también están para darle esos servicios, al igual que las oficinas de vivienda municipales. En Virginia está Virginia Housing.
Lo mejor es ingresar al portal del Departamento de Vivienda federal www.hud.gov allí está la lista completa, por estado, de herramientas, programas y asesorías que se ofrecen gratis.
Yon es vehemente en que se identifique una agencia sin fines de lucro, porque en este viaje hacia su propia casa habrá al menos unas 12 o 15 paradas y “es necesario entender en qué consiste cada paso para protegerse en contra de prácticas abusivas como las que provocaron la crisis de 2008”.
Piense que “nada es gratuito” es la recomendación de Leitmann-Santa Cruz. Si va a pagar por asesoría pregúntele a ese asesor “en qué le beneficia esto a usted”. No hay que intimidarse, porque comprar una casa es una responsabilidad que no se puede tomar a la ligera. “Si para comprar limones en el mercado nos tomamos el tiempo para seleccionarlos, una casa es una deuda de 30 años, tenemos que ir bien informados”, comenta.
Sueñe, pero primero ahorre
¿Cuándo es el mejor momento para comprar la casa?: “Ahora y aquí”, dice Leitmann-Santa Cruz, pero para realizarlo insiste en una de sus infatigables cruzadas: “Hay que desarrollar el hábito de ahorrar, en una cuenta bancaria o en una cooperativa, no bajo el colchón; de lo contrario será difícil avanzar, porque, aunque es bonito tener sueños, sin dinero no se alcanzan. No todos tienen que ahorrar al mismo nivel, lo importante es controlar sus gastos”. De ser posible si logra ahorrar un 10 o 20% del valor de la propiedad, la hipoteca será más baja”.
Llegó la hora de poner los ingresos mensuales en el centro de la mesa y empezar a distribuirlo, según las prioridades (renta, comida, servicios, transporte, educación). No tiene que faltar en ese reparto una porción para el ahorro de jubilación, para el fondo de emergencia y para la cuota inicial de su casa.
Aplique para la cuota inicial
Una vez que tiene la cuota inicial y el asesor que lo ayudará avanzar llegó el día de aplicar a alguno de los programas de asistencia que apoyan con los gastos de cierre. Hablando de comprar una casa, DC es la ciudad más generosa. Está el Home Purchase Assistance Program (HPAP), que a cada comprador primerizo le presta $202 mil para el enganche, además de $4 mil para gastos de cierre.
Este fondo es conocido como “préstamo silencioso”, porque no acumula intereses y hay que pagarlo solo cuando venda o refinancie su casa. Su salario y el número de familiares que viven en casa determinarán si califica o no. El DC Open Doors, administrado por DC Housing Finance Agency, otorga un préstamo hipotecario para el enganche. “Lastimosamente no vemos muchos latinos que se beneficien de este programa de $202 mil”, asegura Leitmann-Santa Cruz.
CAAB también tiene un programa de ayuda a través del ahorro. Si una familia o individuo ahorra $1 mil 500, esta organización les dona seis mil dólares para completar el pago inicial de la casa, para pagar la hipoteca o para educación. No tienen que pagar intereses ni devolver ese monto.
En Maryland y Virginia también hay préstamos de menor cuantía para el pago inicial y tampoco cumulan intereses.
Un prestamista y un agente
Para Yon, el siguiente paso es decidir con qué institución financiera trabajar, ver si ofrece un producto especial para compradores por primera vez, que no tenga cobros agregados o que estos sean más baratos y ver si brindan préstamos convencionales sin poner primero el 20%. Hay que aplicar para ese crédito y una vez que el banco le informa cuál es el monto que le otorgará vaya en busca de un agente de bienes raíces.
“El agente de bienes raíces -advierte Yon- es necesario porque como compradores primerizos no estamos al tanto de las regulaciones y protecciones de la oferta. El agente de bienes raíces velará por nuestros intereses y nos guiará por el itinerario de las casas en venta”, asevera. Una vez encontrada la casa ideal y que se ajusta al monto que puede pagar, se somete la oferta y si el vendedor la acepta se vuelve un documento legal.
La inspección y al fin las llaves
Otra regla de oro para compradores primerizos: deje correr los deseos de la casa de sus sueños, tiene que ser realista y basar su elección en sus posibilidades de pago, el mantenimiento de la vivienda, el ahorro y otras obligaciones económicas, entre ellas, como dice Yon, “las remesas que muchos de nuestros clientes envían para ayudar a sus familias en sus países”.
Para este momento ya tiene que arribar con la tarea hecha: quiere casa nueva o vieja, separada o townhouse, apartamento en la ciudad o en los suburbios. Debe estar al tanto de las tendencias del mercado en su ciudad y condado. “Guíese por los factores locales como el impacto de la inseguridad, transporte, mercados, hospitales y escuelas”, recomienda Leitmann-Santa Cruz.
Para él, otro componente infaltable es la inspección de la casa para tener un mejor entendimiento de las condiciones físicas y estructurales de la vivienda, antes de firmar el contrato de compra y venta.
La inspección debe hacerla una empresa calificada en DC, Maryland o Virginia. “Tiene que ser un servicio profesional que haga este trabajo a tiempo completo y no como un extra de fin de semana”, insiste Lietman-Santa Cruz y agrega: “Hay que buscar en línea información y leer los comentarios de los clientes y mejor si encuentra a alguien que ha hecho uso de esos servicios”.
Ya con el préstamo aprobado y si el informe del inspector sobre las condiciones de la vivienda le satisfacen, llegó el día de firmar el contrato hipotecario con el banco y, al fin, ir en busca de las llaves de su casa.
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