Referido como “Cómplice 1” en la acusación contra Donald Trump, el exfiscal, alcalde y abogado presidencial enfrenta un futuro legal incierto.
Rudy Giuliani, el luchador contra el crimen que pasó de la oficina de un fiscal federal a liderar la ciudad de Nueva York en su momento de crisis más profunda, no está nombrado en la acusación presentada el martes que acusa a su antiguo cliente, Donald Trump, de planear la anulación de las elecciones de 2020.
Pero el Cómplice 1, a quien el abogado de Giuliani reconoció como su cliente, figura en cada una de las tres conspiraciones que se alega tuvieron lugar, lo que deja abierta la posibilidad de que Giuliani pueda ser acusado a su vez.
El siguiente capítulo en su larga vida pública será escrito ahora por el fiscal especial que presentó la acusación, Jack Smith, quien puede procesarlo, presionarlo para que coopere o dejarlo en un limbo, potencialmente para ser acusado por un fiscal de distrito que investiga la interferencia electoral en Georgia.
El exalcalde, quien hizo su nombre como hombre de ley, ahora se enfrenta a un ajuste de cuentas con la ley.
La relación de Giuliani con Trump pende de un hilo. Una persona cercana a Trump, que habló en confidencia, dijo que aunque no hablan regularmente, el expresidente todavía siente cariño hacia Giuliani, nacido de su tiempo como alcalde, cuando ambos trataban asuntos juntos con frecuencia.
Pero en los últimos años, su relación ha sido inestable, ya que el expresidente se ha negado a pagar las facturas legales de su exabogado ante el creciente problema legal para ambos, lo que ha enfurecido a los aliados de Giuliani. El expresidente había dicho a sus asesores que no quería que se le reembolsara a Giuliani, según reportó The New York Times.
Este año, los documentos sugieren que el súper comité de acción política de Trump pagó a un proveedor legal que trabajaba en nombre de Giuliani. El pago de $340,000 se hizo semanas antes de que Giuliani se reuniera voluntariamente con la oficina de Smith, una reunión que tuvo lugar bajo un acuerdo de cooperación, en el cual los fiscales acceden a no utilizar ninguna declaración durante una entrevista en procesos penales a menos que se determine que el sujeto estaba mintiendo. El acuerdo no significa que los fiscales no vayan a acusar a Giuliani, ni indica que buscarán su cooperación.
El pago pareció sacar a Giuliani de una difícil situación financiera. Antes de que se hiciera, él había dicho al juez federal a cargo de una demanda por difamación presentada en su contra por dos trabajadores electorales de Georgia que no podía pagar algunos de sus gastos legales.
La acusación del martes, presentada en la Corte del Distrito de EE. UU. en Washington, detalla cinco formas en las que seis cómplices ayudaron a Trump. Los intentos comenzaron con esfuerzos para persuadir a funcionarios estatales, a veces usando amenazas, para anular el voto legítimo para que falsos electores pudieran apoyar a Trump en el Colegio Electoral. Terminaron con intentos de cambiar el resultado incluso después del ataque al Capitolio de EE. UU. el 6 de enero de 2021.
Giuliani, de 79 años, estuvo involucrado en cada paso, según dice la acusación. Intimidó y persuadió a funcionarios en Arizona, Georgia, Pensilvania y Wisconsin; ayudó a organizar grupos fraudulentos de electores que emitieron votos por Trump; afirmó falsamente que el vicepresidente Mike Pence tenía el poder de anular las elecciones; y, finalmente, llamó a legisladores después del ataque al Capitolio, pidiendo que retrasaran la certificación de las elecciones.
El martes, el abogado de Giuliani, Robert Costello, dijo que su cliente parecía ser la persona identificada como Cómplice 1 antes de criticar la acusación, diciendo que “eviscera la Primera Enmienda” y fue diseñada para perturbar la tercera campaña presidencial de Trump.
“Cada hecho que el alcalde Giuliani conoce sobre este caso establece la base de buena fe que el presidente Donald Trump tenía para la acción que tomó”, dijo Costello.
Al igual que varios abogados de Trump, Giuliani se vio envuelto en los problemas legales de su cliente. Había intentado presionar a un nuevo presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, para investigar a Joe Biden, ya que Biden emergió como el principal rival de Trump en la carrera presidencial de 2020. Las acciones de Giuliani en Ucrania llevaron a los fiscales federales de Manhattan a abrir una investigación contra el hombre que alguna vez lideró la oficina.
Smith se ha centrado en las secuelas de la victoria de Biden ese año. La acusación dice que Trump nombró a Giuliani el 14 de noviembre de 2020 para “liderar sus esfuerzos en adelante para desafiar los resultados de las elecciones”.
Giuliani asumió la misión, reuniéndose con oradores de la Cámara en Arizona y Michigan, pidiéndoles que reemplacen a sus electores legítimos con grupos que emitirían votos por Trump. En total, Giuliani ayudó a coordinar un plan para presentar grupos fraudulentos de electores en siete estados, dice la acusación.
En Georgia, Giuliani organizó una presentación para los legisladores donde personas que afirmaban ser expertos en fraude electoral falsamente afirmaron que 10,000 personas fallecidas habían votado.
Y después del ataque al Capitolio de EE. UU. que retrasó la certificación de las elecciones, Giuliani ayudó a Trump a presionar a los legisladores, sin éxito, para mantener a Biden fuera de la Casa Blanca.
Cuando Trump dejó el cargo, la presión legal sobre Giuliani se intensificó.
Agentes del FBI registraron su hogar y oficina, incautando teléfonos móviles y computadoras. La investigación federal sobre las acciones de Giuliani en Ucrania terminó en 2022 sin cargos, pero fue demandado por empresas de máquinas de votación a las que él acusó de ayudar a diseñar la victoria de Biden.
En junio, su licencia de abogado fue suspendida en relación con las declaraciones que hizo sobre las elecciones de 2020. Las facturas legales de Giuliani se acumulaban. Trump se negaba a pagarle, incluso mientras Fani Willis, la fiscal del condado de Fulton, lo investigaba por sus intentos de anular las elecciones en Georgia.
Pronto, Smith actuaría en concierto con ella.
Jonah E. Bromwich – The New York Times
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