El pulmón del planeta es el foco del ‘Informe Amazonía Viva’, presentado en la COP27, tras la propuesta del presidente de Colombia, Gustavo Petro, de crear un fondo para este ecosistema, dentro de una alianza amazónica.
La cumbre sobre cambio climático de Naciones Unidas que se llevó a cabo en 2021 en la ciudad inglesa de Glasgow pasará a la historia por ser la cumbre de los anuncios. Uno de los más sonados es el compromiso de numerosos gobiernos, varios de ellos latinoamericanos, de terminar la deforestación mundial para 2030. La Amazonía se acerca a un punto de no retorno, tal y como advirtió entonces el Panel Científico para la Amazonía (SPA). Los datos de este organismo científico muestran que “el 18% de los bosques amazónicos se han convertido en otros usos y un 17% adicional está degradado”.
A pesar de esos llamados de alerta, un año después de la COP26, la deforestación se está acelerando en lugar de disminuir, tal y como se apuntó en el marco de la presentación del ‘Informe Amazonía Viva 2022′, de la organización no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), en la cumbre de este año que se está llevando a cabo en Sharm el-Sheij, Egipto. El reporte, que recopila las amenazas existentes y las posibles soluciones que se necesitan para preservar el pulmón del planeta, señala que la pérdida de selva amazónica implica no poder cumplir con el objetivo marcado por el Acuerdo de París de limitar la temperatura global a 1,5 grados centígrados.
“Ha pasado un año de las promesas que se firmaron en Glasgow y solo ha llegado entre el 4% y el 10% de las ayudas que se prometieron en la parte técnica y financiera”, dijo a los asistentes en el marco de un evento abierto al público en la COP27 Gregorio Mirabal, de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA). “La ciencia está diciendo que si no se hace algo, la Amazonía se va a convertir en un desierto”, advirtió, reclamando que se entregue entre el 40 y el 50% del apoyo prometido, y que se produzca un cambio de actitud de los gobiernos y en todas las instituciones de políticas públicas.
“Los territorios que están mejor conservados del planeta, los tenemos los pueblos indígenas”, agregó, reivindicando el conocimiento indígena como parte de la solución. Por ese motivo, desde esta organización se propulsa la iniciativa ‘Amazonía 80×25’, que busca proteger un 80% del pulmón del planeta hasta 2025, a la espera de llegar al otro compromiso mundial de la deforestación cero hasta el 2030.
Un nuevo soplo de esperanza
La presentación del informe del estado de este ecosistema se llevó a cabo un día después del anuncio del presidente de Colombia, Gustavo Petro, de crear un fondo para su protección, en el que el país sudamericano haría una aportación de 200 millones de dólares en los próximos 20 años, a través de una alianza amazónica en la que contaría con el apoyo inicial de Venezuela y Brasil.
“Es un anuncio interesante, se ha fomentado en la idea de que los hidrocarburos tienen que detenerse, sabemos que el cambio climático se genera por los combustibles fósiles, por lo que tienen que salir de los procesos económicos”, dijo a DW Manuel Pulgar-Vidal, líder de Clima y Energía de WWF Internacional, recordando que los países de la cuenca amazónica disponen de numerosos yacimientos en la Amazonía y dependen de los ingresos de los combustibles fósiles.
“Un fondo podría ser una buena idea, pero lo que necesitamos es fortalecer la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y pensar un proceso de transición justa para la Amazonía”, señaló el también expresidente de la COP20, recordando la existencia de este tratado regional que data de los años 70. “Si seguimos con las tasas actuales de deforestación, puede ser un ecosistema que emite, más que de captura, y agravado por el hecho que políticas públicas, en especial, de Jair Bolsonaro en Brasil, e incluso Evo Morales en Bolivia, han propiciado la deforestación y la quema de bosques para fomentar la actividad ganadera en esos dos países”, lamentó.
“Hemos entrado en un proceso de fragmentación que genera muchas iniciativas se pierdan en el camino, pero espero que la creación de un fondo para la Amazonía u otra iniciativa de esa naturaleza pueda coincidir con el momento en que esa fragmentación se reordene, con un enfoque más holístico y cooperativo, y que no se estén duplicando acciones”, confía Pulgar-Vidal.
Durante su anuncio, Petro hizo un llamado a los líderes mundiales para participar en una cumbre de presidentes el próximo año. “Si Colombia propone la reunión de presidentes en la Amazonía en 2023, y a ella se adhiere Lula, eso genera presión en países que aún no se han adherido a la iniciativa 80×25, como Ecuador y Guyana”, apuntó en entrevista con DW Bryan Ludeña, vocero de la COICA. “Crear una hoja de ruta desde los presidentes que incluya a los pueblos indígenas, rompe el paradigma de verlos como beneficiarios, para empezarlos a tratarlos como socios en cuestiones del cambio climático”, añadió.
(cp)