El buzo Dylan Gartenmayer sobrevivió a una experiencia que pudo significar el fin de su vida. El pasado jueves el experto pescador submarino y apneísta tuvo que pasar más de tres horas en altamar hasta que fue rescatado por un equipo conformado por Guardacostas y algunos de sus familiares.
Gartenmayer le contó al Miami Herald que lleba 22 años viviendo en Cayo Hueso y que fue criado, prácticamente, dentro del agua. Pero un día de buceo normal cerca del arrecife Sambo se convirtió en una pesadilla una fuerte corriente lo alejó del barco en el que estaba.
Explicó en su página de Instagram que la “inmersión fue un poco más larga que las que he estado haciendo”. Al salir a la superficie tras una inmersión la corriente lo arrastró lejos de su barco.
Aunque sus amigos intentaron buscarlo en las cercanías del lugar, el agua se movía demasiado rápido y lo perdieron de vista. Para Gartenmater fueron momentos angustiosos. “Él podía verlos, pero ellos no podían verlo a él”, dijo Priscilla Gartenmayer, prima de Dylan, al Miami Herald/FLKeysNews.com.
Su amigo, el hispano Joel Cruz, marcó las coordenadas del lugar donde fue visto por última vez y llamó a la Guardia Costera de EE.UU. para informar de la desaparición de Gartenmayer en el mar.
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El buzo explicó que estaba en peligro, por lo que decidió hacerse cargo y resguardarse en la inmensidad del mar. El hombre se las arregló para nadar hasta un palo de bambú que le permitiera flotar con facilidad y nadar hacia el arrecife.
Allí vió unos accesorios pensados para que los barcos se amarren a ellas y decidió usarlas para hacerse una pequeña balsa. Sin embargo, a medida que cayó la noche comenzaron los peligros del mar. Gartenmayer contó que estando cerca del arrecife vio como tiburones típicos de la zona intentando alimentarse.
El frío comenzó a pasarle factura cuando el sol se puso. Para la desesperación de Gartenmayer él veía a los aviones de la Guardia Costera sobre su cabeza, pero las aeronaves no lo divisaban. Entonces, sobre las 6:30 p.m., unas 3 horas y media después de meterse en el agua, vio acercarse las luces de navegación de un barco y oyó el zumbido de los motores. “Podía oír los motores y supe que era el barco de mi abuelo”, dijo Dylan.
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Gatermayer estaba exactamente a 0,3 millas de donde se le vio por última vez, dijo Priscilla Gartenmayer. A bordo del barco junto con el padre de Dylan, Edward Gartenmayer Jr, su abuelo Edward Gartenmayer, su madre Tabitha Peralta y sus amigos Joel Cruz, Sean Caggiano y Jamie Cooke.
Sus familiares lo rescataron y apenas lo subieron al barco le comenzaron a dar calor corporal. El equipo de guardacostas lo llevó a tierra.
La Teniente Comandante Elizabeth Tatum, coordinadora de búsqueda y rescate en el Sector Key West de la Guardia Costera, elogió a Gartenmayer por sus habilidades de supervivencia y su conocimiento del océano, y dijo que ambas cosas le salvaron la vida.
“Demasiado a menudo los casos de buceadores desaparecidos no tienen resultados positivos, y las circunstancias de este caso no hacían prever ninguno”, dijo Tatum en un comunicado. “La puesta de sol, las condiciones meteorológicas y el atuendo de Dylan jugaban en nuestra contra en este caso, pero su previsión de amarrar las bolas de amarre para convertirlo en un objetivo mayor en el agua fue inteligente”.